martes, 31 de enero de 2012

"¡¡¡¡GRACIAS MARCOOOOOOS!!: "EL GOBIERNO ESTATAL UTILIZA A NIÑOS DE KÍNDER CON FINES PROPAGANDÍSTICOS

El "reportero" del Canal 8 del Centro Estatal de Radio y Televisión, anda de gira por el norte del estado.
Todos sus "reportes" son idénticos en forma y fondo y se suceden en el  infumable "noticiero"(la única fuente es el gobierno)uno tras otro como si se tratase de distintos "reportajes".

En la cuarta o quinta nota", el "reportero" se ubica en el Ejido San Lucas, municipio de Comondú, en el jardín de niños Amado Nervo( evidentemente, el "reportero" no sabe de quién se trata, ni le importa), y el tema de su "reportaje" es que hasta hace poco estos infantes comundeños recibían sus primeras lecciones a la "nteRperie"(no sabe, ni tampoco su director, que lo correcto es inteMperie).

Viene la  "entrevista" con la directora del kínder, que en su agradecimiento al gobernador por  el aula construida con el dinero de todos los contribuyentes- los mismos que sostienen e CERT- , parece seguir el mismo guión seguido por el resto de los personajes,actores sociales, "entrevistados."

Acto seguido, el "reportero", anuncia que los niños van a darle las gracias a "Marcos" por el favor recibido.

Aparece a cuadro un grupo de pequeñitos que a coro gritan: "GRACIAS, MARCOOOOS...GRACIAS, MARCOOOOOOS"

UNA escena en términos democráticos y republicanos,simplemente aberrante, indignante, vomitiva, y creo, inédita en nuestro medio y "nuestros" medios públicos, financiados incluso por aquellos ciudadanos,LA INMENSA MAYORÍA, que no votaron por "Marcos".
(¿Le gustaría a usted invertir  en una empresa en la que no tuviera voz ni voto y que de paso atentara contra sus intereses ciudadanos? Pues le guste o no ,ya la tiene: el CERT)

No recuerdo haber visto un pasaje semejante de manipulación  con fines propagandísticos gubernamentales de niños que apenas empiezan a tener conciencia de la vida social en  su primer contacto con  las instituciones pre escolares. Instituciones republicanas.

Niños indefensos a quienes, como en los regímenes totalitarios donde todo y todos pertenecen al Estado, se le inculca el CULTO A LA PERSONALIDAD, DE UN SUJETO A QUIEN, OBVIAMENTE,  DESCONOCEN, Y SE LES OBLIGA A CONCEBIR COMO UNA ESPECIE DE SANTA CLAUS QUE GENEROSAMENTE  LES REGALA UN TECHO PARA SU  AULA.

Imagínese la distorsión del ideal de una educación republicana y democrática, que contempla al gobernante como un simple mandatario  que cumple con la obligación constitucional de aplicar los recursos públicos, de la manera más racional, siempre apegado  a la atención de prioridades(como la construcción de aulas y de escuelas) y a una política de Estado, DESPERSONALIZADA.
Por eso jamás verá usted a Obama, Sarkozy, Merkel, Cameron, y demás mandatarios de las democracias consolidadas, inaugurar obras de infraestructura y de paso pedir que quienes las pagaron,se lo agradezcan.

Pero lo que allá,en las democracias  y Estados de derecho avanzados, es inconcebible, aquí es el PAN nuestro de cada día. En esta PREHISTORIA POLÍTICA nos encontramos atrapados. 
.      ¿Qué dirán los padres de familia de esos ñiños? ¿Estarían todos de acuerdo en que a sus hijos  que apenas empiezan a cobrar  conciencia de su ser social, se les utilice como vil instrumento de propaganda política, de culto a la personalidad de un señor que se llama "Marcos" y hace las veces del Dador de Vida?¿Por qué no se les entrevistó?   

El mismo "generoso Marcos" que si bien protege a los niños del kínder de la "inteRperie", también "protege" a los universitarios de la UABCS de su propia autonomía mediante testaferros herencia de su compadre Narciso Agúndez.

Pero comprueben los lectores  por si mismos este INFANTICIDIO político, ideológico, educativo, registrado en este video que aquí les ofrecemos de manera fragmentaria.


LAS LECCIONES DEL PROFE OMARÍN


UNO DE NUESTROS TEMAS recurrentes en MALEKÓN, ha sido la crítica de medios, de la prensa escrita y electrónica local, particularmente aquellos cuya razón de ser original fue la difusión de la cultura y que fueron concesionados por la soberanía nacional, bajo ese rubro, a los gobiernos de los estados.
Es un tema crucial en toda sociedad democrática, pues la piedra fundacional de la DEMOCRACIA, desde el AGORA ATENIENSE EN EL SIGLO V A.C, es la LIBERTAD DE EXPRESIÓN, el debate público de la RES PUBLICA.
En el caso concreto del Centro  Estatal de Radio y Televisión,hemos señalado reiteradamente desde su fundación, la forma en que los distintos gobiernos, priistas, perredistas y panistas, han desvirtuado los objetivos originales de este medio, convirtiéndolo en un instrumento el gobernador en turno, no solamente para promover la obra de su gobierno, lo cual sería legitimo, sino también para promover la imagen personal del gobernante, lo cual ya es otro boleto. 

En el infausto sexenio pasado, la máxima expresión de este culto a la personalidad en el Canal 8,estuvo a cargo  nada menos que del secretario de Educación Pública estatal, el profesor Omar Castro Cota, en un porgrama  auspiciado por la SEP. Con el agravante de que el homenajeado, el Gran Hombre, el "Ingeniero"a quien los sudcalifornianos le debíamos buena parte de nuestra bonanza, era y seguirá siendo, un caso emblemático del analfabetismo funcional "exitoso".

Por cierto, este profesor  y  ex secretario de Educación, Castro, quien no podía pronunciar una frase sin agradecerle al "Ingeniero"-nadie conoce el titulo respectivo de la UABCS- sus favores, tuvo hace poco una desafortunada  asomadita a Facebook para  burlarse de la mala ortografía  de un señor conocido como El Tano, y que dicen es alcalde de Comondú.  Inmediatamente le llovieron recordatorios de su servilismo con su rebuznante expatrón, y el ex secretario se borró del diálogo cuando ya empezaban a salir a flote lo de los dos mil millones de pesos desviados en la dependencia que tuvo a su cargo.



EXCELSIOR: Peña Nieto y Periodistas

Martín Moreno



Un fenómeno político-periodístico tan curioso como evidente ha surgido paralelo a las aspiraciones presidenciales de Enrique Peña Nieto: el alineamiento de medios y periodistas que, motu proprio —por convicción, interés o costumbre—, se han convertido en voceros del mexiquense o del PRI. Una especie de “cuarto sector” priista. Ariete de papel.

Lo que voceros del PRI o del equipo de campaña de Peña no han sabido o podido hacer, las plumas y voces “peñanietistas” se han encargado de suplirlos de manera eficaz, al grado de explicar, atenuar y hasta disculpar los yerros del precandidato presidencial. Ayer, plumas críticas. Hoy, voceros del político que puntea en las encuestas. Qué pena.

Hay, a la vista, y de cara a la elección presidencial, tres categorías periodísticas:

1) Conversos. Quienes ayer se caracterizaron por ser plumas críticas contra poderosos, sin importar partidos, colores o ideologías, y hoy se han alineado y convertido en voceros de Peña Nieto. Lástima, porque algunos tenían talento.

2) Oficiosos. Los que siempre están a la caza del guiño del poder priista y se ofrecen —prostitutas intelectuales con pluma y micrófono— al mejor cliente. O al político más dadivoso. Hasta con un desayunito se conforman. “Nomás no me olviden…”

3) Costumbristas. Son quienes, por costumbre, ejercieron el periodismo para agradar al poder. Así como los priistas no fueron diseñados para la democracia, hay periodistas que no fueron formados para el periodismo de investigación, abierto, crítico, ético. Por costumbre se plegaron al poder priista. Por costumbre halagan. Por costumbre cobran. Cada quién a su manera.

Junto a estos fenómenos se encuentran aquellos medios o periodistas que, cuando el PRI perdió la Presidencia, también ellos perdieron su capacidad periodística. Los unía un cordón umbilical que durante décadas logró la sobrevivencia periodística —y, en no pocas ocasiones, financiera— de medios y periodistas.

¿Cómo sobrevivir sin el priato en el poder, sin las filtraciones informativas de Los Pinos, de secretarios, de gobernadores, de políticos interesados en algún tema o de jefes de prensa siempre melifluos con el amigo reportero? ¿Cómo sobrevivir sin el tradicional trato acomedido para el reportero? ¿Investigar? ¡Qué horror! ¿Cómo? ¿Para qué?

