martes, 27 de enero de 2015

NO TE CANSES KARAM


Se comprende que ninguna evidencia científica tenga el efecto sanador de un cuerpo presente.
Que sin velorio ni entierro no haya muerto y que los padres de los 43 desaparecidos de 26/9 de Iguala no quieran renunciar a la esperanza de recuperarlos vivos.

Y más aun que señalen al gobierno federal,  a sus fuerzas policiacas y al ejército, como los responsables de otro agravio más al pueblo de Guerrero, de los más pobres entre los pobres de México.

Lo que no encaja muy bien, es por qué el dolor de estos deudos no alcanza para exigir que  los dirigentes del PRD/ Morena sean llamados a  rendir cuentas  por su pragmatismo criminal que empoderó al gobernador Aguirre y al alcalde Abarca y su narcoesposa.

Y qué decir de quienes los enviaron al matadero. ¿ Por qué no ha declarado el director de la nornal de Ayotzinapa?.

Que Peña pague todo lo que tenga que pagar, sus omisiones, su pasmo, los confictos de interés, su deleznable frivolidad. Pero...¿y los otros actores de la "izquierda" políticamente  vinculados a los asesinos de Iguala?

¿Por qué nadie le exige a AMLO que ofrezca de cara a la nación una explicación a fondo de su relación con Lázaro Mazón y su ahijado Abarca, como sucedería en cualquier otra democracia menos bàrbara que la nuestra?

En una conferencia de prensa abierta a periodistas extranjeros, AMLO no se salvaría de una pregunta que sigue en el aire del imaginario  colectivo dados los nexos con el narco de los Abarca/Pineda: ¿ A cambio de qué se le otorgó la alcaldía de Iguala? ¿ Hubo dinero sucio en su campaña presidencial?

( Las mismas preguntas le habrían  hecho a Peńa Nieto, si Abarca hubiera estado en la misma boleta electoral del entonces candidato priista?).

Si "vivos se los llevaron", es porque antes,  "vivos los enviaron...."  Primero lo primero.

No te canses Murillo Karam. Empieza por el principio.

No hay comentarios:

La prueba del poder

  Que Milei es un "facho", dice nuestro pròcer. ESO estaría por verse una vez sometido a la prueba del poder. Hasta donde sabemo...