Más allá de coincidencias y disidencias, bienvenido AMLO en su regreso a
la vida política.
En el acogedor seno de Morena, su futuro partido político, el macuspano
fijo las prioridades de la lucha:
Revertir las llamadas reformas estructurales, devolver al pueblo los
recursos naturales que le fueron despojados, y formalizar ante tribunales una
demanda a Peña Nieto por el delito de "traición a la patria".
Deseables o no estos objetivos, pertenecen a la Patafísica(ciencia de las soluciones imagianarias);a la dimensión simbólica de
la política, donde las convicciones anulan el sentido común.
Si las reformas no pudieron detenerse dentro del proceso institucional y
constitucional, menos podrán ser revertidas
por otros medios, incluyendo el plebiscitario.
La demanda a Peña por traición a " la patria"( delito para el
cual ya no aplica la pena de muerte) es
a todas luces improcedente.
Nos guste o no, las reformas fueron procesadas legal,
constitucionalmente, a través del poder legislativo, por lo que no son producto
de la voluntad de un solo hombre.
Una forma de cumplir la promesa pejista de revertir las reformas y
procesar a Peña por traición a la Patria, sería mediante un triunfo electoral
de AMLO en 2018 y con la izquierda como
fuerza mayoritaria en el Congreso.
Otra, la "crítica de las armas."
La" vía revolucionaria".
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