Por José Luis Vázquez Ceja
El próximo año estaremos en planas campañas electorales para la presidencia de la República, lo que seguramente dará lugar a la reflexión y al análisis para no volver a caer en el descredito y la incertidumbre por la falta de información cierta y oportuna sobre los resultados electorales, tal y como sucedió en el 2006. Como preámbulo a dichas elecciones, sólo recordemos también el atropello que cometieron los 360 diputados (PRI-PAN y demás apéndices) contra el entonces gobernante de la Ciudad de México, que el aprobar su desafuero, pretendieron también borrarlo de la lista de los aspirantes a candidato por la presidencia de la República, lo que dio lugar también al nacimiento un movimiento ciudadano, que a la fecha aún persiste.
Sólo recordemos algunos de estos abusos en contra de la legalidad y la dignidad ciudadana. En primera línea, la señora Elba Esther Gordillo,no sólo como ex secretaria general del PRI sino como líder del SNTE y del Panal, tuvo la desvergüenza de levantar la mano a Felipe Calderón llamándolo “presidente electo” sin importar que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación no entregara la constancia de “triunfo”a ningún candidato. Esa desfachatez de la Gordillo sería ratificada después por el señor coca-colero Vicente Fox, el 12 de febrero de 2007, en el Centro de las Artes J. Kennedy, de Washington, quien reconoció que “pagó el precio político (con el desafuero contra Andrés Manuel López Obrador) pero 18 meses más tarde yo tuve la victoria. El día de la elección, el candidato de mi partido ganó”.
Otras consecuencias de la pasada elección presidencial fue el desprestigio en que quedó el IFE y sus consejeros. Tal situación no sólo era por la supuesta relación política del señor Luis Carlos Ugalde, presidente del IFE, con la Gordillo, el Panal y el Pan sino por la falta de transparencia, credibilidad y certidumbre sobre los resultados de la elección presidencial, lo que dio lugar a que el Congreso iniciara la renovación de los consejeros del IFE, empezando por su presidente, el señor Luis Carlos Ugalde. La otra consecuencia que también trajo la elección presidencia pasada y, que aún persiste, fue la creación de un movimiento ciudadano que luchó y lucha por lo más elemental de cualquier sistema político democrático: primero, contar losvotos uno por uno, como el único método para borrar toda sospecha, dar certidumbrey aceptar los resultados de la elección presidencial y segundo, construir una nación más justa, librey equitativa por medios pacíficos e institucionales.
Acampar en el corazón de la República
La falta de certidumbre en el proceso para dar los resultados de la elección presidencial, trajo como consecuencia que el movimiento ciudadano, encabezado por Andrés Manuel López Obrador, se posesionara del Zócalo de la capital de la República. Esto simbólicamente significó tomar el poder político y dar el primer paso para la refundación pacífica de la República. Cabe recordar que el Zócalo no sólo es el corazón de la República sino fuente de identidad y sede del poder político, económico y cultural. Es la herencia más sentida del alma colectiva de los mexicanos. La recibimos de aquel pueblo que al abandonar Aztlán encontraron en un lago de un extenso valle, su símbolo y su destino: el agila para sobre un nopal devorando una serpiente. Desde entonces aquellos aztecas recibieron de su dios Huitzilopochtl el nombre de mexicas y fundaron esa postrera ciudad y centro del poder de los mexicas, de los conquistadores españoles, los virreyes y de los gobiernos del México Independiente.
No es un sueño que la mayoría de los movimientos sociales en México se hayan propuesto la conquista del Zócalo de la ciudad de México para exponer ante los gobernantes y políticos solución a sus demandas. No todos han tenido la fortuna de llegar hasta el centro del poder. Sin embargo, todos, sin excepción, han dejado su huella indeleble en la memoria colectiva de nuestro país., donde, incluso, en nombre de este sueño, se ha dejado la vida misma. Son estos movimientos ciudadanos los que han impulsado los cambios más significativos en nuestra República. En el ámbito geográfico de la Sudcalifornia, el movimiento social, conocido como Loreto 70, es un ejemplo concreto de los cambios profundos y radicales que logran estos movimientos. Cabe anotar, que después de este emblemático movimiento, han surgido otras organizaciones sociales con propósitos tan básicos como defender esa herencia que rescató el movimiento 70: nuestra identidad y nuestros bienes naturales y culturales.
Los movimientos sociales son la respuesta al abuso del poder
Los movimientos sociales no son fortuitos. Son la reacción más legítima y solidaria del pueblo ante los abusos del poder y la intolerancia, la marginación y la indigencia, explotación y la violación a los derechos humanos, la represión, la inseguridad y la violencia, la corrupción, la impunidad y los privilegios, los latrocinios políticos y económicos en perjuicio del país.
Los movimientos sociales son la reacción ciudadana a la violación de sus derechos y su dignidad como seres humanos, con demandas legitimas como el acceso a la cultura, a la educación, al empleo, a la salid, al agua, y a la oportunidad de formar un patrimonio para el disfrute y bienestar de los suyos. Son en suma, movimientos ciudadanos que aspiran a formar una sociedad justa y humanista, donde los pobres o indigentes no sean el lugar común sino la excepción, no por ello, no menos vergonzantes e indignos.
La historia nos da ejemplos de verdaderos movimientos sociales.
