Hace una semana, un mensaje desde Tijuana de mi amigo Daniel Martínez, me puso al tanto: "MUHAMMAD ALI acaba de morir".
Nos encontrábamos en el convivió del viernes por la noche después de las lecturas en el XXI Encuentro Hispanoamericano de Escritores Horas de Junio, en Hermosillo.
Compartí el mensaje con mis compañeros de mesa. Una vez verificada la noticia, pasamos de la incredulidad al pasmo.
Del júbilo de la fiesta, a la melancolica recapitulación de una época que se iba con otro de sus iconos.
"Esto sí que duele", dijo el escritor y periodista José Luis Martínez.
Se nos vino encima toda la segunda mitad del siglo XX en una sucesión de imágenes , de jirones de historia.
La Revolución Cubana, Castro y el Che.
La Guerra de Vietnam, la Guerra Fría, la Crisis de los Misiles, los gulags, los gorilatos latinoamericanos, la Generación de las Flores y la Era de Acuario.
Elvis, Beatles, Stones, Dylan, Hendrix, Morrison, la Janis...
El jazz y el blues. Los hip, los beats, los hippies.
Kerouak, Gingsberg, Ferlinghetti . City Lights, Haight & Ashbury. Filmore East y Filmore West.
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Los veranos del amor , Woodstock ,Berkeley, las revueltas por los derechos civiles .
El Mayo Parisino, Tlatelolco 68, el Movimiento Negro, la revuelta campesina de César Chàvez en el valle de Salinas, Aztlán y la causa chicana...
Los asesinatos de Luther King , Malcoml X y los Kennedy.
Charles Manson y su Helter Skelter. El estrangulador de Boston y El Zodiaco.
La píldora anticonceptiva, la minifalda, el viaje a la luna.
El LSD, la mariguana, los hongos alucinantes y Maria Sabina.
El New Journalism, Capote, Mailer, Thompson, Wolfe...
El boom de la novela latinoamericana, García Márquez y el realismo mágico; Paz y Piedra de Sol, Fuentes y Aura.
Tiempo de grandes estrenos cinematográficos: Easy Rider, El graduado, Blow -up, Doce al patíbulo, Barbarroja,Cleopatra,Lawrence de Arabia, 2001: Odisea del espacio,El esplendor en la hierba, Rocco y sus hermanos, Ocho y medio,Lolita, Midnight Cowboy, West Side Story, Psicosis, El bueno, el malo y el feo, El ángel exterminador...
Y la irrupción de un joven peleador negro de peso completo, nativo de Kentucky, que desafío al gobierno imperial al convetirse al islamismo, cambiar su nombre de esclavo, Cassius Clay, por el de un hombre libre: Muhammad Ali, y negarse a ir a la guerra a matar "solo para que los blancos siguieran dominando el mundo."
Un prodigioso gladiador que sobre el ring desplegaba su imponente humanidad en una danza fulgurante y letal.
Arte que alcanzaría su máximo esplendor aquella madrugada de Kinsasa, Zaire(octubre de 1974), con la puesta en escena del Rumble in the Jungle/Rugido en la jungla, cuando, contra todos los pronósticos , aniquiló al joven destructor,. George Foreman, para reconquistar el título pesado.
Y en el Thrilla in Manila/Suspenso en Manila(octubre de 1975), el tercer duelo con Joe Frazier , una vaporosa mañana filipina en la que el peleador más grande de todos los tiempos sintió morir antes de volver a vencer a Smokin Joe en otra épica contienda.
Tan diestro con los puños y las piernas como con la mente:
-¿Cómo fue ese golpe, Ali?- le preguntó el cronista televisivo sobre el ring donde acababa de fulminar a Sonny Listón (febrero de 1964) con el famoso "golpe fantasma" para coronarse campeón del mundo por primera vez.
-¿ Qué te puedo decir, Steve, si yo estaba peleando? Aunque me pasaras ese momento en cámara lenta no podría ver ese golpe.¡ Soy más rápido que la luz!- respondió Ali.
Una semana después de su muerte en Arizona, y de un funeral multitudinario entre llantos y carcajadas provocadas por los diversos personajes que compartieron sus anécdotas de Ali, fue enterrado en su natal Louisville el hombre que " flotaba como mariposa y picaba como avispa".
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