Raúl,
el dictador más viejo, solo y abatido del mundo.
Dependía
de la patriarcal figura del hermano mayor- Comandante en Jefe- para ser y
seguir siendo.
Al
dolor personal por tan aniquilante mutilación, habría que sumarle esa "
íntima tristeza reaccionaria" de aires lopezvelardianos.
Raúl
ha vivido más de lo suficiente para quedarse solo-sin autoengaños, sin
discursos para consumo de la masa/Pueblo cautivo-, sobre los restos del
naufragio de la Revolución Cubana.
El
propio Fidel llegó a confesarle en el 2010 al periodista estadounidense Jeffrey
Goldberg, de la revista Atlantic Monthly, que el modelo cubano "ya ni
siquiera funciona más para nosotros".
Una
revolución en el siglo de las revoluciones, que en su momento representó la
esperanza de los pueblos oprimidos y fue ejemplo de dignidad latinoamericana
ante el imperio estadunidense.
Una
revolución asediada, con episodios épicos como el aplastamiento en 72 horas de
la invasión mercenaria desde Miami a Bahía Cochinos, en 1961; el triunfo cubano
con Fidel al frente montado sobre un tanque en el campo de batalla..
Una
imagen única, irrepetible,al arrancar la segunda mitad del siglo pasado. Solo
comparable con la resistencia del presidente chileno, Salvador Allende,
atrincherado en La Moneda, cuando el golpe de Estado de Pinochet en 1973.
Los
barbudos de la Sierra Maestra,
Un
sueño sesentero tan libertario como el de Martin Luther King, los Beatles y
demás movimientos s contraculturales en boga.
Dream
is over...Raúl.
Si
lo sabía Fidel, lo sabes tú.
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