Por eso, muchos periodistas añoran el regreso del PRI y fungen de voceros para aplaudir “la esperanza” que despierta su candidato. Creen que de esa forma los periodistas siempre al servicio del priismo también podrán resurgir, llevados de la mano de la nomenclatura político-periodística de ese partido. Renacer al amparo del PRI que viene.

No se dan cuenta —o no pretenden darse cuenta— de que, en el fondo, sus dotes periodísticas dependían más del reconocimiento del poder que del servicio a una sociedad arrodillada por la dictadura política priista. ¿Para qué darle voz a las víctimas del abuso del poder priista, si era más jugoso alabar a un Presidente, secretario de Estado, gobernador, alcalde o político interesado en destacar en los medios?

Y ocioso sería citar a publicaciones que, en ofertas y gran barata periodísticas —modelos temporada electoral 2012—, ofrecen portadas al gusto del poder político. “Ojalá le guste al señor candidato… al gobernador… al jefe”. De baratijas mediáticas, mejor ni hablemos.

Muchas plumas murieron cuando el PRI perdió la Presidencia. Pero equivocan el diagnóstico: realmente estaban muertas desde mucho antes, cuando decidieron convertirse en palabras y voz al servicio del poder, en lugar de ser vínculo eficaz con la sociedad para denunciar impunidad, injusticias o abusos del poder mismo.

Para qué apoyar al ciudadano, si siempre habrá un candidato, secretario o gobernador que, a la vieja usanza priista, de la palmada en la espalda o la dádiva ensobretada en agradecimiento por los favores recibidos. “Ahi como cosa tuya, hermano…”

Lo alentador es que los periodistas-voceros del poder priista-peñista no son la regla generalizada. Hay otros medios, plumas y voces dispuestos a tener la apertura para que mexicanos agraviados por el poder denuncien los abusos. Y cada vez son más. Eso reconforta.

Ellos, los priistas. Nosotros, los periodistas.

MILLONES VERACRUZANOS. No seamos malpensados: si dos empleados del gobernador de Veracruz, Javier Duarte, llevaban 25 millones de pesos en efectivo para “eventos culturales y turísticos”, posiblemente no sabían que para este tipo de transacciones hay cheques o transferencias electrónicas bancarias o ignoraban que la ley prohíbe llevar esa fortuna en los bolsillos o simplemente lo hicieron de buena fe para el desarrollo de su estado. ¿Apoyo financiero para alguna causa política en año de elecciones presidenciales? ¡No, hombre! ¿Lavado de dinero? ¡Por favor! Devuelvan esos milloncitos, que son para el progreso del país.

                Twitter: martinmoreno

lunes, 30 de enero de 2012

Historias: Carlos Slim, el mecenas que usa calculadora

DIEGO OSORNO, EL UNIVERSAL, MÉXICO D.F.

El hombre más rico del mundo toma Coca-Cola Light, come cacahuates japoneses, regatea por el precio de una corbata y suele andar sin zapatos en su oficina, pero no se ha ganado la fama de gran filántropo a pesar de que ha destinado parte de su fortuna a hospitales, boxeadores, artistas y hasta a un ex presidente de la República en desgracia. Este perfil fue publicado originalmente en la revista peruana Etiqueta Negra.
SLIM ANDA EN CALCETINES

I
Hace unos años, en un evento público de caridad, un hombre vio a Carlos Slim y se acercó hasta él para proponerle un negocio: hacer un libro de fotografías sobre la Ciudad de México para regalar en Navidad. El hombre más rico del mundo según la lista de la revista Forbes, incluso más rico que Bill Gates, aceptó la oferta. Le pidió que preparara mil ejemplares para sus clientes especiales de Inbursa, el banco del que es dueño, como también lo es de la empresa de telecomunicaciones más gigante de Latinoamérica, una compañía industrial de cables eléctricos, hospitales, minas de oro, cigarreras, el predio alrededor de donde está la única pirámide prehispánica del Distrito Federal, tiendas Saks Fifth Avenue y fábricas de bicicletas, líneas de ferrocarriles y acciones del New York Times y la colección de esculturas de Rodin más completa del mundo. Semanas después de haber conversado con el multimillonario, el hombre del libro navideño obtuvo una cita con él. Slim lo recibiría en su oficina de Lomas de Chapultepec, la más tradicional colonia adinerada de la ciudad, donde exhibe la escultura de bronce de un Napoleón descansando en un sillón, una obra del artista Vincenzo Vela premiada a fines del siglo XIX en París. Según uno de sus empleados, Slim la tiene allí para recordarse que es un simple mortal. Cuando el empresario le entregó un ejemplar de su libro con fotografías de México, Slim lo revisó con detenimiento y miró la factura con un rostro agrio. Le dijo que no podía pagarle ese precio porque le parecía muy caro. El hombre de negocios le aseguró que no estaba ganando dinero con el libro, que sus costos de producción eran los reales. De su escritorio, donde no tiene ninguna computadora, Carlos Slim sacó un papel y un lápiz, hizo sumas y restas, hasta que escribió la cifra que estaba dispuesto a pagar.

El empresario de un libro para regalar en Navidad cedió ante el regateo del hombre que Forbes dice que es el más rico del mundo.

Todos saben algo de Carlos Slim, pero no abunda gente dispuesta a hablar con soltura de él. En México hay más leyendas que reportajes acerca de este hombre que estudió ingeniería civil haciendo cuentas con calculadoras electrónicas, un objeto al que en su tesis para graduarse el futuro multimillonario le auguraría un gran porvenir. La historia del libro de Navidad es una de las tantas que se cuentan en reuniones de empresarios para recordar el estilo Slim a la hora de negociar. Otra historia que se esparce como un virus de risa en los mismos círculos es la del tiempo que Slim se pasó regateando con un vendedor de Venecia para conseguir un descuento de diez dólares por una corbata.

Es normal que un multimillonario como Slim, tan omnipresente en la vida diaria de mexicanos y latinoamericanos, sea objeto tanto de adulaciones como de insultos gratuitos. Los juicios sobre él se dividen entre la complacencia de intelectuales, políticos y artistas que lo ven como un mecenas nacionalista, y la lapidación de ciudadanos comunes que no tienen más opción que ser sus clientes porque es dueño de la mayoría de productos y servicios que compran. Luego se desahogan con chistes, como el típico: “Mi amor, entiende que cuando discutimos por teléfono ni tú ni yo ganamos. Gana Carlos Slim”. Los efectos de su fortuna creciente invaden hasta las peleas de pareja en clave de comicidad contra uno mismo.

Cualquiera puede volverse millonario de la noche a la mañana por azar. Pero estar en la cumbre de los que ganan más de mil millones de dólares, según la fábula de la riqueza occidental, cuesta media vida de esfuerzo y corresponde a la ilusión de un hombre de perfil generoso, creativo y audaz. Bill Gates es visto como un genio, Warren Buffet como trabajador incansable, George Soros como un millonario rebelde y chic. Slim es conocido por ser el hombre más rico del mundo en un país con cincuenta millones de pobres. Tal vez por ello, en lugar de creer en el valor de su trabajo, se le asocia más a los oligarcas rusos, que multiplican su fortuna por corrupción y reciben ventajas para hacer negocios bajo la sombra del poder.

The Wall Street Journal atribuye la fortuna de Slim a sus prácticas monopólicas. El magnate lo ha negado una y otra vez, pero en México es muy popular la idea de que sin la ayuda que tuvo del gobierno, nunca hubiera llegado a la cúspide de los más ricos del mundo.

Carlos Slim ascendió por un elevador privado al club de Forbes en los años en que abrió su billetera para respaldar a un aspirante presidencial. Slim el magnate donó veinticinco millones de dólares para la campaña del candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), a las elecciones de 1994. En una cena, Carlos Salinas de Gortari, el presidente saliente, les pidió esa cantidad a él y a otros multimillonarios mexicanos para asegurar el triunfo de su partido, que por primera vez temía perder las elecciones que hasta entonces había ganado con fraudes.

