lunes, 2 de diciembre de 2013

CAOS VIAL Y CONCRETO HIDRAULICO

Eligio Moisés Coronado
28 de noviembre de 2013



El tránsito vehicular en La Paz se ha vuelto una pesadilla en los tiempos recientes; esto es una verdad que acusa la grave e irresponsable carencia de planeación por la parte ejecutora del programa de pavimentación que se lleva a cabo en nuestra ciudad.

Se percibe falta de profesionalismo en la disposición de las vialidades, toda vez que las calles son cerradas sin lógica y sin respeto a la gente que debe conducir por esas vías, con la permanente incertidumbre de cuándo va a terminar de llegar a su destino, y cuánto tiempo le tomará poder hacerlo.

Existe también la percepción pública de que los encargados de la empresa pavimentadora descuidan el requerimiento imprescindible de coordinar esas actividades previamente con la dirección municipal de Tránsito, y entonces hay que ver los afanes de los agentes que, enfrentados a ese cotidiano desconcierto, tratan de poner algún orden en el caos inusual que está sufriendo la capital de los sudcalifornianos.

Pero hay más todavía: expertos en el asunto pavimentacional opinan que, por lo general, en los sitios de colocación de los materiales no se advierte que hagan exámenes de "revenimiento", es decir de resistencia en la relación agua-cemento (a más cantidad de agua, menor resistencia y viceversa); ello tiene que ver directamente con la mayor o menor fatiga del concreto y, a la larga, con la duración del piso. Probablemente los hagan en la planta, en cuyo caso los resultados son diferentes a los de la prueba en el propio lugar de los trabajos, por el factor tiempo.

Expresan que el "curado", como se conoce al riego una vez puesto el cemento sobre la calle (que debe ser por lo menos durante diez días), no lo están llevando a cabo conforme a las especificaciones generales de construcción.

Quienes saben de esto manifiestan que el acabado superficial es deficiente; por ejemplo: en varias calles aplican acabado antiderrapante en las franjas de estacionamiento y no en la superficie de rodamiento vehicular. Ello da la impresión de que tal tarea es dejada por los técnicos al gusto y criterio del trabajador.

La anterior "rasante" (último nivel de acabado o superficie de rodamiento) adolecía de múltiples deficiencias (por eso debió ser sustituida); sin embargo no fue corregida con la nueva acción pavimental.

Las llamadas "pasajuntas" (tubos con varillas interiores que se ponen entre las lozas para cumplir una importante función estructural que compensa los movimientos diferenciales de ellas y evita agrietamientos) son colocadas en forma arbitraria y con varillas de diámetro inadecuado, por lo que la durabilidad del concreto se verá reducida; es más: muchas de esas varillas no son lisas, como deben ser, ni introducidas en tubos de hierro para su libre movimiento.

En fin, que en todo ello parece haber ausencia de control de calidad; pero en términos más amplios, de seriedad, organización, ética, compromiso y profesionalidad.

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