Con motivo de la celebración de un aniversario
más de la conversión de Territorio a Estado de Baja California Sur, el pasado
ocho de octubre el historiador y periodista Eligio Moisés Coronado (EMC) participó
en la ceremonia oficial en nombre -o representación, según sea la nota
periodística- de la “sociedad civil”.
Ese fantasma etéreo de la “sociedad civil” cobra formas cada vez más aberrantes
para su manoseo según sean las conveniencias. Este es un buen ejemplo.
Bajo las sencillas palabras de “sociedad
civil” se entiende que están cobijadas todas las organizaciones e instituciones
no gubernamentales. Una agrupación cultural, deportiva, sindical, empresarial,
musical, ambientalista, vecinal, cuyo registro notarial se incluya dentro de la
categoría de “Asociación Civil” ya es por ese motivo, parte de la “sociedad
civil”. Pero los individuos aislados o grupos de amigos unidos por cualquier
interés, sin registro alguno, también son parte de la “sociedad civil” ¿o no
son parte de esa sociedad civil?
La primer pregunta que habría que responder es
¿quiénes se reunieron para nombrar a EMC como representante de la “sociedad
civil” sudcaliforniana (se entiende que la sociedad civil sudcaliforniana a
menos que sea un nombramiento nacional o internacional, ya encarrerados ¿por
qué no?). Y una segunda pregunta sería ¿qué ley los facultó para ejercer tan
gran responsabilidad?
Las preguntas no son ociosas porque el acto se
realizó ni más ni menos que en el recinto del Congreso estatal, sitio de la más
genuina representación democrática estatal si nos atenemos a los postulados de
la Constitución. Es decir, que el Congreso avaló que la luminosa dicha de
representar a la “sociedad civil” recayera en EMC, independientemente de quien
o quienes se hayan devanado el seso para elegir a tal representante.
Por si el enredo no fuera suficiente habrá que
sumar otros acertijos. El historiador y periodista EMC desde tiempos
inmemoriales se le identifica con una militancia priísta a toda prueba, por lo
menos en la página oficial del PRI aparece como titular de la Secretaría de
Cultura del Comité directivo estatal de dicho instituto político. ¿Será
requisito militar en uno de los grandes partidos políticos nacionales para
poder llegar a representar a la “sociedad civil” o por pura casualidad ocurrió
en este caso? ¿El representante de la “sociedad civil” puso a consideración de
sus representados el contenido de su discurso o los representados sujetaron a
su representante a cierta línea en su discurso? Sepa la bola.
En nombre de la “sociedad civil” se cometen muchos
abusos de supuesta representación en todos los ámbitos de la actividad humana. Un
puñado de personas a la cacería de financiamiento del más insospechado origen
se disfrazan de “sociedad civil” para defender las causas más conmovedoras y
así hablan a nombre de esa “sociedad civil” que dicen representar. Si eso ya de
por sí es sorprendente lo es muchas veces más que un individuo sea tocado con
la representación de todas las representaciones de la sociedad civil sin que se
conozca el mecanismo que a manera de super dedazo lo invistió de tal poder. A
ver que nos depara el futuro en eso de las representaciones de la sociedad civil,
a quien por cierto no parece importarle gran cosa quién habla en su nombre. Lo
más razonable, sensato y decente es que
cada organización hablara en su propio nombre y dejara de hacerle al
engañabobos
No hay comentarios:
Publicar un comentario