Se va otro año… y el retratista oficial literalmente no se la acaba con esa nariz que crece y crece, y amenaza con convertirse en un asunto transexenal con la debida extensión del convenio para el desfasado amanuense que de día es boletinero tricolor; claro, si todo va bien, y la Familia logra imponer a su testaferro sin mayores contratiempos.
Por lo pronto, mientras el retratista pide más lienzo y más lu$ y se vuelve a colgar de la nariz creciente, el trasiego de información de un changarro al otro se transforma en rica botana prenavideña , pues ya se supo de buena fuente, valga el eufemismo, del susto que pasó la Doñita cuando hace unas cuantas lunas el voz cero arribó ebrio y retrasado a una fiesta que se celebraba en casa de la Precandidata pa la Grande, y la apergolló en un arrebato de ternura, atolondrada demostración de afecto que los mal `pensados seguramente clasificarían como uno de esos atentados contra el pudor femenino, tan de moda.
Sesudísimos analistas políticos que han seguido con singular fruición este caso de promiscuidad interinstitucional, de esquirolismo, espionaje y contraespionaje, han descubierto el hilo negro al llegar a la siguiente conclusión : Cuando trabajas para dos amos,¿ a quién le eres más fiel, al que te pagas más o al que te paga menos
Pregunta que ya debe estarse haciendo el joven Barroso, pues su boletinero considera migajas lo que le tiran en el partido en contraste con los jugosos cheques que, firmados por la Toñis, recibe como retratista y contador de anécdotas.
La flamante promesa del recambio generacional en el jurazic park del pricámbrico temprano, quizás no lo sepa pero por andar cumpliendo con el deber de revelar estas joyitas de nuestra microhistorieta política, este truculento espacio editorial, vanguardia del Periodismo Light del Malekón al Cerro de la Panocha, ha dejado de recibir los boletines informativos de su partido.
Si así dialogan con sus críticos los nuevos dirigentes, no llegarán muy lejos solapando cartuchos tan tatemados.
Sería el momento de darle una oportunidad a los nuevos egresados de la carrera de comunicación, empezar a cumplir la promesa del cambio generacional desde las estratégicas posiciones de la vocería, de la proyección de una imagen institucional renovada.
Y no solamente la ausencia de tan transcendente bagaje informativo me ha tenido al borde el autosuicidio( cabecearían los compitas de la nota roja), sino los insultos que el retratista sexenal y fósil boletinero me ha recetado por boca propia y la de Caregay.
Plagiando al rosadélico poeta Varela, el zozobrante amanuense me grita que “nadie me quiere” . NADIE!! Que el Efebo Manriquista (David Babá y los 40 millones) y la Gallinita Pedorra ( quien le enseñó a centavear y a vivir de los políticos de rancho), hablan muy mal de mi. Que Estelita, Eligio, Romancito, el Chori…no me tragan. Ay qué dolor, tan respetables y aclamados ellos…En cambió a él, lo quieren en todas partes, lo quiere Barroso(sin albur) y lo ama la Toñis, por eso se da el lujo de cobrar en diferentes cajas.
Aunque, bueno, nadie es perfecto, y por ahí debe de andar el eco de la tranquiza verbal que le diera hace algunos años su correligionario MM, sin que mediara respuesta del aludido a pesar de que tenía espacio en el mismo periódico donde lo hicieron trizas con calificativos tan fuertes y corrosivos que nos nos atrevemos a reproducir en este pudoroso espacio.. Y no solamente no respondió, sino que no volvió a publicar en ese periódico oficial.
Decía Sartre , el existencialista autor de La Nausea y El ser y la nada, entre
Otras obras, que la felicidad no es hacer lo que uno quiere, sino querer lo que uno hace.
Y eso es precisamente lo que no me cabe la menor duda que sigo haciendo: fiel al principio del placer, de Eros, como fuente de la creación. Y creo que esta fidelidad ,o esta dulce condena, lo perciben esos lectores que te saludan con una sonrisa cómplice, una palmada en el hombro o el reclamo crítico, haciéndote saber que de alguna manera, y guardando todas la proporciones, has conseguido el objetivo que García Márquez definía al responder a la pregunta de qué era lo que lo motivaba a escribir: “para que me quisieran un poquito”, dijo el célebre reportero de Aracataca.
En el ejercicio del periodismo había tenido algunas grandes satisfacciones, logros, recompensas fuera de casa, allá donde la competencia te forja o te aniquila. Allá donde podía vivir y sostener a mi familia con mi sueldo de reportero y articulista, con mis colaboraciones literarias. Desde los primeros cien pesos por texto en el primer Unomasuno, hasta los 300 dólares como editorialista de La Opinión de Los Angeles, o los mil dólares semanales del San Diego Hoy.
Pero me faltaba vivir la experiencia de los últimos años en mi tierra nativa, el único lugar en el planeta Tierra donde no me pagan(más me pegan) por mis colaboraciones periodísticas, pero qué tal esa maravillosa, energizante, enervante retroalimentación afectiva, intelectual, entrañable de ese universo de lectores que se empezó a forjar allá en los heroicos tiempos del Eco de California, como bien lo recuerda mi padrino Alfredo.
Gracias a todos ellos, ustedes, vosotros, por su lectura e indulgencias . Gracias a seguidores tan puntuales como Fortino García Geraldo, propietario de La Piedra, el restaurante porteño con más actividad parlamentaria que la obsoleta Bola de la I. la Católica y Bravo. Nos vemos el año que entra, el del Centenario de la Revolución, que estrenaré con una beca para Creadores con Trayectoria del Consejo para la Cultura y las Artes.