Slim era un entusiasta defensor del PRI. En aquellos tiempos, su éxito se atribuía a sus buenas relaciones con los gobiernos del partido que se mantendría durante setenta años en el poder en México. Los mexicanos recuerdan esa época diciendo: “El PRI robaba, pero dejaba robar”. Durante el mandato del presidente Salinas de Gortari, se privatizaron casi mil empresas públicas y, de todas, la venta más rentable y polémica fue Teléfonos de México (Telmex), la única telefónica nacional. Hasta entonces Carlos Slim sólo había figurado como uno más de los empresarios que acompañaban a Salinas de Gortari desde la campaña electoral. Tenía menos de cincuenta años de edad y lo único que se sabía de él era que primero había trabajado como agente en la Bolsa de Valores y luego se había enriquecido comprando compañías en crisis, a las que volvía rentables en forma casi milagrosa.

La adquisición de Telmex incluía cláusulas ventajosas que daban al empresario el control de la compañía y el monopolio de este servicio en la época de mayor contratación de líneas telefónicas en el país. Se rumoreó que había comprado Telmex actuando en nombre del mismo presidente cuyo gobierno vendía la empresa, que Slim era un testaferro de Salinas de Gortari. Comprar Telmex en 1991 lo catapultó como personaje de la vida pública en México.

II
Diez años antes de convertirse en el hombre más adinerado de la Tierra, Carlos Slim estuvo a punto de morirse. Sufría del corazón. Ese otoño de 1997, el magnate lucía tan flaco y débil que sus amigos más cercanos no creían que lo verían de nuevo en su oficina haciendo cuentas con tres calculadoras a la vez. Tampoco se acostumbraban a la idea de no verlo revisar reportes financieros de todo el mundo con la mirada inexpresiva de un tiburón que ve a una presa. Había viajado en secreto y con su esposa a Houston para que le cambiaran una de las dos válvulas de su corazón, una intervención que no debía ser riesgosa.

Estaba en el Texas Heart Institute, un centro médico de adventistas dirigido por Denton Cooley, famoso por haber realizado el primer trasplante de un corazón artificial. El médico encargado de operarlo era Paolo Angelini, un cardiólogo italiano pero que había estudiado en México. Hablaba un español aceptable y le caía bien a Slim. En medio de la cirugía a corazón abierto, la válvula por operar se rompió. Slim sufrió una hemorragia que Angelini y su equipo de médicos combatieron con el suministro de una bolsa de sangre tras otra hasta llegar a las treinta y uno. Las siguientes veinticuatro horas, Slim respiró con ayuda de un ventilador mecánico. Sus barreras de inmunidad quedaron vulnerables y adquirió una neumonía. De una semana a otra, Slim bajó veinte kilos.

Todo indicaba que la noticia de ese otoño sería la de la muerte del entonces hombre más rico de América Latina. Algunos de sus colaboradores creyeron que había muerto y esparcieron el rumor. Otros creían que los rivales del empresario esparcían la noticia para desestabilizar sus acciones en la bolsa de valores. La oficina de prensa del multimillonario tuvo que lanzar un comunicado en el que aclaraba que Slim estaba vivo y todas sus empresas operaban con normalidad. El médico Héctor Castañón, jefe de terapia intensiva del Hospital Siglo XXI, viajó a Houston para revisar su estado de salud. Slim se quedó varias semanas más en Estados Unidos, antes de poder volver a México para seguir la rehabilitación en su casa de Acapulco.

Fructuoso Pérez, amigo de Slim desde la época universitaria, se enteró de la supuesta muerte del millonario leyendo un periódico. Pronto confirmó que la información era falsa y tiempo después, de boca del mismo Slim, supo detalles de lo sucedido. Dice que Slim se pone mal cuando recuerda este momento: le desesperaba el hospital, la torpeza de las enfermeras y los médicos. “Para él fue como una segunda oportunidad de revivir. Le hizo pensar en hacer cambios en su vida”. Slim no habla en público de lo que sucedió aquellos días. Tampoco entre sus amigos más cercanos, aunque a veces comenta que un médico cubano le salvó la vida en esa ocasión.

Cinco años antes de que se le rompiera la válvula del corazón, Carlos Slim ya se había sometido a una primera cirugía cardiovascular. Fue con el doctor Teodoro Césarman, conocido por haber sido el cardiólogo del ex presidente Luis Echeverría y del comediante Cantinflas. Tras esa operación, Carlos Slim también decidió convalecer en su mansión de Acapulco. De esa intervención quirúrgica se supo todavía menos por la prensa, que recién entonces empezaba a interesarse en el empresario. La salud de Slim todavía no era asunto de especulación en la bolsa. Cuando lo llevó a ser operado, para evitar ser localizados, su esposa lo registró con el irónico nombre de Carlos Delgado.

Durante el tiempo de su primera recuperación, Slim tuvo varias recaídas. Se deprimió. Se dejó crecer la barba y vestía con mayor desaliño que el de costumbre. Uno de esos días, cuando apenas rondaba el lugar 33 de la lista de Forbes les dijo a sus amigos que le daban ganas de olvidarse de los negocios. Esa vez Ignacio Cobo y Juan Antonio Pérez Simón rentaron un avión y lo llevaron al Texas Heart Institute. Slim se amarró el corazón y se animó a continuar con sus empresas. Hoy ese hospital es un consentido de su política de donaciones, tal vez una excepción sentimental de su filosofía pragmática de la generosidad.

Cuando anunció que donaría cuarenta millones de dólares para investigaciones de salud, Carlos Slim declaró su teoría del altruismo: “Nuestro concepto se enfoca en realizar y resolver las cosas, en lugar de dar. No ir por ahí como Santa Claus”. El dinero que dio ese día ha servido para que su Instituto Carso —por las tres primeras letras de su nombre y las dos primeras del de su esposa Soumaya— enviara médicos a comunidades indígenas de la sierra Tarahumara y de Chiapas a que ayuden en labores de parto. O para atender trasplantes y problemas de riñón,  como los que tuvo su esposa, que murió de insuficiencia renal en 1999. El dinero de Slim también ha sido usado para adiestrar a cinco mil personas que trabajan en centros de tratamiento de adicciones y para crear equipos de atención psicosocial a pacientes en fase terminal en hospitales públicos. Su instituto  ha financiado el estudio de las bases genéticas de la diabetes y varios tipos de cáncer, además de la búsqueda de vacunas contra la enfermedad de Chagas, y la leishmaniasis. Mientras que a  Slim no le interesa el trabajo de regalar a tiempo completo, Warren Buffet, el empresario debajo de él en la lista Forbes, inversor de un sinfín de compañías que van de Nike a Coca-Cola, cree en la filantropía a otra escala. Buffet ha donado treinta y un mil millones de dólares, más de la tercera parte de su fortuna, a una fundación de caridad que lleva el nombre de Melinda y Bill Gates, el tercer multimillonario del mundo, con quien Buffet sí comparte esta visión de la generosidad. Mientras Buffet dejó de administrar sus negocios para dedicarse a la filantropía, el magnate mexicano administra los suyos desde otra balanza. “No es generoso ni con él mismo”, me dijo un antiguo ejecutivo de Telmex, la empresa más conocida de Slim.

El hombre más rico del mundo no tiene chofer y él mismo conduce su automóvil Mercedes Benz en el desesperante tráfico del Distrito Federal. Quiere participar con un equipo en la Fórmula Uno, pero ha puesto la condición de que haya un mexicano en el circuito. Su amigo Ignacio Cobo, un copiloto habitual en su auto y en los negocios, suele llamarlo “Cierto Bulto” cuando habla de él ante los demás. Pero no sólo sus amigos más cercanos lo encuentran tan normal. Alfonso Ramírez Cuéllar, un líder campesino que defiende a deudores bancarios, dice que a veces Slim lo cita para hablar de economía y que es un tipo amigable y común en su trato. “Slim es un cabrón que casi siempre anda en calcetines en su oficina. De traje y sin zapatos. Por cosas así me cae bien —dice—. Hace cuentas con las manos y a veces usa una calculadora”.

Slim es un personaje fascinante por la paradoja de tener tanto dinero y parecer aburrido. Cuando viaja fuera de México duerme en hotel, en casas rentadas o de amigos, porque decidió no comprar para su uso personal ninguna mansión en el extranjero: presume que ha vivido treinta años en la misma casa. Su equipo de prensa difunde que la ropa que viste proviene de cualquiera de las tiendas Sears de su propiedad, y no de la sofisticada Saks. Cuando fundó su banco Inbursa decidió no registrarlo a la Asociación Mexicana de Bancos porque le pareció caro pagar medio millón de dólares para obtener la membresía —que incluía el uso de las instalaciones de un exclusivo club deportivo—.

