lunes, 14 de junio de 2010

Quince años de HORAS DE JUNIO

El Encuentro Hispanoamericano de Escritores rindió tributo a Elena Poniatowska y Rosina Conde recibió, a distancia, el Premio Carlos Monsiváis. Ismael Mercado también fue reconocido. Las conmemoraciones de la tragedia en la guardería ABC del 5 de junio de 2009 estuvieron presentes durante el suceso literario. “La escritura no es escribir e inventar pajaritos en el aire”, dijo Poniatowska a los jóvenes poetas.



Enrique Mendoza Hernández

Enviado Especial



Hermosillo-Guaymas, Sonora.- Cuenta la historia de Hermosillo que era 1995 cuando Abigael Bohórquez tuvo la iniciativa de encabezar un Encuentro de Literatura entre escritores de Sonora y Baja California. Horas de Junio fue el nombre elegido en homenaje a Carlos Pellicer por su proyecto cultural museográfico de la Universidad de Sonora.

Bohórquez habría de morir cinco meses después. El luto era inminente, al grado que en 1996 faltó el liderazgo del poeta para continuar con el encuentro. Pero la semilla literaria ya estaba sembrada y no habría marcha atrás. En 1997 muchos escritores retomaron el legado del escritor y desde entonces el evento se ha celebrado ininterrumpidamente. A Raúl Acevedo Savín, mejor conocido como Jeff Durango, le ha tocado darle seguimiento.
Poco a poco el encuentro literario empezó a congregar escritores de otros estados de la República y, a lo largo de los años, también de Hispanoamérica. Durante el suceso literario han sido homenajeados escritores como Alonso Vidal, Enriqueta de Parodi, Leo Sandoval, Luis Enrique García, Federico Campbell, Juan Bañuelos, Alicia Muñoz Romero, José Emilio Pacheco, Ernesto Cardenal, Victor Hugo Rascón Banda, Carlos Monsiváis, y, en 2010, Elena Poniatowska, Rosina Conde e Ismael Mercado Andrews.
Además de la asistencia a Horas de Junio de escritores con larguísima trayectoria como los mencionados, también acuden poetas que empiezan a hacer sus pininos. Es una envidiable verbena literaria. Algunos reparten trípticos, plaquetas, hojas sueltas. Otros comparten sus libros publicados por editoriales independientes, aunque todos con el fin de convidar de su poesía “para llevar”.
Ante todo, el evento consiste principalmente en que poetas consagrados y noveles escritores leen sus creaciones literarias. Por supuesto, hay de todas las calidades. Lo importante es que tanto unos como otros se escuchan entre sí.
“El acto de escuchar a otros es la manera más pura y sencilla de amar, y Horas de Junio es el foro preciso para que la esperanza se haga realidad en las más de doscientas lecturas de diferentes géneros que se viven durante los cuatro días del evento, un espectáculo donde concurren las maneras más contradictorias de decir, las formas más extrañas de explicar, las razones menos convencionales para vivir y acompañar la combustión de otras ciudades. La posibilidad de la espontaneidad. La palabra otra vez para refrendar el significado de la fraternidad”, discurrió Raúl Acevedo Savín en la inauguración de la edición número 15 de Horas de Junio.
LA estirpe que nos acopla, la verbena que nos vincula con la palabra, el código descifrado por los que ya no están entre nosotros y que mantenemos abierto para los que vienen, para los que asumirán la palabra algún día”, agregó.

“El intenso diálogo entre la literatura y sus autores ha sido ya, a lo largo de quince años, uno de los mejores logros de nuestras Horas de Junio; horas dedicadas a la expresión de las palabras que dan sentido a la existencia y nos recuerdan por qué seguimos siendo humanos. “Algo de esto es lo que nos ha permitido hasta ahora seguir en este sendero, tocando puertas, pidiendo posada, enviando correos a todas partes, todo con el fin de lograr esto: reunirnos, confirmar redes de amistad, hacer planes para el futuro y celebrar entre todos que la literatura existe”.


El escritor aprovechó la oportunidad para agradecer a organizadores que están tras bambalinas, en la logística, pero también a instituciones como la Universidad de Sonora, bajo la rectoría del Doctor Heriberto Grijalva Monteverde; la SEC, el ISC y el IMCA.


