sábado, 6 de febrero de 2010

APUNTES DE CAMPAÑA...(fragmento)




Hace algunos años, acepté participar como “precandidato” del Partido del Trabajo a una diputación local. Sabía que no tenía ninguna posibilidad de entrar en una auténtica competencia democrática, pero mi futuro político no me importaba tanto como la oportunidad de hacer una crónica desde las folclóricas entrañas del grillerío doméstico. Una frase de Librado González, gerente local de la franquicia petista, me había dado la pauta: “Nosotros estamos en el mercado político…”

El siguiente fragmento corresponde al libro inédito Apuntes de campaña(a publicarse este año electoral!! No se lo pierda!! ), que aquí comparto por considerarlo un saludable ejercicio de memoria en el que aparecen algunos de las “cabecillas sonrientes” inmortalizadas en la foto emblemática de la miseria política y humana de la generación coyuntural del 99.

Y entonces…llegaron ellos.

LP. 2002.-El epicentro del momentum sudcaliforniano se ubicó esa vaporosa noche de agosto en la esquina de 5 de Mayo y licenciado Verdad. Singular velada aquella en que los cantos de la grey católica provenientes de un atiborrado estadio Arturo C. Nahl, escenario de la consagración del nuevo obispo de La Paz, se mezclaron con el desentierro de las estrofas de la Internacional, a cargo de las huestes “manuelistas” que habían tomado la sede del Partido del Trabajo.

Ahí estaba la Mary, la recepcionista, con esa sonrisa a la medida de la amplia estancia de la ex residencia del empresario, ahora fugitivo de la justicia leonelista, Oscar Cota Olachea, repartiendo la letra del himno comunista entre las doñitas que se habían dejado venir desde la periferia citadina para no dejar que el “Pargo Enhielado”- como ahora le decían las bravas mujeres al otrora adorado Lionel-, se saliera con la suya imponiendo a como diera lugar al odiado “Cochi con Tacones”, como candidato oficial a la alcaldía paceña..

Había un ambiente de rebelión como en los que dicen anduvo el Lionel en sus años de rojillo filotrotskysta(¿?), con los íconos revolucionarios atestiguando la insólita escena desde las paredes de la residencia cuyos “aristocráticos” fantasmas desearían tener derecho a una muerte definitiva ante la invasión del popolo grosso sudcaliforniano.

El Che Guevara y Marcos, Fidel y Ho Chi Minh, al lado y de la mano de las heroínas de la periferia paceña, de los pequeños comerciantes y burócratas suicidas que habían desafiado el puño rencoroso de Lionel al seguir a Manuel, el de Todos Santos, en la aventura de una nueva ruptura.
El ambiente había sido encendido por el sorpresivo arribo de dos personajes non gratos: el alcalde del opulento y caótico municipio de Los Cabos, Narciso Agúndez, su prima hermana, la diputada federal Rosa Delia Cota Montaño, y su hermano Antonio, “dirigente” del PT en Cabow County.

Venían a hablar con el profe Anaya, quien después de haber sido recibido con gritos destemplados por los “manuelistas” que le exigían “respeto a la voluntad del pueblo”, se había atrincherado en la ex alcoba nupcial de los Cota Olachea llevándose como rehén al pretenso candidato Manuel y sus allegados.

Los visitantes cabeños acababan de publicar un desplegado desconociendo la postulación de Manuel Salgado por el PT, y pronunciándose a favor del candidato oficial, Víctor Guluarte Castro y la renovación de la Alianza de la Democracia y del Trabajo..

Al grito de “¡¡Traidores!!”, los beligerantes manuelistas le cerraron el paso a la pareja de primos, y otros parientes, y los arrinconaron a la entrada de la cocina. Doña Herminia , la de la Márquez de León, no resistió la tentación de desinflar los bien cultivados cachetes de Narciso y le lanzó un volado de derecha que de pasadita alebrestó el guajolotero peinado de Rosa Delia.
Tuvieron que pasar largas y tensas horas para que los dejaran subir a ver al atolondrado Profe.
Tiempo crítico que puso al borde del infarto al dirigente petista, el buen Librado, quien parecía moverse como tocado por un rayo épico- certidumbre de la gravedad del momento histórico- entre el gentío encolerizado y azuzado por la Mary, que por momentos me hacía recordar a La Tita, aquella activista de la Facultad de Derecho, sobreviviente del 68, en los tiempos de Castro Bustos y Falcón.

Los Montaño se colgaron en su visita al Profe ante la impaciencia de los dirigentes y candidatos petistas que se habían dejado venir de todos los municipios de la media península. Venían a decirle al Profe que rechazaban definitivamente la alianza con el PRD, pues consideraban que la supuesta encuesta practicada por la “prestigiada” empresa Mitofsky que había dado como triunfador al “Cochi con Tacones”, el candidato oficial, en la disputa por la candidatura a la alcaldía de La Paz, no convencía a nadie.