Intelectuales y periodistas influyentes, que han sido invitados a comer a sus oficinas de Lomas de Chapultepec, relatan que los alimentos a veces son traídos de la cocina del Sanborn’s más cercano, una antigua cadena de farmacias a la que Slim le agregó con éxito restaurante, pastelería y librería. En eventos importantes, el hombre más rico del mundo suele comportarse sin sofisticaciones: prefiere Coca-Cola Light que vino tinto y en ocasiones aparece comiendo cacahuates japoneses con la mano.
El lugar común para explicar esta forma de ser de Carlos Slim.

Es la reputación tacaña de su ascendencia árabe. Años atrás, cuando viajé a Líbano, donde nacieron sus padres, una profesora me contó la historia de un estadounidense que llega a una tienda de lámparas y ve una que le gusta. Pregunta el precio y el vendedor contesta con el rostro sonriente que son cincuenta dólares, un monto excesivo para una lámpara que sin embargo el cliente acepta mientras dice que se llevará tres. El vendedor se ofende. Le increpa que no haya reclamado un mejor precio y se niega a venderle siquiera una. En la cultura comercial del Medio Oriente, el regateo no sólo es imprescindible: es un acto de cortesía. Pero en México y en casi todo el mundo, un multimillonario regateando está condenado a ganarse la imagen de avaro. A pesar del chiste, puede que Slim no sea un producto de la cultura libanesa, pero sí un ídolo para una comunidad que se precia de su olfato para los negocios y lo emprendedor.

En Beirut apenas lo conocen, aunque tiene vínculos personales claves con la historia política reciente del país: su esposa Soumaya Domit Gemayel pertenecía a la familia de donde salieron Bechir y Amin Gemayel, dos de los presidentes más polémicos de la época reciente en el país productor de cedro y de Hezbolá. A diferencia del de su esposa, Slim —Salim, en árabe— es un apellido sin linaje alguno. Hasta ahora.

Un hombre de Líbano que sí conoce la historia de Slim es Issa Goraieb, el principal editorialista del diario Le Journal, un libanés de mirada generosa nacido por casualidad en México a mediados del siglo pasado. Goraieb cree que la gran hambruna que vivió Líbano entre 1910 y 1915 marcó a las siguientes generaciones, sobre todo, a las que emigraron al continente americano y construyeron redes de apoyo, como Julián Slim Haddad, el padre de quien se convertiría en el primer nacido en un país pobre que logró ser el más rico del mundo. Si las culturas árabes tienen reputación de negociantes, los libaneses exiliados a principios del siglo XX que recordaban esas penurias eran todavía más precavidos. Slim Haddad fue hijo de campesinos y tras emigrar en barco a México se volvió un próspero vendedor de telas. Luego fundó y dirigió por años la Cámara Libanesa de Comercio, donde la palabra más invocada para administrar un negocio fue sólo una: austeridad.

Carlos Slim recibió influencias empresariales bastante lejanas del Líbano. Cuando acababa de terminar sus estudios de Ingeniería Civil en la Universidad Nacional Autónoma de México, Slim encontró inspiración en las páginas de una revista Playboy. Un día, entre las fotografías de chicas semidesnudas, leyó un artículo de Jean Paul Getty, el primer hombre en acumular una fortuna de más de mil millones de dólares. La filosofía de Getty, en torno a la necesidad de tener una “mentalidad millonaria” impactó al joven estudiante. Hoy recuerda esa lectura como un momento clave en su vida. A mediados de los sesenta, el magnate petrolero escribía para Playboy sobre negocios. Las páginas de la revista enseñaban a sus lectores a convertirse en consumidores y promovían un estilo de vida desenfadado y hedonista. Eran los años previos a la rebeldía de fines de la década.

En la UNAM, la escuela de Slim, se habían desatado marchas y protestas que acabaron en una masacre de estudiantes ejecutada por el Ejército. Por esa misma época, Getty aconsejaba a los jóvenes a despreciar la radicalidad. Para él se trataba de una apuesta que casi siempre se perdía.

Jean Paul Getty también cobró fama como escritor motivacional. En su libro Cómo Ser Rico, distinguía entre cuatro tipos de personas: 1. Las que trabajan mejor por sí solas que con una empresa. 2. Las que buscan ser las más importantes dentro de una empresa. 3. Las que sólo aspiran a recibir un buen salario. 4. Las que no tienen ninguna necesidad o deseo de prosperar y se conforman con lo que tienen. Los que se ubican en las primeras dos clasificaciones podrían conseguir la riqueza económica porque —abracadabra— cuentan con una “mentalidad millonaria”, explicaba Getty.

El magnate estadounidense decía que su secreto para haber llegado a ser tan rico era levantarse temprano, trabajar hasta tarde y encontrar petróleo. La principal fuente de su fortuna era Getty Inc, un emporio energético que desapareció cuando fue adquirido por Texaco, años después de su muerte. Getty tenía también la fama de no gastar dinero. En la literatura de los magnates, además de ser el billonario pionero, suele ser calificado como “el hombre más tacaño del mundo”. Cuando el Che Guevara inspiraba a los estudiantes latinoamericanos, el héroe de Slim era Getty.

El mismo año en que los Beatles sacaron a la venta su primer disco sencillo, cuando la compañía AT&T lanzó al espacio el primer satélite experimental de telecomunicaciones, Carlos Slim se graduaba de ingeniero civil en la UNAM. Su tesis —“Aplicaciones de programación lineal a algunos problemas de ingeniería civil”— es un documento dedicado a la memoria de su padre. El último capítulo de su trabajo, el joven Slim lo inicia con una frase que hoy asemeja un anticuado slogan publicitario: “Con las calculadoras electrónicas es posible sumar, restar, multiplicar y dividir con una rapidez asombrosa”.

Fructuoso Pérez García, uno de sus compañeros en la UNAM, recuerda que sus maestros celebraron ese trabajo, aunque un Slim de veintidós años de edad también tratara de refutar teorías de Einstein. A principios de los años sesenta, la programación lineal era un modelo matemático novedoso para resolver problemas. Era un terreno espinoso para un estudiante recién graduado. Slim había ensayado una tesis audaz. El modelo había sido aplicado en secreto por el Ejército de Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial para organizar mejor las ofensivas militares, con un algoritmo que permitía elegir las actividades necesarias para lograr una meta entre todas las alternativas existentes. En su tesis, el ingeniero que había estudiado para construir puentes y presas pronosticó que las calculadoras electrónicas revolucionarían la forma de hacer negocios en el mundo. Medio siglo después, esos artefactos de museo siguen ayudándole a conservar el control minucioso de su fortuna cuando alguien le cobra una factura.

El ingeniero que puede ganar un millón de dólares en una hora tiene seis hijos: tres hombres y tres mujeres. Carlos, Marco Antonio y Patrick Slim son directores de sus compañías fundamentales; Soumaya, Vanessa y Johanna participan en actividades culturales, mientras que sus esposos ocupan puestos directivos en otras empresas del suegro. A diferencia de Buffet, quien anunció que devolvería la mayor parte de su fortuna a la sociedad y ha legado a sus tres hijos sólo el veinte por ciento de ella, Slim no ha contado cuál es el destino de su dinero cuando muera. Si quisiera repartirlo entre sus más de cien millones de paisanos mexicanos —como se lo piden usuarios en Twitter y Facebook—, cada uno recibiría quinientos dólares, y todos en el onceavo país más poblado del planeta tendrían un iPad.

Cuando eran niños, los hijos de Slim durmieron varios años en dos habitaciones: una para los tres varones y otra para las tres niñas. Su padre se jacta de haberlos educado con responsabilidad. Parece ser cierto: ninguno de los seis ha conseguido la reputación de derrochador. El que más cerca ha estado de esa fama es Carlos Slim hijo, su primogénito, quien en 2010 celebró su boda ante más de mil quinientos invitados, entre ellos un presidente, varios ex mandatarios y un Nobel de Literatura. El menú de la fiesta incluyó más de cien postres y la comida que sirvieron después del banquete fueron platillos de Sanborn’s. A los invitados que estuvieron hasta el final de una boda gigantesca y fastuosa, les invitaron al amanecer comida de una cafetería donde un desayuno vale menos de diez dólares.

En cambio, la historia familiar de Jean Paul Getty, el gurú para aspirantes a millonarios que leían Playboy, fue tormentosa. Tras su muerte se supo que en sus mansiones instalaba teléfonos con máquinas tragamonedas para impedir que la servidumbre, invitados y familiares hicieran llamadas gratis. El relato más conocido sobre su tacañería gira en torno a una oreja: cuando tenía dieciséis años, su nieto John Paul Getty fue secuestrado en Roma. La mafia de Calabria le pidió al abuelo diecisiete millones de dólares a cambio de la liberación de su nieto. El multimillonario, con la fama de ser un trozo de hielo que no se derretía jamás, pensó que aquello podía tratarse en realidad de un autosecuestro de su nieto para sacarle dinero. Durante varias semanas ignoró la advertencia de la Ndrangheta, lo que provocó que los secuestradores mutilaran una oreja a su nieto y se la enviaran. El abuelo accedió a pagar sólo dos millones de dólares que después cobraría a su nieto como un préstamo, con un cobro preferencial de interés del cuatro por ciento.

