Si subes más de tres selfies al día, y tu inexistencia real se convierte en fama virtual, y eso te ayuda a vivir, ¡adelante!.
A nadie le haces daño, y gracias a Facebook, podrías prescindir del psiquiatra, del psicoanalista, de la bruja o chamán, del prozac y demás pócimas y literatura chatarra sobre "liderazgos" y superación personal.
¿Cuántos "likes" conquistaste con el que muestras media nalga sobre el WC o con el que haces carantoñas frente al espejo?
Lo mismo sucede con las artes, la literatura, la escritura, la grafomanía. La verbalización del" conflicto", el "angst", la duda existencial, te puede salvar del diván o del confesionario.
"El psicoanálisis debe guardar silencio ante el genio ", dice Freud.
O bien ante el "duende" de las proyecciones más triviales y tribales.Incluyendo las nuevas formas de expresión personal como el selfie o auterretrato fotográfico.
Me encantaría escuchar la opinión del dibujante Cuevas al respecto
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