jueves, 21 de octubre de 2010

Por transa caerá PRD en BCS; listo, regreso del PRI

Ricardo Alemán  El Universal 21 octubre
 
 
El gobernador, jefe de la banda de invasores
 
Dinastía de Leonel Cota, depredadores impunes
 
La segunda elección estatal de 2011, la de Baja California Sur, se podría
convertir en la segunda gran derrota consecutiva de los amarillos en ese
año, luego del muy probable regreso del PRI en Guerrero.
 
Como se sabe, el 30 de enero se renovará el gobierno estatal en Guerrero,
donde sin duda el PRI se alzará con el triunfo. La disputa real será entre
el tricolor oficial, Manuel Añorve, y el priísta “patito”, Ángel Aguirre,
quien competirá con las siglas del PRD. Todo indica que el primero se
llevará la victoria, ya que lo apoyan la dinastía Figueroa, el gobernador
Zeferino Torreblanca —del PRD— y los poderosos Manlio Fabio Beltrones y
Beatriz Paredes. El segundo, en cambio, sólo cuenta con el aval de AMLO y
de Marcelo Ebrard.
 
La segunda elección de 2011 se llevará a cabo en Baja California Sur —el 6
de febrero—, en donde sus habitantes viven —literalmente— la “década del
infierno”, desde que en 1999 llegó al poder un despojo del PRI que se
envolvió en la bandera del PRD —el pillo Leonel Cota—, patriarca de una
dinastía que en una década encabezó la mayor depredación que ha vivido
Baja California Sur.
 
A semanas de renovar el gobierno estatal, las descocadas ambiciones de
poder, el presunto vínculo del gobierno perredista con criminales y
narcotraficantes y una ingobernabilidad galopante que paraliza el paraíso
turístico de Los Cabos —en donde se asienta la mayor industria de la
invasión de tierras, promovida por el gobierno perredista de Narciso
Agúndez—, el PRI tiene todo para regresar al poder.
 
Pero en Baja-Sur el PRI no regresaría gracias a sus renovadas fortalezas y
corregidas desviaciones. No, estaría de vuelta porque los gobiernos del
PRD en la entidad literalmente se pudrieron. El gobernador perredista de
Baja-Sur aparece en el último lugar de popularidad, aprobación y
calificación de gestión en las encuestas que miden a todos los mandatarios
del país. Baja-Sur es el primer lugar nacional en jóvenes adictos menores
de 15 años, niñas embarazadas menores de 16, primer lugar en invasiones de
tierras, último lugar en inversión, último lugar en transparencia y uno de
los últimos lugares en participación ciudadana en procesos electorales…
 
Todo se explica con otro récord mundial: casi un centenar de parientes de
los  Agúndez Montaño y Cota Montaño han ocupado por más de una década las
posiciones relevantes del gobierno estatal. Es decir, en diez años la
dinastía Cota se enriqueció en forma grosera, depredó el estado y acabó
con los sueños democráticos de casi medio millón de sudbajacalifornianos.
Y todo, claro, a nombre de la democracia, la izquierda y la bandera contra
el PRI corrupto y ladrón. Argumento idéntico al de las alianzas PAN-PRD
contra el PRI en Oaxaca, Puebla y Sinaloa.
 
Pero todo empezó cuando el PRI corrupto de Guillermo Mercado en BCS cerró
el paso a las aspiraciones del alcalde de La Paz, Leonel Cota, en 1998.
Eran tiempos del romance de AMLO —entonces jefe del PRD— con el presidente
Zedillo. Leonel Cota vendió a AMLO y a Los Chuchos la estructura del PRI y
su candidatura como gobernador, cargo que ganó en 1999 gracias a la
alianza —entonces perversa— de Zedillo con el PRD de AMLO. Y, en efecto,
en Baja-Sur las siglas del PRD echaron al PRI. Pero llegó otro PRI más
corrupto, el de los Cota, que pronto inició un clima de terror, a nombre
de la izquierda. El negocio fue tal que Cota llegó a ser presidente del
PRD.
 
Hace seis años, el patriarca, Leonel Cota Montaño, impuso como sucesor a
su primo, Narciso Agúndez Montaño. El pupilo superó al maestro, ya que
Narciso Agúndez —jefe de la mafia más grande del país en invasión de
tierras, y mandón de grandes extensiones en Los Cabos y Guerrero Negro— le
dio “machetazo a caballo de espadas” a Leonel Cota, cuando éste reclamó el
gobierno prestado a su primo. Entonces llegó la guerra. ¿Por qué?
 
Porque Agúndez Montaño quiso imponer como sucesor a su socio Luis Armando
Díaz, secretario de gobierno, jefe de la gavilla de invasores de tierras y
presunto narcotraficante. En mantas y otros mensajes, las bandas del
crimen señalan a Armando Díaz como jefe del narco. Así, en medio de la
mayor crisis que vive el PRD y el gobierno estatal —de corruptelas,
acusaciones de crímenes, despojos y trapacerías—, en horas se podría
romper la alianza PRD, PT y Convergencia, al grado que el PRD abanderaría
a su propio candidato, mientras que PT y Convergencia impulsarían al
presunto narco Luis Armando Díaz.
 
Todos o casi todos quieren fuera al PRD y a los Agúndez Montaño y Cota
Montaño, al grado que el senador adherente del PAN, Luis Coppola, podría
ser el candidato del PRI al gobierno estatal, seguido por el joven
dirigente tricolor Ricardo Barroso. Todo en medio de una desbandada del
PRD, cuyos líderes buscan refugio en el PRI, el PT o Convergencia. Cayó
Zacatecas, está por caer Guerrero y le sigue Baja California Sur. La
ejemplar izquierda mexicana. Al tiempo.
 
 

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