sábado, 29 de mayo de 2010

LA PGR O EL DESASTRE

Historias del más acá

Carlos Puig

2010-05-29•Al Frente. MILENIO DIARIO. MÉXICO DF.

Escribí aquí el sábado anterior a la navidad de 2009, que en mi opinión se le presentaba al gobierno federal una oportunidad de oro para corregir el rumbo que había desviado Eduardo Medina Mora al frente de la Procuraduría General de la República.
El nuevo procurador, más cercano personal e ideológicamente al panismo que nos gobierna, con un historial y reputación de seriedad, podría ser un aliento de aire fresco a una institución vapuleada, empequeñecida, manchada por la corrupción e ineficiente.
Era una oportunidad para mostrar en los hechos que no hay seguridad sin justicia; dilema que parecía haberse olvidado en la estrategia anticrimen gubernamental, demasiado enamorada de las armas y alérgica a la pulcritud en los procedimientos judiciales. Era momento de dar relevancia a la institución que combate al crimen con evidencias en los juzgados, por ejemplo. O de acabar con la disputa entre la PGR y la Secretaría de Seguridad Pública, no sometiendo una a la otra, sino empoderando a quienes con la ley en la mano deben controlar las acciones de los policías.
Mencionaba en aquel texto algunos ejemplos concretos de acciones visibles que mostrarían un nuevo estilo y un nuevo espíritu.

Han pasado ocho meses del nombramiento del procurador Chávez Chávez.

No hay buenas noticias.

1. Un cambio sí ha habido. El procurador general de la República no aparece. Alérgico a las apariciones públicas, ya no digamos a los medios; la figura del procurador es apenas una sombra.

El procurador confunde, me parece, la discreción con el ocultamiento. El funcionario público tiene una obligación de liderazgo, ante su institución y ante el público. Más en estos tiempos en que los asuntos de justicia están todos los días en boca de todos. Sería absurdo que saliera a todo y por todo; pero hay de casos a casos.

¿Puede, en serio, la Procuraduría General de la República irrumpir en unas elecciones locales —tal vez con todos los elementos necesarios—, descomponer el ambiente político y que no se escuche la voz del procurador?

¿Puede estar secuestrado Diego Fernández y que el procurador no aparezca?

Peor aún, ¿debe dejar que sea su jefe, el Presidente de la República, quien tenga que dar las explicaciones del caso? ¿No entienden los funcionarios de este gabinete que también son fusibles para proteger la imagen del Presidente?


No dudo que muchas personas menos enteradas piensen que el verdadero procurador es… su vocero, Ricardo Nájera, al que mandan a todas y por todas. Hace unas semanas, la Secretaría de la Defensa, siempre más reacia, puso en el ojo del huracán al procurador militar a dar la explicación del Ejército sobre lo sucedido en Mier, Tamaulipas, donde murieron los niños Almanza. La PGR mandó, otra vez, al vocero a explicar lo sucedido con los dos estudiantes del Tec de Monterrey.


2. Con sus deficiencias y retos, uno de los principales avances para la alternancia mexicana ha sido la Ley de Transparencia. Otras son las condiciones en las que los mexicanos pueden tener acceso a información que siempre debió ser pública y antes simplemente era inexistente. Gracias a la ley, hay mayores controles y rendición de cuentas. Desde inicios de este sexenio, el mayor enemigo de la transparencia ha sido la PGR, y el nuevo procurador no ha alterado las cosas. La PGR no sólo se ha negado sistemáticamente a los ordenamientos del IFAI, sino que ha atacado sus resoluciones con enjundia en los tribunales, haciendo caso omiso de la ley, como lo explicó el IFAI:

La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en su artículo 6o Fracción IV, a la letra dice: “se establecerán mecanismos de acceso a la información y procedimientos de revisión expeditos. Estos procedimientos se sustanciarán ante órganos u organismos especializados e imparciales, y con autonomía operativa, de gestión y de decisión”.

El artículo 59, de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, establece que las resoluciones del IFAI son definitivas para las dependencias y entidades de la administración pública federal.

Tanto ha sido el empeño, primero de Medina Mora y luego de Chávez, que por fin lo lograron y el tribunal les dio un triunfo que, esperamos sea de corta duración.

3. He escrito, lo creo, que la reforma al Sistema de Justicia Penal podría ser la más importante aportación de este sexenio al país. En el foro organizado por las organizaciones civiles que impulsan y monitorean la implementación de la reforma que concluyó en estos días, la conclusión es que quien va más lento en lo que tiene que hacer para cumplir la meta de 2016 es la Procuraduría General de la República. Lo que no es poco si entendemos que el cambio en el Ministerio Público es piedra angular en el nuevo sistema.

En fin. Mis esperanzas navideñas eran una quimera. ¿Será que el problema no está en quién es procurador, sino en su jefe?



masalla@gmail.com

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