Una vez en la ex alcoba conyugal de los Cota Olachea, la única con aire acondicionado, el Profe, ya navegando con el automático y entre pestañita y pestañita después de la maratónica jornada , tuvo que soportar el fuego granado del petismo local en pie de lucha, avivado por la gente traída por Manuel a la tradicionalmente despoblada sede del PT.
El clamor fue unánime. Era la hora de empezar a caminar solos. El PRD era un partido a la baja, con un candidato burdamente prefabricado al estilo de la decadencia priista que iba directo a una derrota electoral que no había por qué compartir.

Era la hora de posicionar al PT, legitimarlo, dignificarlo ante una ciudadanía desencantada por el manejo caciquil del PRD .Las intervenciones se sucedieron sin límite de tiempo. El Profe despistaba cada vez menos las pestañeadas ante la angustia de Librado, el discípulo del catédrático Alberto Anaya, cabecilla del movimiento de inspiración maoísta Tierra y Libertad, en la Universidad de Nuevo León, quien muchos años más tarde, ya en calidad de dirigente del Partido del Trabajo, buscaría al ex alumno sudcaliforniano para ofrecerle la dirección local del partido.

Esta entrañable relación con el Profe fue remarcada cuando Magda, esposa de Librado, le habló en un tono tan pero taaaaan familiar que nos hizo imaginar que el Profe no podría negarse a apoyar a Manuel, el candidato que había traído pueblo a un organismo vacío, a unas siglas inertes que bajo el liderazgo de Librado habrían de colocarse a la vanguardia de la transición democrática sudcaliforniana más allá de la coyuntura electoral.

Una guerrillera voz sacó a Anaya de uno de sus cachondeos con Morfeo. La gente, o buena parte de la opinión pública, desconfiaba de la elasticidad moral del PT cuando de negociar, de pacos cupulares se trataba.

-Es más-dijo el joven cabeño en un tono que me hizo recordar a los incendiarios líderes post 68 que conocí en la UNAM-, se dice que usted ya viene maiceado por Lionel..

Encendido, frunciendo el ceño, Anaya ripostó:

-Si fuera un pillo dispondría del presupuesto del PT, del millón de dólares mensuales que recibimos, de los 25 millones de dólares anuales. ¿Qué me podría ofrecer Leonel?

Luego de que el brillante y enjundioso mozuelo mulegino, Alí, en un incendiario discurso llamó “culeros” a los neoperredistas y leonelistas, y profirió otros términos altisonantes como una demostración de la libertad lingüística conquistada en el camino revolucionario, Librado, el discípulo, pidió la palabra.

El clon de Carlos Olachea y Viruta (la pareja humorística de Capulina) pronunció un discurso conmovedor, que a algunos nos hizo un nudo en el cogote.

-Dejé la Academia –dijo un vehemente Librado de pie frente a su mentor y su rebaño- para integrarme a las tareas de partido con esa profunda convicción que usted, Profe, nos inculcó en los años universitarios. He trabajado con total entrega. He ido y venido por todo el estado, yo que tan sedentario era. Antes me daba hueva ir a Los Cabos, ya ni se diga a Santa Rosalía o Guerrero Negro. Ahora voy y vengo a cada rato. Casi no tengo tiempo de estar en mi casa, con mi familia. Por eso ahora le digo que si no sostenemos la candidatura de Manuel Salgado, mejor me voy a mi casa, me retacho a la universidad. Pactar con el PRD sería ser cómplice de la ambición de poder , la avaricia de una familia: los Cota Montaño.

Un nutrido aplauso rubricó las palabras del dirigente petista súbitamente revaluado, crecido, enriquecido. Pero nadie, ni Librado, le pudo sacar al Profe la promesa de cumplir con la exigencia de sus circunstanciales correligionarios sudpeninsulares de que fuera Manuel el candidato petista a la alcaldía de La Paz y que no hubiera alianza con el PRD.
El asunto lo resolvería el Consejo Nacional, previa revisión de la encuesta de Mitofsfsy y quizás la práctica de un nuevo muestreo encargado por el propio partido. Invitaba a representantes de cada municipio a asistir a la sesión del consejo a realizarse en la ciudad de México el próximo miércoles, es decir mañana.

Y colorín colorado, good night, fuímonos, porque un desvelado Lionel aguardaba al Profe en un hotel del puerto.

“!Que espere, que espere!!”, gritaron unos. Otros, los siempre mal pensados, se preguntaban si algún precandidato locochón, dizque poeta de tiempo completo, le había pasado por debajo de la mesa al Profe una de esas piedras baturianas tan codiciadas en ciertas trincheras de la revolución democrática, pues el político regiomontano estaba de nuevo con las luces encendidas.

- Es que va por los billetes- remató el “compa” de San Locos..

CASA DE CITAS.- “Todo está listo: el agua, el sol, el barro/ pero si falta usted/ no habrá milagro..” JM SERRAT.(mail: malekon04@yahoo.com)

*Libro inédito de crónica política.

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