John Paul Getty no pudo pagar el adeudo a su abuelo. A los veinticinco años, tomó un coctel de metadona, Valium y alcohol que lo dejó paralítico, mudo y casi ciego hasta su muerte veinte años más tarde. Apenas pudo disfrutar la herencia que le había dejado su abuelo. Aunque Slim nunca ha tenido que ponerle precio a la vida de nadie en su familia, su generosidad con otras víctimas de secuestros lo coloca en un plano más halagador que a Getty. Un año después de que Slim entrara a la lista de Forbes, en 1994, el banquero Alfredo Harp Helú, su primo, fue plagiado por un grupo guerrillero mexicano y liberado tras nueve meses de negociaciones en las que Slim se mantuvo en comunicación con sus sobrinos, pese a que por competencia económica, la historia personal con su primo se había vuelto tirante durante esos años.

El magnate ha demostrado generosidad con otras víctimas de secuestros que no son miembros de su familia. Durante una madrugada de esos años noventa, una llamada telefónica despertó al periodista Julio Scherer, un patriarca del periodismo contemporáneo mexicano: “Si no nos entrega trescientos mil pesos al amanecer, matamos a su hijo”. El fundador de Proceso, un semanario político de izquierda en México, tenía sólo cuatro mil pesos en casa. A las cuatro de la mañana marcó al teléfono de Slim para pedir ayuda. Por esas fechas, la esposa del empresario convalecía de una enfermedad. “En este momento reúno todo lo que tengo en la caja fuerte. Además, Sumi y yo nos comunicaremos con algunos amigos por si algo más te hiciera falta. Lo siento, lo siente Sumi, ya sabes, te quiere mucho”, le dijo a Scherer, según cuenta el periodista. Tiempo después llegó a su casa un enviado de Slim con el dinero en efectivo y la orden de permanecer junto a él. El dinero fue entregado a los secuestradores y el hijo de Scherer recuperó su libertad.

Los coqueteos entre el periodismo y el poder han sido siempre una historia de pactos, conveniencias y traiciones. La de Scherer y Slim ha sido además una historia turbulenta. En los años noventa, las principales críticas contra Slim por la adquisición del monopolio telefónico durante el sexenio del presidente Salinas de Gortari salieron de la pluma de reporteros de la revista dirigida por Scherer. Uno de ellos, Rafael Rodríguez Castañeda —hoy director de Proceso— escribió Operación Telmex: Contacto en el Poder, libro donde se cuestiona a Slim de beneficiarse de la corrupción del gobierno durante la apertura económica mexicana al mercado extranjero. Por esos años, el empresario Juan Antonio Pérez Simón, amigo de Slim y de Scherer, intervino para reconciliarlos.

Fue en esa situación cuando Scherer lo llamó de madrugada al enterarse del secuestro de su hijo. En los últimos años, la historia entre el magnate y el periodista se volvió a deteriorar por unos reportajes que cuestionaban que Slim comprara tantas propiedades en el Centro Histórico de México como si jugase Monopoly con la ciudad. Su fortuna le da la oportunidad de convertirse en personaje de portada de los diarios que aún nos importan del mundo, en dos de los cuales —uno en Europa y otro en América— tiene un mínimo porcentaje de acciones que, al parecer, no usa para influir en sus líneas editoriales. Unos meses antes de morir, Miguel Ángel Granados Chapa, otro patriarca del periodismo mexicano, me confirmó que el hombre que rescató a The New York Times haciéndole un préstamo para recuperar su liquidez es mecenas invisible de buena parte de los diarios y revistas de papel de su país.

III

Carlos Slim también ha sido generoso con intelectuales y escritores independientes. A Carlos Monsiváis le cedió cuatro pisos y la terraza del Esmeralda, un edificio del Centro Histórico de la Ciudad de México que en el siglo XIX fue la joyería más exclusiva de la ciudad y que, antes de ser patrimonio de Slim, fue también una discoteca llamada La Opulencia. Monsiváis acomodó allí unos doce mil objetos: pinturas, comics, juguetes indígenas, máscaras de luchadores, entre otras cosas raras y fetiches personales que había coleccionado durante décadas. El museo es administrado por un fideicomiso: su nombre es El Estanquillo, como se llamaba a las tiendas de antaño donde se vendía de todo.

Cuando la generosidad de Carlos Slim trasciende, puede meter en apuros a los políticos. Un día el empresario viajó a Buenos Aires y se reunió con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Al término de su cita le regaló una McBook Air delante de los fotógrafos. No era la primera computadora que Slim le daba a Kirchner, pero sí era la primera vez que lo hacía frente a periodistas que comprobaron que el aerodinámico ordenador, según las leyes argentinas, es un regalo demasiado caro para un presidente. Años antes, en los años noventa, el magnate había llevado a La Habana un moderno televisor para Fidel Castro y nadie se escandalizó. El regaló permaneció hasta 2009 en la sala de la casa del revolucionario, quien ha dicho que Slim es “un hombre inteligente que conoce todos los secretos de las bolsas y mecanismos del sistema capitalista”.

El pago de fianzas a presos pobres mexicanos es uno de los actos de caridad más aplaudidos de Slim: hasta 2010, en el lapso de una década y media, el millonario patrocinó la liberación de decenas de miles de personas acusadas de delitos que no son graves. Regaló una pensión vitalicia de quinientos dólares mensuales a veintidós campeones mundiales de box ya retirados.

Otras donaciones que los relacionistas públicos de Carlos Slim publicitan son las que ha concedido a las fundaciones de Bill Clinton y Shakira, que invierten en salud y educación. Shakira suele invitar a Slim a los conciertos que ella celebra en Latinoamérica. En el único que se ha dejado ver y fotografiar junto a la cantante, fue en el del Zócalo del DF.

Usar la calculadora para sumar las donaciones del hombre más rico del mundo nos daría la impresión de que es un paladín de la filantropía. Sin embargo, en comparación con otros multimillonarios, y con una fortuna acumulada de setenta y cinco mil millones de dólares, la escala de generosidad de Slim es mediocre. Con todo su dinero podría pagar dos veces la deuda externa del Líbano y todas sus investigaciones de salud podría financiarlas con lo que gana en tres semanas. El dinero que regaló a Bill Clinton le costó una semana producirlo. La donación que Shakira recibió sonriente no le quitó ni un día completo de su tiempo.

Es como si los límites de su generosidad no pudieran exceder del número de dígitos de la calculadora en su escritorio.
Carlos Slim ha hecho de su generosidad un pasatiempo. El segundo hombre más rico del mundo, en cambio, lo ve como una misión: Warren Bufett quiere que los hombres más adinerados del planeta donen la mitad de sus fortunas. Ha convencido a otros sesenta y nueve magnates de todas las calañas, entre ellos Bill Gates, Ted Turner, David Rockefeller, George Soros, Michael Bloomberg, Mark Zuckerberg y Oprah Winfrey. El bueno de Buffet piensa que los archimillonarios pueden salvar a la civilización occidental de su suicidio como especie.

Buffet quiere que la nueva generación de gente que gana más de mil millones de dólares sean filántropos radicales y compartan en vida sus ganancias. “No conozco a nadie que no pueda vivir con tan sólo quinientos millones de dólares”, suele ironizar Buffet, quien ha guiñado el ojo a los manifestantes que tomaron una plaza en Wall Street como portavoces de los reclamos del 99% de la población de Estados Unidos que no es archimillonaria. En Nueva Delhi, durante la presentación de su campaña ante millonarios indios, Warren Buffet, al lado de Bill Gates, quien lo acompaña en la cruzada, dijo muy convencido: “Se pueden crear puestos de trabajo y al mismo tiempo hacerla de Santa Claus”. Hasta la navidad de 2011, Carlos Slim sigue regateando su incorporación a las filas de la revolución filantrópica mundial.