Sobre todo, Savín destacó que a lo largo de quince años Horas de Junio ha sido “cuestión de necedad pero también de necesidad, como dijo el año pasado aquí Carlos Monsiváis. Muchos encuentros ya no existen, pero nosotros estamos aquí. Y se lo debemos a todos ustedes”.



Lo cierto es que han transcurrido tres lustros de Horas de Junio, y aquella iniciativa del poeta Abigael Bohórquez hoy rinde frutos importantes, al grado que el Encuentro Hispanoamericano de Escritores es el más importante del Noroeste, precisamente porque logra convocar a más de 200 autores de todas las latitudes.





“Se dice fácil, pero en estos quince años de vigencia, el Encuentro Hispanoamericano de Escritores, Horas de Junio, inició de manera local, después fue alcanzando ámbitos regionales y nacionales, y ha alcanzado el estatus de evento internacional”, atinó a decir el Rector de la Universidad de Sonora (UNISON), Doctor Heriberto Grijalva Monteverde.



Los poetas y la tragedia



Después del 5 de junio de 2009, Hermosillo ya no es la misma ciudad. En el transporte público, en las calles, en el centro de la ciudad, por doquier se escucha hablar de la tragedia. No puede faltar una manta con la leyenda “ABC, nunca más”, “Guardería ABC, justicia”, entre otras consignas.





En la versión número 15 de Horas de Junio tampoco había nada que festejar.



Y es que en el suceso literario estuvo presente en todo momento el recuerdo de 49 niños muertos y casi 80 con secuelas psicológicas y físicas por la tragedia del 5 de junio de 2009. De hecho, uno de los momentos álgidos en que el auditorio de la Sociedad Sonorense de Historia estuvo totalmente lleno, fue el 4 de junio, durante la presentación de “Nosotros Somos los Culpables, La Tragedia de la Guardería ABC”, del periodista y escritor Diego Enrique Osorno bajo el cuidado editorial de Grijalbo.





Osorno entrega una edición donde no opina, sino que da la voz a los familiares de las víctimas. Uno por uno encuentra desahogo en el periodista ante la tragedia.





“El 5 de junio iba a ser un día especial. Los niños de la guardería iban a ver películas, por lo tanto, en la mañana, mi esposa estaba acicalando y vistiendo a Yeyé, nuestro hijo. Ese día se dejó poner los tenis que no se dejaba poner nunca; iba guapísimo. Por lo regular, él me acompañaba a dejar a su mamá y a su hermano antes de llevarlo a la ABC. En el camino le canté canciones que inventaba para él, como todos los días. Ese día se quedó muy contento cuando nos despedimos”, narra en la edición Julio César Márquez, padre de Yeyé, uno de los 49 niños muertos en Guardería ABC el 5 de junio de 2009.





“Este libro se ha elaborado con el lenguaje de la realidad y trata de ensamblar distintas situaciones y reacciones en torno a los acontecimientos vividos. Retomando en parte la estructura testimonial de obras como ‘Elogiemos Ahora a Hombres Famosos’, de James Agee y Walker Evans; ‘La Noche de Tlatelolco’, de Elena Poniatowska y ‘No sin Nosotros’, de Carlos Monsiváis, busca abordar de forma alternativa la entraña del poder actual en México, donde la tasa de ganancia importa más que los vínculos solidarios entre los seres humanos, y el Estado parece haber quedado al servicio de un puñado de millonarios en fase parasitaria”, apunta Diego Enrique en el prefacio.





La presentación editorial fue sólo el inicio para los escritores que más adelante habrían de participar en los eventos conmemorativos de la tragedia. De hecho, ese mismo día, más que festejar por el homenaje que le otorgaba el Encuentro Hispanoamericano de Escritores, la autora Elena Poniatowska optó por honrar la memoria de los infantes caídos:





“Quiero decirles que hoy estuve con los padres de los niños que murieron en la guardería ABC y fue muy terrible oír sus voces, saber que mañana cumplen un año y que sus problemas no han sido resueltos. Quería decirles, como dijo Miguel Ángel Granados Chapa: Embodegar niños se convirtió en un buen negocio tanto para el Instituto Mexicano del Seguro Social, que subrogaba para hacer estas guarderías porque se ahorraba más de tres mil pesos por cada niño, tanto para el Seguro Social como para el concesionario que recibe 2 mil 500 niños por cada niño. La guardería ABC del IMSS recibía un millón de pesos mensuales, dinero que no utilizó, todos los sabemos, para implementar sistemas de seguridad ni de protección civil, al contrario, prevaleció la ambición de obtener las máximas ganancias a costa de los padres que trabajan. Recordar lo que han sufrido los padres y las madres de los hijos de la guardería, creo que es una obligación moral”, discurrió Poniatowska.





