Cuando un
periodista le preguntó a Raúl Salinas por qué tanta avaricia, tanta trapacería,
el huésped de Almoloya respondió con una frase
que dejó temblando a la ya de por sí vapuleada "reserva moral"
del país:
- Por la
lógica del dinero.
El mecenas
del "líder maoista, el "profe
Anaya y su PT, no hacía mas que con firmar el diagnóstico del EZLN; esos
encapuchados que le habían echado a
perder la fiesta neoliberal y primermundista, dándole en toda su
"mothernidad", al hermano
Carlos.
Los
zapatistas advertían un mundo " controlado por el dinero". Con las
consecuencias que ahora, 20 años después, estamos padeciendo.
Un
diagnóstico que desglosa el poeta Javier Sicilia en el artículo La radicalidad
zapatista(Proceso).
"Si
algo caracteriza al zapatismo desde su levantamiento en 1994 es, en primer
lugar, la identificación de la raíz de un mal que 20 años después ha derivado
en el horror que padecemos –crecimiento de la miseria y el despojo; franjas
inmensas de poblaciones en estado de indefensión; vínculos profundos entre el
Estado, el crimen organizado y el mercado global; inoperancia de los partidos y
de la clase política; zonas del país balcanizadas por el crimen; destrucción
cada vez más acendrada del campo, de las culturas vernáculas y del medio
ambiente–. Esa raíz –no han dejado de señalarlo durante 20 años con un lenguaje
nuevo– es el capitalismo –un pensamiento extremista– o, para evitar
confusiones, la economía moderna, de la que también son solidarias la mayoría de
las llamadas izquierdas. Su característica es la meteórica reducción de todo
–hombres, mujeres, niños, seres vivos y objetos inertes– al lenguaje del valor
y del dinero, a su explotación para maximizar capitales bajo la lógica del
progreso, el crecimiento y la penetración de los principios del mercado en
todas las actividades.Al identificar y exhibir esta raíz, los zapatistas han
mostrado que ese desorden económico, del cual el Estado se ha vuelto gestor
autoritario, ha adquirido una nueva manera de la desmesura: no sólo explota y
separa al productor de sus medios de producción reemplazando su autonomía por
la subordinación a empleos mal pagados y a las instituciones cada vez menos
eficientes y más corruptas del Estado, sino que ahora genera franjas de despojados,
de seres sin protección, sin tierra, sin vida, susceptibles de ser usados por
formas más perversas del capital: la trata, la extorsión, el secuestro, la
esclavitud, el crimen. Nos han mostrado también que la guerra de la economía
moderna contra la vida, esa guerra que incluye la del narco, ha generado el
miedo, la incapacidad organizativa y de respuesta de la reserva moral del país
y la desterritorialización de casi todo."
Una de esas
formas de penetración de la "lógica del dinero" salinista, o la
"lógica del progreso, de los principios del mercado en todas las
actividades", es a través de la literatura chatarra de "superación
personal", de "liderazgos", que tiene como común denominador un
voluntarismo a ultranza, según el cual basta con asumirte como un ser
"positivo"( nada de negatividades críticas que te automarginan del
"mercado de valores") para
pasar de la más ominosa oscuridad al armonioso mundo de los "guerreros de
luz".
Abolida la
crítica, el espíritu "liberado", aligerado(lighten) de cargas
históricas, políticas, culturales, de compromisos colectivos fuera de la pose
ecologista, tendría ante sí despejadas las amplias alamedas que conducen al "É$ITO".
UN término
de moda, tan caro a jóvenes políticos encampañados, que en ciertos casos, combina
este neopositivismo verbal con el lenguaje no menos prefabricado del priismo de
los tiempos del "carro completo".
La
"alienación" de la que hablaba Marx, Carlos, desde luego, en todo su
tráqico esplendor. La lumpenización de la política, del espíritu, del lenguaje
, del espíritu, de la VIDA.
Como dice
Sicilia; " La meteórica reducción de todo –hombres, mujeres, niños, seres
vivos y objetos inertes– al lenguaje del valor y del dinero(...)"