Un siglo antes Santa Claus no tenía tanto dinero: a fines del XIX, el hombre más rico del mundo acumulaba treinta millones de dólares, un bocadillo de un banquete si lo comparamos con lo que hoy posee Slim. Andrew Carnegie fue un inmigrante escocés que levantó un imperio del acero en Estados Unidos. En 1889, publicó Wealth, un ensayo sobre la riqueza, el documento que funda la filantropía moderna. Carnegie defendía la existencia de una nueva especie de ricos: los primeros multimillonarios del mundo industrializado. Decía que lo esencial para el progreso de la raza es que las casas de algunos hombres fueran también los hogares de lo más elevado en la literatura y en las artes y en todos los refinamientos de la civilización. “Mucho mejor es esta gran irregularidad que una miseria universal —escribió Carnegie—. Sin riqueza no puede haber mecenas”. En la visión del padre de la filantropía, los pobres del siglo XIX gozaban de lo que antes no podían permitirse ni los ricos. Los que antes eran lujos, según él, se habían convertido en artículos de primera necesidad: “Hoy el labrador tiene más comodidades que el granjero de hace unas cuantas generaciones. El granjero tiene más lujos que los que tenía el terrateniente, y está mejor vestido y alojado. El terrateniente tiene libros y cuadros más raros, y gustos más artísticos de los que entonces podría tener el rey”.

Hoy el apellido Carnegie es sinónimo de arte y conocimiento. En el Carnegie Hall se presentan los mejores músicos del mundo. En el Carnegie Museum of Art han hecho residencias artistas como Andy Warhol. Andrew Carnegie, un hombre que empezó como telegrafista, fue fan de las obras de Shakespeare. Por las noches, Slim dice que prefiere leer las estrategias militares de Genghis Kan.

A pesar de su devoción por el guerrero mongol, Carlos Slim también ha sido mecenas de escritores frustrados. José Luis López Portillo era un abogado mexicano fascinado con Quetzalcóalt, el dios azteca representado por la serpiente emplumada, del cual se propuso escribir una saga literaria que se estancó en el primer volumen.

A mediados de la década de los setenta, el abogado López Portillo debió abandonar los proyectos de literatura azteca y ser presidente. Eran años de vigor para el régimen del PRI, al que Mario Vargas Llosa definió como la “dictadura perfecta”, en el que el presidente en turno nombraba a su sucesor y organizaba elecciones ficticias en las que hasta los muertos votaban por el partido oficial. En los noventa, cuando ya no era presidente, y vagaba como alma en pena en el exilio al que los emperadores caídos del régimen del PRI eran condenados, López Portillo buscó a Slim para pedirle ayuda: quería escribir un libro. Se había divorciado de Carmen Romano, su esposa de toda la vida, para casarse con Sasha Montenegro, una vedette de ascendencia yugoslava que lo dejó en graves líos económicos después de un tormentoso divorcio. El filántropo Slim, junto con su socio Juan Antonio Pérez Simón, le dio dinero cada mes para que se dedicara a escribir. Sintiéndose en deuda, el ex presidente que solía viajar al extranjero con el piano de cola de su mujer, que era concertista, escribió a mano cartas de agradecimiento dirigidas a Slim o a Pérez Simón, como esta que le envió en los años noventa.


“Una vez más y ahora de forma anticipada he recibido en cincuenta mil nuevos pesos que acordaron uds (con Don Carlos Slim y a proposición de ud) darme mensualmente, lo que han hecho puntualísimamente. Nada en cambio he hecho o dicho yo. He esperado la convocatoria dispuesto a dar mis esfuerzos y nada. Y aunque esa suma me ha dado tranquilidad para escribir mi Dinámica política de México, me siento en deuda con uds. Le recuerdo que soy abogado y no fui malo, con capacidad para opinar en cualquier asunto menos fiscal, por la deformación que en mi preparación dejó la secretaría de Hacienda cuando fui su titular. Las pláticas, que no me atrevo a llamarlas conferencias, puedo darlas sobre múltiples temas, en función de la audiencia que escojan y con la periodicidad que sea útil. [Dos palabras Ilegibles] me siento (¡a mis años y condición!) como una especie de becado. Con un abrazo para Ud. y Don Carlos y mis respetos para sus familias, que reitera su agradecido amigo”.
En otra de sus cartas, López Portillo dice estar avergonzado de contaminar la amistad pidiendo dinero. No hay leyendas de que Slim sacara la calculadora cada vez que este ex presidente enfermo y anciano necesitara ayuda para pagar su tratamiento en Cuba. Carlos Slim no regateó con el proyecto de libro de López Portillo, tal vez más descabellado que el de aquel empresario que en medio de un evento de caridad le propuso hacer uno para regalar en Navidad y que lo obligó a sacar papel y lápiz para hacer cuentas y regatear el último centavo. No parecía importarle que ese libro que el ex presidente escribió con su mecenazgo fuera una pésima inversión para él. Sólo Slim sabe por qué le entregaba cada mes ese dinero a cambio de un proyecto tan incierto. Una tarde lo encontré por casualidad en una tienda de revistas del aeropuerto junto a otros libros de saldo. Me costó un dólar. A Carlos Slim bastante más.


DIEGO OSORNO  es autor de “El cartel de Sinaloa” y, aunque no se volvió millonario el año pasado, pudo publicar dos nuevos libros de crónicas, recibió un par de premios internacionales de periodismo y acabó la filmación de “El Alcalde”, su primer documental de cine, de próxima aparición

martes, 24 de enero de 2012

De coplas y cuentos


Juan melgar

Zambutidos con desenfado y alegría en el arte sudcaliforniano por excelencia: el dulce hacer nada, la tropilla de malvivientes  que aterriza cada día por Los 7 Pilares, el aguaje clandestino más reputado del puerto, es repentinamente sacada de onda por la llegada de un tipo desgarbado, carecaballo, flaco y altísimo, que desde el saludo enseña la credencial:
         --¡Ché boludos! ¿Sabés una cosa? Este sitio habría sido una pulpería, allá en la pampa del siglo antepasado.
         El flacazo pasea la mirada por la mísera ramada y la detiene en el Viejo Chamán yaqui, que medio se ha incorporado de su asiento, un tronco de colorín más resobado que las charras del Güero de Las Canoas.
         --Y vos, ¿sos aquí el Patrón?--, inquiere el fuereño con gesto no exento de reverencia ante las arrugas del anciano.
         --No, mijo. El patrón de este aguaje es El Ultramarinero, allá tras la barra de mezquite que guarda las yeleras con el bebestible. Yo soy nomás un viejo yaqui que alguna vez trompeó unos vinos con un payador tu paisano, al que le aprendió estos versos:
   
A otros les brotan las coplas
como agua de manantial;
pues a mí me pasa igual;
aunque las mías nada valen,
de la boca se me salen
como ovejas del corral,
que en puertiando la primera,
ya la siguen los demás,
y en montones las de atrás
contra los palos se estrellan,
y saltan y se atropellan
sin que se corten jamás.

Y aunque yo por mi inorancia
con gran trabajo me esplico,
cuando llego a abrir el pico,
tengaló por cosa cierta,
sale un verso y en la puerta
ya asoma el otro el hocico.

--¡Fenómeno! —manifiesta el flaco y se encorva asombrado  hacia el tronco donde se enyaguala el Chamán-- ¿habés bebido con el Martín Fierro? Pero si nunca existió, che viejo. Es sólo un personaje literario… Además, en el siglo diecinueve… Lo habrás leído por ahí…
--El anciano no sabe leer, amigo –tercia El Parara—y si dice que se tomó unos tragos con el Martín Fierro, ha de ser cierto. Ya nos ha contado antes cómo anduvo tiempo atrás cabalgando en la pampa, y cómo vivió las guerras de fronteras, mezclado en las montoneras, pero al lado de los malones… ¿Y tú quién eres? –quiere saber el gurú del infelizaje porteño.
--Me dicen El Flaco, y tal vez el anciano me habrá visto jugar fúrbol, allá en mis pagos.
--Eres Menotti –afirma el yaqui, sonriendo— pero nunca me interesé por tu juego: patear pelotas no es lo mío. Mientras tú sudabas en la cancha yo habré estado en algún boliche, escuchando a Gardel, o a Troilo.
--¡Quéloparió! ¡En esta isla espantan! Vamos a ver… No me digás que habés conversado con Borges?
-- Me tomé algunos mates con el ciego. Me contó de Funes, el memorioso, un hombre que todo lo recordaba al detalle, y podía aprenderlo todo. Era infeliz.
-- Escuchá che viejo: ¿Recordás aquella plazoleta que está en…
La plática sigue entre el flacazo porteño y el viejón yaqui y no para en toda la noche. ¿Cómo podría? Tener a mano un tipo que ha vivido siglos y viajado sin cuento es oportunidad que nadie debería desaprovechar.    