En el contexto del movimiento social que encabeza Andrés Manuel López Obrador contra el fraude, la imposición electoral y otras corruptelas del poder político, la historia pone a disposición un gran número de movimientos sociales cuyos logros o resultados son ejemplos, que de una u otra manera todos han seguido el mismo patrón o método de acción. En su tiempo, sus líderes o dirigentes, también fueron tildados de “peligros” “renegados o “mesiánicos”. Moisés, mucho antes de Jesucristo, inició un movimiento para liberar a su pueblo de la tiranía del imperioesclavista de los egipcios; Espartaco, aún con su vida, dio los primeros pasos para liberar a sus compañeros esclavos del imperio romano; y, Jesús, con su muerte, liberó a todos los que creyeron en su palabra de los fariseos. Otro ejemplo representativo de desobediencia civil es el que llevó a cabo el norteamericano Henrry David Thoreau, quien en 1847, prefirió ir a la cárcel antes de pagar sus impuestos al gobierno norteamericano, que serían utilizados para financiar una guerra de anexión contra México, donde éste perdió la mitad de su territorio.
Otros movimientos sociales paradigmáticos
El iniciado por Alexander Dubcek, en 1968, con su libro “La primavera de Praga”, texto y bandera de la resistencia civil contra la ocupación de Checoslovaquia por las fuerzas militares del Pacto de Varsovia, que después de 20 años, la resistencia civil, en Asamblea Nacional, toma el poder con el dramaturgo y humanista Vaclav Havel. También Cabe recordar, que el año de 1968 fue un año que llegó cargado de nobles movimientos sociales y humanistas.
En mayo, los jóvenes universitarios de Francia dan inicio a un movimiento, que después siguieron los de Alemania, Inglaterra, Italia, Holanda y México, fueron movimientos contestatarios, democráticos y de una critica permanente contra el poder económico y político hasta antes intocable y esclerotizado. Las consignas y los anhelos eran la creación y lo inalcanzable como “seamos realistas: exijamos lo imposible”, “la imaginación al poder” o el “prohibido prohibir”. Nuestra única arma, como decía Jean Paul Sartre, era la no violencia sino la contra violencia de centenares de miles de jóvenes y obreros que jamás hicieron otra cosa que defenderse.
En este mismo contexto de resistencia pacifica se dieron los movimientos de Nelson Mandela, contra la discriminación racial en Sudáfrica; de Mahatma Ghandi, alma y conductor de la independencia de la India; y el de Martin Luther King, pastor protestante, mártir de la integración racial y de los derechos civiles de los negros en los Estados Unidos. En estos movimientos la lucha pacifica fue larga, acompañada de la represión y la violencia, pero al final, fueron exitosos y abundantes en experiencias y enseñanzas para todo el mundo.
Los movimientos civiles contra el fraude electoral
Los movimientos civiles de resistencia en contra del fraude electoral no son nuevos en México, los inició nada menos, de manera sistemática, el tradicional Partido de Acción Nacional (PAN). Sus dirigentes y candidatos los encabezaron siempre solidariamente, concivismo y honradez, las luchas para demostrar legítimamente los fraudes en su contra fueron persistentes: La huelga de hambre de don Luis H Alvarez, en 1986; la lucha de Manuel J. Cloutier “Maquio” , en 1988, contra el fraude electoral que se cometió en contra de Cuahtémoc Cárdenas y la marcha del doctor Salvador Nava , en 1991, de San Luis Potosí a la ciudad de México para denunciar el fraude en su contra. Incluso, el PAN,ya con Fox en el poder, no sólo exigió el recuento de “voto por voto” sino tampoco reconoció las elecciones de Veracruz y Sinaloa en el 2004 ni las de Coahuila en el 2005. Posición muy contraria fue la que asumieron respecto a los resultados de las elecciones presidenciales del 2006. Los nuevos panistas prefirieron el pragmatismo, las alianzas con el PRI y los poderes fácticos para continuar en Los Pinos que los principios y la moral de Manuel Gómez Morín, fundador del PAN, en 1939.
La dignidad y la moral del pueblo
Después de cinco años de andar en todos los municipios y ciudades de la República informando y organizando un movimiento social que se caracteriza por alcanzar el poder político por la vía pacifica, no como un fin en sí mismo sino como el medio para refundar la República, bajo un nuevo pacto social, político, económico y cultural, donde “no siga triunfando el dinero sobre la dignidad y la moral del pueblo” y donde la unidad de los mexicanos sea la fuerza para mantener y rescatar no sólo el decoro sino los bienes que a diario estamos perdiendo.
La fuerza del Movimiento de Regeneración Nacional no sólo viene de la moral del pueblo sino de su amplia participación y fuerza creativa de miles y miles de ciudadanos, que se manifiestan desde la simple consigna en carteles y cartulinas hasta los montajes escenográficos de artistas y actores en toda una diversidad de espacios, que van desde el Zócalo hasta las plazas más remota de miles y miles de nuestros pueblos rancherías. Son espacios de todos, de los campesinos y los trabajadores, de los artistas e intelectuales, de los estudiantes, profesores e investigadores, de los jóvenes y los viejos, de los ciudadanos con partido y sin partido.
Es un movimiento, como tantos otros que han surgido en el país y en el mundo, que nace como un espacio ciudadano, donde está el poder, la libertad y la creación de nuevo mundo, uno donde nuestros jóvenes no sólo tengan oportunidades de estudiar sino de trabajar, jóvenes que todavía en su silencio no hacen otra cosa sino demandar esa oportunidad, como en cualquier sociedad civilizada que vela por el bienestar de sus ciudadanos y no ciudadanos.