Así podré seguir queriendo lo que hago para que me quieran otro poquito…poquititoooo…
Por lo pronto, mientras el retratista pide más lienzo y más lu$ y se vuelve a colgar de la nariz creciente, el trasiego de información de un changarro al otro se transforma en rica botana prenavideña , pues ya se supo de buena fuente, valga el eufemismo, del susto que pasó la Doñita cuando hace unas cuantas lunas el voz cero arribó ebrio y retrasado a una fiesta que se celebraba en casa de la Precandidata pa la Grande, y la apergolló en un arrebato de ternura, atolondrada demostración de afecto que los mal `pensados seguramente clasificarían como uno de esos atentados contra el pudor femenino, tan de moda.
Sesudísimos analistas políticos que han seguido con singular fruición este caso de promiscuidad interinstitucional, de esquirolismo, espionaje y contraespionaje, han descubierto el hilo negro al llegar a la siguiente conclusión : Cuando trabajas para dos amos,¿ a quién le eres más fiel, al que te pagas más o al que te paga menos
Pregunta que ya debe estarse haciendo el joven Barroso, pues su boletinero considera migajas lo que le tiran en el partido en contraste con los jugosos cheques que, firmados por la Toñis, recibe como retratista y contador de anécdotas.
La flamante promesa del recambio generacional en el jurazic park del pricámbrico temprano, quizás no lo sepa pero por andar cumpliendo con el deber de revelar estas joyitas de nuestra microhistorieta política, este truculento espacio editorial, vanguardia del Periodismo Light del Malekón al Cerro de la Panocha, ha dejado de recibir los boletines informativos de su partido.
Si así dialogan con sus críticos los nuevos dirigentes, no llegarán muy lejos solapando cartuchos tan tatemados.
Sería el momento de darle una oportunidad a los nuevos egresados de la carrera de comunicación, empezar a cumplir la promesa del cambio generacional desde las estratégicas posiciones de la vocería, de la proyección de una imagen institucional renovada.
Y no solamente la ausencia de tan transcendente bagaje informativo me ha tenido al borde el autosuicidio( cabecearían los compitas de la nota roja), sino los insultos que el retratista sexenal y fósil boletinero me ha recetado por boca propia y la de Caregay.
Plagiando al rosadélico poeta Varela, el zozobrante amanuense me grita que “nadie me quiere” . NADIE!! Que el Efebo Manriquista (David Babá y los 40 millones) y la Gallinita Pedorra ( quien le enseñó a centavear y a vivir de los políticos de rancho), hablan muy mal de mi. Que Estelita, Eligio, Romancito, el Chori…no me tragan. Ay qué dolor, tan respetables y aclamados ellos…En cambió a él, lo quieren en todas partes, lo quiere Barroso(sin albur) y lo ama la Toñis, por eso se da el lujo de cobrar en diferentes cajas.
Aunque, bueno, nadie es perfecto, y por ahí debe de andar el eco de la tranquiza verbal que le diera hace algunos años su correligionario MM, sin que mediara respuesta del aludido a pesar de que tenía espacio en el mismo periódico donde lo hicieron trizas con calificativos tan fuertes y corrosivos que nos nos atrevemos a reproducir en este pudoroso espacio.. Y no solamente no respondió, sino que no volvió a publicar en ese periódico oficial.
Decía Sartre , el existencialista autor de La Nausea y El ser y la nada, entre
Otras obras, que la felicidad no es hacer lo que uno quiere, sino querer lo que uno hace.
Y eso es precisamente lo que no me cabe la menor duda que sigo haciendo: fiel al principio del placer, de Eros, como fuente de la creación. Y creo que esta fidelidad ,o esta dulce condena, lo perciben esos lectores que te saludan con una sonrisa cómplice, una palmada en el hombro o el reclamo crítico, haciéndote saber que de alguna manera, y guardando todas la proporciones, has conseguido el objetivo que García Márquez definía al responder a la pregunta de qué era lo que lo motivaba a escribir: “para que me quisieran un poquito”, dijo el célebre reportero de Aracataca.
En el ejercicio del periodismo había tenido algunas grandes satisfacciones, logros, recompensas fuera de casa, allá donde la competencia te forja o te aniquila. Allá donde podía vivir y sostener a mi familia con mi sueldo de reportero y articulista, con mis colaboraciones literarias. Desde los primeros cien pesos por texto en el primer Unomasuno, hasta los 300 dólares como editorialista de La Opinión de Los Angeles, o los mil dólares semanales del San Diego Hoy.
Pero me faltaba vivir la experiencia de los últimos años en mi tierra nativa, el único lugar en el planeta Tierra donde no me pagan(más me pegan) por mis colaboraciones periodísticas, pero qué tal esa maravillosa, energizante, enervante retroalimentación afectiva, intelectual, entrañable de ese universo de lectores que se empezó a forjar allá en los heroicos tiempos del Eco de California, como bien lo recuerda mi padrino Alfredo.
Gracias a todos ellos, ustedes, vosotros, por su lectura e indulgencias . Gracias a seguidores tan puntuales como Fortino García Geraldo, propietario de La Piedra, el restaurante porteño con más actividad parlamentaria que la obsoleta Bola de la I. la Católica y Bravo. Nos vemos el año que entra, el del Centenario de la Revolución, que estrenaré con una beca para Creadores con Trayectoria del Consejo para la Cultura y las Artes.
Así podré seguir queriendo lo que hago para que me quieran otro poquito…poquititoooo…
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