ANA RUTH GARCÍA, LA FUNCIONARIA, LA POLITICA, LA MUJER


Alejandro Álvarez

Ana Ruth García Grande dejará en unos días la titularidad en la presidencia del Instituto Estatal Electoral (IEE), función que ejerció durante los últimos seis años. Inició su carrera en ese organismo en 1998 como asesora jurídica pero pronto fue nombrada su Secretaria General, puesto que desempeñó hasta el año 2006 para ocupar después la presidencia. Durante esta trayectoria participó en los procesos electorales  de 1999, 2005 y 2011 para la elección en cada uno de ellos de gobernador del estado, de diputados y de miembros de los ayuntamientos, y  en los de 2002 y 2008 para la elección de diputados y miembros de los ayuntamientos. No existe en el panorama estatal de la historia reciente una funcionaria pública con tan consistente desempeño y, sobre todo, con el reconocimiento implícito de los partidos y de la clase política que no han tenido pretexto para cuestionar el desempeño del más importante órgano electoral de la entidad, de lo que no pueden presumir otros institutos electorales en todo el país, incluyendo el ámbito federal. Esta relación pacífica y constructiva con las dirigencias partidistas y sus representantes en el IEE durante más de doce años –que no es poca cosa–, es indicador de una particular capacidad de negociación política, y no sólo de la aplicación rigurosa de la ley en la materia.
Sin preámbulos acepta la entrevista, el rostro serio, que algunos lo catalogarían como hosco, repentinamente se ilumina cuando habla de sus logros profesionales y en sus ojos verdes aparece un brillo de felicidad al referirse a sus hijos y a su realización como mujer.
AA: En su paso por el IEE ¿cuáles considera los avances más importantes?
Ana Ruth García Grande (ARGG): Nos tocó construir y operar las reformas de los años 2000, 2003, 2005 y 2007. Destacaría de ellas dos en particular, la primera, del año 2000, en la que se instrumentó la estructura por comisiones especiales, la de Fiscalización del financiamiento de los partidos políticos, la de Registro y prerrogativas de los partidos, la de Capacitación electoral y educación cívica,  la de Organización electoral y la del Servicio profesional electoral, administración y logística. Cada una de ellas es presidida por un consejero electoral. Esta organización ha permitido profesionalizar el trabajo del Instituto. La otra importante fue la reforma del 2003, donde se estableció por primera vez en el país la reglamentación de las precampañas. Podemos sentirnos orgullosos de haber sido pioneros en ello. Este tema por cierto sigue siendo debatido y afinado a nivel de la actual precampaña federal. Personalmente creo que a pesar de las críticas, las reformas en su momento fueron acertadas pero la evolución política es tan rápida que por momentos el sistema electoral parece rebasado. En la teoría todas estas reformas deben pasar por la fase de su evaluación y mejoramiento o adaptación a las nuevas realidades en forma de nuevas reformas. Desafortunadamente en nuestro sistema de partidos muchas veces sucede que un partido en el poder impulsa modificaciones que le favorecen desde esa posición pero cuando dejan de ser el partido hegemónico y se convierten en oposición su perspectiva cambia. Falta una visión más institucional.
AA: Se critica, por cierto incluso desde la trinchera de los propios partidos, la fiscalización extrema de los órganos electorales sobre los procesos, cuando son los mismos partidos los que impulsan en los congresos estas facultades, ¿no se desvía el propósito del Instituto el dedicar tanto tiempo y recursos en vigilar las precampañas, campañas y financiamiento de los partidos?
ARGG: En nuestro caso la estructuración en las comisiones que le mencioné nos ha facilitado el trabajo. Una de ellas es precisamente la de fiscalización, pero indudablemente esta tarea implica la dotación de muchos recursos humanos para cumplir con este mandato. Creo que la raíz de esta tendencia a la sobre vigilancia estuvo dada en la elección federal del 2006, cuando el Tribunal Electoral Federal reconoció la extralimitación del presidente Fox en esa ocasión, así como las irregularidades en el financiamiento a los partidos. Por otra parte esos señalamientos de censura a los órganos electorales en ese tema como en otros, parten muchas veces de una falta de comunicación entre los mismos partidos. Los dirigentes vienen y nos echan en cara las actuaciones del Instituto pero cuando les mostramos el acta correspondiente y la participación de sus propios representantes avalando esos acuerdos se sorprenden. Pero mientras ya hicieron el daño de desacreditar a los órganos electorales en los medios. 






Egresada de la carrera de Derecho de la Universidad Autónoma de Nayarit, Ana Ruth García Grande a los pocos años de iniciar el ejercicio de su profesión inició su trayectoria en  derecho electoral, primero como asesora del Instituto Estatal Electoral de nuestra entidad, luego como su Secretaria General y finalmente, los últimos seis años, como su consejera presidenta. En su oficina, austera pero con los detalles de elegancia femenina, continúa la entrevista. Escucha con la mirada fija y responde sin gesticulaciones ni lenguaje corporal, sin rodeos.
AA: ¿Cuáles son las tareas más urgentes en materia electoral?
ARGG: El tema electoral es parte de la construcción de la democracia, y ésta no se alcanza sin afinar el sistema de partidos, el sistema electoral, los órganos electorales y la normatividad que los abarca a todos. Hay un gran debate internacional sobre la necesidad de fortalecer la autonomía de los órganos electorales. Para nadie es un secreto, por ejemplo, que la falta de integración del Consejo General del Instituto Federal Electoral durante más de un año fue a causa de que a los partidos no les satisfacía la relación de fuerzas entre consejeros que consideraban sus potenciales aliados o enemigos. Todavía no se ha encontrado la fórmula para integrar los órganos electorales sin la participación tan activa de los partidos, pero habrá que explorar ese camino. También hay un largo trecho en alcanzar el servicio civil de carrera, la ley de partidos políticos, la equidad en la asignación de recursos y tiempos y espacios en los medios. La disposición constitucional de que los partidos son entidades de interés público no va de la mano con la obligación que deberían tener de ser totalmente transparentes en el manejo de esos fondos públicos que se les asignan y que son muy grandes. Falta madurar una cultura de rendición de cuentas en nuestro sistema de partidos.
AA: En relación a esto último se ha señalado con insistencia que nuestra democracia es de las más caras del mundo, incluso si se les compara con los costos electorales de países ricos.
ARGG: Sí, efectivamente nuestro sistema electoral es caro. Se han buscado formas de reducir estos costos. Una forma fue obligar a los medios a destinar tiempos a las campañas de los partidos. Los partidos ya no erogan para ello, pero estos costos no fueron reducidos de sus presupuestos.  También se ha manejado la desaparición de los órganos electorales estatales y la configuración de un órgano nacional electoral.  Yo veo en esta medida el riesgo de ruptura del federalismo y el retorno a un centralismo aparentemente rebasado. Además, en términos estrictamente financieros muy poco se reduce el costo de las elecciones con esta medida ya que lo más caro es la documentación electoral y la integración de los órganos de calificación que deberán seguir diferenciándose según sea la elección de ayuntamientos, diputados locales, gobernadores, presidente de la república o legisladores federales. Otro avance ha sido la homologación del calendario electoral para que las elecciones ocurran simultáneamente en la misma fecha en todo el país. Por lo menos en esta materia ya no tendremos elecciones todo el año y todos los años.
AA: ¿Se siente satisfecha de su labor ahora que está por dejar la presidencia del IEE?
ARGG: Aprendí mucho en estos años, sobre el ejercicio de la tolerancia, aceptar la verdad ajena, el consenso y la concertación entre personas o grupos con visiones y políticas distintas. Creo que contribuí con un pequeño grano de arena a construir la democracia. Sinceramente he aprendido de todos, pero mi ciclo en el ejercicio del derecho electoral está cerrado.  Concluí estudios de maestría en Derecho Procesal Penal en la UABCS y pienso litigar en esta materia que me fascina. Tomaré el foro público.
AA: Si le molesta esta pregunta no la responda. ¿Su vida personal se vio influida por su trabajo?
ARGG: No tengo nada que ocultar. Mi matrimonio terminó cuando asumí la responsabilidad que ahora voy a dejar. Mi pareja no pudo aceptar mi ritmo de trabajo y compromisos derivados de éste. En el camino por la realización individual y profesional la mujer enfrenta en el hogar las primeras dificultades. Uno tiene la decisión en sus manos. Soy feliz con mis hijos de veinte, trece y nueve años. Tengo cuarenta años de edad y veo en mi futuro mucho por hacer. No sé con qué interés alguna gente rumora que ya tengo asegurada una notaría pública u otras concesiones del gobierno. Nada de esto es cierto. Me considero una mujer afortunada con lo que llegué a aprender y lograr aquí profesional y personalmente. 

lunes, 23 de enero de 2012

Los periodistas Lydia Cacho y Roberto Saviano, ganadores del Premio Olof Palme

Los periodistas Lydia Cacho y Roberto Saviano, ganadores del Premio Olof Palme

Un toque del Sahara en Los Cabos, Baja California Sur

Excelsior       Lunes, 23 de Enero del 2012 - México D.F.