“Manejar una guardería no es tener un puesto en el mercado, no es un negocio de vender, una agencia de automóviles, un changarro como decía (Vicente) Fox; es una alta responsabilidad, es cuidar la vida y construir el futuro”, refirió para después recordar y nombrar a cada uno de los niños muertos el 5 de junio de 2009, mientras escritores y demás público presente en el abarrotado Auditorio de la Sociedad Sonorense de Historia contestaban “No debió morir”.





Al siguiente día, cerca de 200 escritores que se encontraban participando en la solemnidad del Auditorio se unieron a la marcha que congregó a más de 20 mil personas. Elena Poniatowska, Juan Bañuelos y Raúl Acevedo Savín se unieron a los padres de familia que encabezaban la manifestación. Entre los escritores participantes se encontraban José Luis Martínez, David Muñoz, Armando Alanís, Dulce Chiang, Karina Balderrábano, Armando González, Roberto Castillo, Alfonso García, Mónica Ávila, Francisco Morales, Daniel Charles, Francisco Luna, Francisco Grijalva, Diego Enrique Osorno, entre otros.





Le poesía de los escritores se había quedado encerrada en el Auditorio. Era el turno de la poesía anónima en camisas y pancartas:





“Quiero que la justicia corra como el agua / y que la honradez crezca como un torrente inagotable”, se leía la cita bíblica en la camisa de un señor que participaba en la marcha.





Otro señor repartía su pensamiento plasmado en hojas sueltas: “Tan pequeñitos, tan indefensos, tan hermosos. Si los que no los conocimos hemos llorado su ida, qué tan grande será el dolor de sus parientes”.





Las mantas a todo lo alto junto a las fotos de los niños muertos también se dejaron ver: “ABC, nunca más”, “En la guardería ABC 49 niños murieron encerrados. Encerremos a los responsables”; “Un año de luto”, “Justicia. Ximena Yanes Madrid, te prometemos justicia”, “ABC hoy es todo México”.



“La escritura no es escribir e inventar pajaritos en el aire”: Poniatowska



En aquellas Horas de Junio Elena Poniatowska y Juan Bañuelos, “dos personas comprometidas con la palabra, comprometidas con la realidad”, diría Acevedo Savín, pondrían el ejemplo a los jóvenes escritores.





Era sábado 5 de junio cuando Poniatowska fue invitada también a San Carlos, Guaymas, para recibir las Llaves de la Ciudad de manos del Presidente Municipal, César Adrián Lizárraga Hernández.





La sorpresa para la escritora fue encontrar a un centenar de pescadores que la esperaban para entregarle sus reclamos porque el Gobierno Federal les tiene prohibido trabajar el pez dorado, mientras tal práctica sí está permitida a los deportistas extranjeros, afectando a más de tres mil familias, según dijeron los trabajadores del mar.





Los pescadores se le amontonaron a la escritora para que fuera portavoz de sus problemas. Mientras tanto, ella recordó el incidente al reunirse más tarde con unos treinta escritores que participaban en las lecturas:





“En todas partes hay problemas, hay cosas que podemos recoger con nuestra voz. Yo los invito a todos ustedes a que lo hagan. La escritura no es escribir e inventar pajaritos en el aire”, dijo una comprometida Poniatowska.





En ese mismo tono, el escritor Juan Bañuelos compartió algunas de sus lecturas, también siempre comprometidas a propósito de los problemas sonorenses como el de Guardería ABC y el de los pescadores de Guaymas:

“La maestra Poniatowska y su servidor hemos sido testigos de muchas



represiones, por ejemplo, esta pequeña ‘Radiografía’ del 2 de octubre de 1968, que todavía estamos padeciendo la injusticia, la manera en como se trata a los trabajadores, la pobreza inmensa que hay en el país: “El 2 de octubre de 1968 envejecimos mil años, aunque todo sucedió en una sola tarde. La memoria, vacía desde entonces, se llena a veces de un vago tiempo humano. Somos un país sin lengua”, dijo el escritor al dar lectura a la “Radiografía” contenida en “Poesía Reunida”, texto que editó Planeta; al tiempo que adelantó que el Fondo de Cultura Económica hará lo propio con toda su obra en 2010

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