JEFF DURANGO. |
Nadie más solo que el anfitrión de un encuentro literario, o evento por el estilo, cuando todos se han ido.
Me refiero al anfitrión(a)amig@ de sus amigos y de los amigos de sus amigos, para quien el encuentro no se agota en las mesas de lectura.
No el burócrata cultural que una vez tomada la foto para el boletinazo se escabulle a retomar el hilo negro de la grilla.
Este domingo fue el cierre de la XXXII Feria del.Libro de Tijuana y el XIX Encuentro Hispanoamericano de Escritores Horas de Junio, allá en Hermosillo.
Pienso en amigos como Alfonso López, propietario de la Librería El Día, de Tijuana, pionero de la feria; en Leobardo Sarabia,actual coordinador del evento; en Mara Maciel, directora del departamento de Literatura del Cecut.
Pero sobre todo en Jeff Durango, cuerpo y alma de las Horas...sonorenses.
Se acabaron los días de excepción, llegó ese "amanecer que termina con casi todas las fiestas"(.IM), y es hora de pasar de la poesía a la prosa de la cotidianidad.
Que ni se te ocurra abrir ese pomo y tomarte unos tragos con el fondo de Bloomy Sunday, del húngaro Rezső Seress.
Mejor pídele un "pucherito" al poeta Mercado para alcanzar sonriente el San Lunes después.
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