- Qué
gustazo encontrarlo don Melchor, qué dice la famila, nuestra gente- saludó el
perfumado forastero llamando por su nombre ,como si lo conociera de toda la
vida, al ranchero de las faldas de la sierra de San Francisquito que de
cuclillas y haciendo garabatos con una rama seca en la arenosa brecha, había
visto acercarse al grupo de hombres enguayaberados, con zapatillas de monjita y
sombreros mal portados.
Sorprendido
por tanta familiaridad del catrincito desconocido, con la desconfianza natural
de los seres forjados a la intemperie, don Melchor Müller Murillo respondió con
otra pregunta:
- ¿Y tú
quién eres?
- ¡Yooo soy,
amigo Melchooor, el licenciado Angel César Mendoza Arámburooo, Primer
Gobernador Cons-ti-tu-cion-aaal de Sudcaliforniaaaa!- respondió el mandatario
al más puro estilo echeverrista en boga.
- ¡ Aya
jerga!-exclamó don Melchor en una típica reacción de "nuestra noble gente
de rancho" ante cualquier ladinez o presunción.
Con buen
sentido del humor, afinado por el whiskey de honor de la gira inaugural, el
gobernador y su comitiva festejaron la "ocurrencia" de este ciudadano
ejemplar.
¿ No era
acaso su voz un eco telúrico de la Sudcalifornia Profudaaa.?
Sin quién le hiciera sombra, el Licenciado Mendoza Arámbro había sustentado su campaña en una frase llegadora:
"Por un estado con Ángel".
Y ese "Angel" había tomado muy en serio su papel tutelar, empezando por memorizar los nombres de las personas, de los miembros de la"Gran Familia Sudcaliforniana", con los que entraría en contacto directo.
Sin quién le hiciera sombra, el Licenciado Mendoza Arámbro había sustentado su campaña en una frase llegadora:
"Por un estado con Ángel".
Y ese "Angel" había tomado muy en serio su papel tutelar, empezando por memorizar los nombres de las personas, de los miembros de la"Gran Familia Sudcaliforniana", con los que entraría en contacto directo.
Tal era su "estilo personal de gobernar", como diría el maestro de maestros, don Daniel Cosío Villegas.
Dando un
paso al frente, el flamante Ejecutivo de la Media Península pepenó al vuelo la
manaza derecha de su impertubable gobernado; como sacándolo a bailar le dio un
abrazo de tres cuartos con palmadita al hombro, y para seguir rompiendo el
hielo ....otra vuelta de tuerca a su proverbial tono confidencial:
- ¿ Y cómo
está doña Cuca, cómo sigue de su alergia ?
- Pues
vieras que últimamente ha estado taaan
sanita, ya
no le duele nada, primero Dios...
- Pues
salúdemela mucho, don Melchor, ahorita ya vamos de retirada, pero le prometo
que regresaremos con más tiempo.¡ Dele un abrazo de nuestra parte y de mi
esposa Luz!!
- Pues nomás
que la alcance, licenciado, porque hace como diez años que se nos adelantó-
acotó socarrón el ranchero alto, colorado, ojos azules, edad indefinible,apuntando al
límpido cielo de "nuestra hermosa tierra" con
la rama seca de pinabete entre los labios.
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