Es un hombre bajito, compacto, moreno
claro, ceja tupida, ojos vivaces, y una amplia frente que se prolonga cráneo
adentro hasta donde empieza la caída de una larga cabellera que le imprime
a su imagen un aire de gurú sesentero (
Flower Generation) extraviado en la era del marketing y el cálculo egoísta.
.
Ya parte del paisaje tijuanense, todos los díias, desde temprano, se
le puede localizar en las centelleantes penumbras del Book del Jai Alai, o
echándose un cafecito en el Sanborns de Revolución y Ocho.
Transita por unos álgidos cincuenta y su nombre es Roberto Parnás,
autor del libro "Yo
jugador...", quien se inició en el "vicio del juego" a los cinco
años de edad cuando prefería acompañar a su padre al hipódromo de las Américas
de la Ciudad de México, en vez de ir al matiné.
Su papá le regalaba cinco pesos-"una fortuna en los años
cuarenta"- y el pequeño Roberto se escapaba y buscaba a alguien que le
"cuidara" un caballo.
Llegó a Tijuana, la "tierra prometida", en 1949. Abundaba el
dinero y no existían traficantes , ni limosneros, ni bandidos, ni enfermos
mentales. El dólar estaba a 8 60 para luego subir a 12 50.
Uno podía dejar la casa por tres días con la puerta abierta y
encontrabas correo, la leche, el periódico: nadie se robaba nada. La ciudad era
visitada por luminarias del cine, la farándula y el jet set internacional. Los
negocios de la avenida Revolución permanecían abiertos las 24 horas.
El hipódromo de Aguacaliente tenía ya muchos años funcionando con todo
y sus centros de apuestas(la versión original de los Foreign Books) que , a
falta de televisión, por radio trasmitían las carreras de Nueva York, Chicago y
Miami, aunque no los eventos deportivos como ahora.
Los jugadores de la época contaban también, en Cuarta y Constitución,
con el book del restaurante Mariana, propiedad del italiano Johnny D' alessio.
El Mariana, después de la clausura del Casino Aguacaliente, se convirtió en un
sitio muy concurrido, visitado por muchos personajes famosos como Anthony Quinn
y Rita Hayworth, entre otras luminarias de Hollywood. Con 50 centavos se comía
en el Mariana como faraón.
D'alessio fue quien introdujo a Tijuana y el sur de California,
apuestas como la 5 y 10, originaria de Venezuela, en la que se trata de acertar
de la quinta a la décima carrera. Es una jugada fantasiosa como la trifecta y
la quiniela, en las que con dos dólares
se tenían posibilidades de ganar 350 o 400 mil.
La ley de las probabilidades está en contra del jugador pues se tienen
que acertar seis caballos ganadores
al hilo. Es como la lotería, el bingo, que en Estados Unidos ha tenido
tanto éxito en los últimos años con ganadores de hasta 70 y ochenta millones con un billete de a un
dólar.
Siguiendo a Roberto, el juego se divide en dos grupos. Los juegos de
azar, donde influye primordialmente el factor suerte: y los eventos deportivos,
donde concurren el factor animal, el factor tiempo, el factor
humano y el factor suerte.
"Son dos versiones del juego completamente diferentes-señala
Parnás-Los jugadores profesionales, con credencial para ejercer, que yo conozco
en Nueva York, Las Vegas, Chicago, viven de las apuestas deportivas. Siempre,
siempre ganan
.A mi me hubiera gustado ser un auténtico jugador profesional, vivir
del juego, pero no puedo porque no tengo el carácter ni la disciplina que se
requiere para serlo. Es algo imposible para mi. Sería muy hermoso dominar esa faceta.
"Yo estoy en la apuesta deportiva pero con muy poco dinero. Me
gustaría tener un socio, un inversionista
que lo viera como negocio, no como pasión. Tengo un libro que me costó
17 años escribirlo y lleva por título
"Yo jugador..." La idea de hacerlo nació por tantas
aventuras que mis amigos y yo vivimos como jugadores.
Todos me decían: el día que escribas un libro te vas hacer millonario. Y una noche de esas
trágicas, de esas en que habla uno solo, sin un centavo en la bolsa y un montón
de broncas, entré a un restaurante y en la mesa del fondo empecé a escribir ,
siempre con la memeoria de mi padre iluminándome. La historia parte del nacimiento de mi padre en Turquía y su posterior huida en un buque hacia
Francia, de donde se viene a América, llega a Veracruz sin hablar el español e
igual que yo de jugador.
"Los pocos francos que traía los perdió en un cafesucho de árabes
en un juego de dados;luego conoció a mi madre y yo nací en Chihuahua, pero
crecí en México. "Yo jugador...."es una apología, está lleno de personajes reales que conocí en
varias ciudades: Barcelona, París, Nueva York, Las Vegas, La Habana, Chicago,
Cleveland, y desde luego, México y Tijuana.Son anécdotas bellas, increíbles; diálogos con la muerte, con el
diablo, el dios Virjan, con mi otro yo. Hablo del verdadero jugador, del enfermo,
del compulsivo
"Cursé hasta el segundo año de preparatoria; rehusé los estudios
por amor al comercio pues llevo la sangre judía de mi padre. Hice mucho dinero
en Tijuana con importaciones, tiendas de ropa y todo lo tiré por el juego. En
mi vida de jugador debo haber perdido entre ocho y diez millones de dólares.
"Mi mayor golpe de suerte fue cuando me casé con una gringa
millonaria en mi época de play boy. Ella era mayor que yo y
cuando la conocí se acababa de divorciar de un actor italiano.¡Di el braguetazo!.Y
como soy un enfermo, un sicópata, un jugador compulsivo, pues resulta que
después de un viaje de luna de miel por todo Estados Unidos, fuimos a caer en
el templo de Virjan, Las Vegas, y allí fue el acabose.
En una noche perdí 165 mil dólares que eran de mi mujer, y también la perdí a ella para siempre.
"Las noches de gloria son escasas-concluye Parnás-, mi
experiencia es de un triunfo por cada cien derrotas.
La suerte para mi es una consecuencia, una casualidad . La suerte es
un destino. Le llaman buena o mala suerte."
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