Con las redes convertidas en obituarios, es inevitable preguntarse por algunas personas y personajes que has perdido de vista.
Sobretodo por quienes tuviste oportunidad de de tratar, aunque fuese ocasionalmente, en ciertas etapas de tu vida.
¿Qué habría sido de doña Rosario? ,¿ Cómo estaría y dónde? ¿ Sería de la misma generación de don Rogerio Azcárraga?
Hoy tuve la respuesta.
La recuerdo dándome la bienvenida a su pequeño depto de la Roma, muy cerca del viaducto e Insurgentes, para la entrevista acordada, una tarde a la vuelta de los 80s.
Ahi estaba en el umbral de su modesta morada defeña esa mujer físicamente pequeña y frágil, la figura pública mexicana de mayor autoridad moral, saludándome como si me conociera desde siempre, quizás efecto de ese acento envolvente y familiar del norte clásico en un hablar fluido y claro.
La acompañaba su hija Claudia, amable y discreta, siempre atenta a la extensa e intensa charla, a la estufa y la cafetera.
La búsqueda de su hijo, Jesus Ibarra Piedra, detenido en Monterrey en 1974 como presunto militante de la Liga Comunista 23 de Septiembre, la había obligado a trasladarse a la ciudad de México para continuar con su lucha y vincularla a la de otras madres que compartían la misma tragedia.
De ese activismo surgió, en 1977, el Comité Pro Defensa á Presos, Perseguidos, Desaparecidos y Exiliados Políticos.
Conocido en México y el mundo como el Comité ¡Eureka!. Las madres en moviniento se unieron en un grito: " Vivos se los llevaron, vivos los queremos".
Manifestaciones, denuncias internacionales, huelgas de hambre, de madres que no solo exigían la búsqueda y regreso de sus hijos desaparecidos durante los gobiernos de Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría; también demandaban amnistía para los presos políticos.
En 1978, el presidente José López Portillo, promulgó la Ley de Amnistía.
Bajo ese nuevo marco jurídico, fueron liberados 1500 presos políticos, regresaron al país alrededor de 57 exiliados y más de 2,000 órdenes de aprehensión fueron anuladas.
Otro logro de la lucha encabezada por doña Rosario, fue que los integrantes de grupos guerrilleros fueran juzgados conforme a derecho y se pusiera fin a la "guerra sucia".
Doña Chayito, como también se le conocía, fue diputada federal, senadora. En 1982, se convirtió en la primera mujer candidata a la presidencia de la República, postulada- aunque sin vínculo idelógico ni militancia- por el Partido Revolucionario de los Trabajadores.
Repitió como candidata presidencial en 1988.
Recuerdo su menuda figura en las marchas y grandes concentraciones luego del fraude .
Desde la misma noche del 6 del julio, en Bucareli, a las puertas dela Secretarìa de Gobernación, flanqueada por Cárdenas y Clouthier, los candidatos del Frente Democrático Nacional y el Partido Acción Nacional.
Reclamaban la presencia del responsable de la "caída del sistema" de cómputo cuando se acumulaban los votos cardenistas: el secretario de Gobernación y presidente de la CFE ( Comisión Federal Electoral), de cuyo nombre no quisiera acordarme.
Nada más algunas pistas.
Es el mismo siniestro personaje que ahora, 24 años después, dirige otra CFE, (Comisíón Feferal de Electricidad), como parte del gobierno de otro ex priista que en ese parteaguas histórico estaba del bando de los defraudadores: Andrés Manuel López Obrador.
A quien doña Rosario le cedió en custodia la medalla Belisario Domínguez que le había sido concedida por el Senado en 2019.
Nunca imaginó la ejemplar madre y luchadora social que había elegido al depostario equivocado .
Por todo lo que representa el médico ,periodista y senador chiapaneco para el México democratico, republicano, y la libertad de expresión.
Un icono de la dignidad ciudadana y política ante el poder opresor.
Un nombre que simboliza el valor de enfrentarse desde la tribuna senatorial- como antes lo hiciera como periodista y director de El Vate, a la dictadura porfirista- al general golpista Victoriano Huerta, con discursos que le costaron ser ejecutado en el panteón de Coyoacán el 7 de octubre de 1913.
A la solicitud del ministro de Relaciones Exteriores, De la Barra, de dar licencia a las naves estadunidenses para permanecer fondeadas en el puerto de Veracruz, en nativo de Comitán respondió:
"(...)que tengan el rasgo de patriotismo de renunciar e irse del país cuatro personas: el general Victoriano Huerta, Manuel Mondragón, Aureliano Blanquet y Félix Díaz, por ser un gobierno de asesinos, que asesino al Presidente Madero y al Vicepresidente Pino Suárez. Yo votare en contra de la autorización que se nos pide, porque es un gobierno ilegitimo y porque es un gobierno que ha restaurado la era nefasta de la defección y del cuartelazo."
Y una cita letal de otro Don: Justo Sierra: "México tiene hambre y sed de justicia".
Mañana, durante el entierro de la "reforma eléctrica" , la oposición deberá rendirle un doble homenaje a Doña Rosario y Don Belisario.
@ La entrevista con Doña Rosario fue publicada en Página Uno, suplemento político del diario Unomasuno, el original.