Con túnicas y turbantes, los viajeros comienzan la aventura por las playas desérticas de este destino, como si se tratara de una región de África
Isabel Gordoa
CIUDAD DE MÉXICO, 22 de enero.- Los Cabos no sólo es un destino concurrido por sus centros de hospedaje de clase mundial, restaurantes gourmet, exclusivos campos profesionales de golf, su emblemático Arco, monumento natural formado por rocas y las playas con aguas templadas a las que cada año arriban ballenas; también ofrece actividades no tan conocidas por los turistas, como un recorrido en camellos traídos del Sahara.
La travesía inicia a bordo de una camioneta 4x4 conocida como Unimog. A bordo, un guía brinda información a sus pasajeros sobre la flora y fauna que circunda el trayecto desértico, donde se realiza una parada para caminar y admirar la naturaleza que alberga el sitio.
Es común observar varios tipos de cactáceas, como un cardón llamado Don José de 20 metros de altura y más de 350 años de edad. A veces es posible ver insectos, reptiles, serpientes y arácnidos, en medio de caminos de arena que da la sensación de ser interminable.
Durante el trayecto, el guía narra historias, como la de los Pericúes, un grupo étnico ya extinto, nativo de Los Cabos, quienes antiguamente se dedicaban a la caza, recolección y pesca, esta última actividad se realizaba con las espinas de un cactus llamado biznaga, que servía de anzuelo, actualmente la pulpa de esa especie se usa para la fabricación de un dulce tradicional mexicano: el acitrón. También se encuentra la planta lomboy o Jatropha cordata. El guía dice que su sabia se utilizaba como colorante para elaborar las pinturas rupestres, para protección solar y como humectante de labios.
Los dromedarios
Después de la caminata por el desierto, la Unimog continúa su camino hasta llegar a una playa virgen, propiedad del Rancho San Cristóbal, donde esperan ocho camellos para transportar a sus visitantes en un paseo por la playa y el desierto. Estos dromedarios conocidos por tener una sola joroba, llegaron a México el primero de enero del 2011 junto con Sidi, su entrenador, un nómada de la tribu Tuareg del desierto del Sahara, quien considera a estos animales miembros de su familia.
Comenta que los camellos, son animales sagrado para su tribu por lo que deben recibir un trato especial. Dentro de estos cuidados, los dromedarios son alimentados con toda
especie de vegetales y algunos frutos, así como maíz, avena y alfalfa. Cada segundo día reciben un baño en temporada de calor y en invierno cada cuatro días. Asimismo, los mantienen en un estado libre de estrés, con tres días de descanso a la semana y caminatas libres por los arenales.
El tour
El paseo inicia en una plataforma especial para montar a los camellos. Cada dromedario cuenta con espacio para dos pasajeros, custodiados y guiados por una persona, pero antes de ingresar, Sidi indica las reglas de seguridad.
Es importante que las personas estén bien aseguradas al asiento y estén correctamente sentadas, no se permite tomar fotografías durante el trayecto para evitar que los viajeros caigan si no están bien sujetos. Todos deben de llevar un casco protector y, por último, deben relajarse, pues su estrés se contagia a los animales.
Por las playas desérticas de Los Cabos, con túnicas y turbantes comienza la aventura como si del Sahara se tratara. Durante el trayecto, Sidi platica un poco acerca de la historia de estos animales. Menciona que esta especie es originaria de América del Norte y han existido desde hace más de 800 mil años. Comenta que los camellos fueron trasladados hacia Alaska, rumbo al Oriente Medio hasta llegar a África y después de miles de años, durante las guerras de Estados Unidos en la presidencia de Franklin Pierce, así como en México con Plutarco Elías Calles, fueron requeridos para combate ya que se pensaba que eran animales fuertes y veloces, sin embargo, los caballos sustituyeron esta labor.
Al terminar el recorrido, los dromedarios regresan a la plataforma. Allí los visitantes se despiden de los camellos con un té verde con menta y miel de abeja, símbolo de bienvenida, honor y gratitud, tradición de los nómadas del desierto del Sahara. Al final, es posible tomarse una fotografía y darle un beso al camello Powder, un dromedario amistoso de seis años de edad.
Después de estar en contacto con la naturaleza, la Unimog lleva a los turistas a una casa típica mexicana, donde se realiza una clase de preparación de tortillas hechas a mano, para
después acompañar los guisados ya elaborados por cocineras típicas de la región, como el pollo con mole, arroz, frijol, huevo con nopal y picadillo de carne, así como aguas frescas.
Para finalizar la travesía, se realiza una degustación de tequila blanco, reposado y mezcal. De regreso hacia Los Cabos, se admiran las panorámicas del desierto de Baja California Sur

viernes, 20 de enero de 2012

Ensayo del viernes 20 de enero por la tarde:Todos Santos Music Festival

COMUNA XIV:En sesión solemne Rosarito y La Paz consolidan lazos de Hermandad


Playas de Rosarito a Viernes 20 de Enero del 2012.- Los lazos que unen a la Ciudad de la Paz y Playas de Rosarito cada vez se acentúan más; el intercambio de difusión turística, desarrollo económico, cultural y artístico serán los primeros pasos que estas ciudades -hoy hermanas- van a implementar para el respaldo de lo ocurrido el día de hoy en este evento cívico registrado en el Patio Central de la Casa Municipal.
Desde el 19 de Noviembre del pasado año 2011, este hecho de Hermanamiento fue registrado en la Sesión Solemne de Cabildo del XIV Ayuntamiento de la ciudad de los ciudadanos paceños; el día de hoy quedó el registro histórico de este evento, que se realizó en el quinto municipio, con el fin de que los rosaritenses pudiesen ser testigos de esta relación de amistad entre ambas ciudades.
Javier Robles Aguirre, Presidente Municipal agradeció la presencia de las autoridades y comisión especial de invitados, que estuvo encabezada por la Presidenta Municipal de la Paz Baja California Sur, Esthela Ponce Beltrán quien estuvo acompañada por el Síndico Procurador de la Paz, Dr. Francisco Moreno Soria;Regidora Ana Luisa Yuen - Santa Ana; Presidenta de la Comisión de Relaciones Internacionales, Ciudades Hermanas y Turismo; Geoffrey Luján Pruitt Asesor de Presidencia y Director de Ciudades Hermanas y Eleazar Alvarado Higuera, Coordinador de Giras.
“Estos lazos hoy se hacen más sólidos, me da gusto contar con la presencia de todos nuestros invitados especiales; contar con su gran respaldo inigualable y saber que Rosarito tiene no sólo una hermandad por título, sino una hermandad consanguínea de dos ciudades juntas geográficamente y unidas con un gran deseo de fraternidad”, expresó el primer edil.
Por su parte, la alcaldesa paceña, indicó que esta hermandad busca mejorar las formas, programas y proyectos que coadyuven “Los bajacalifornianos y sudcalifornianos somos una sola región, estas dos ciudades se distinguen por la búsqueda constante para mejorar la calidad de vida de nuestros ciudadanos”.
“Con las Leyes y reglamentos de nuestros municipios serán fundamentales para generar un apoyo mutuo que nos permita tener crecimiento y acercamiento social”, indicó la alcaldesa.
“El acercamiento con el primer edil, Javier Robles Aguirre, nos ha dado la oportunidad de ver el crecimiento de Playas de Rosarito así como hemos percibido la reorganización de este Ayuntamiento y sobretodo hemos observado la apertura que se ha tenido para trabajar con la comunidad”, expresó.
La Presidenta Municipal, recalcó las semejanzas de estas dos ciudades, mismas que aseguró han vivido acciones similares generando con ello acciones que benefician a la comunidad; asimismo declaró que la Paz, ha resentido de igual manera que Playas de Rosarito, el endeudamiento de sus arcas municipales.
Esthela Ponce, dijo el interés en común del XIV Ayuntamiento de la Paz y el V Ayuntamiento por mejorar la calidad de vida de los ciudadanos de ambos municipios; la alcaldesa, indicó que esta Hermandad y comunicación directa existente “ayudará a intercambiar experiencias que beneficien a quien más necesita de nosotros y quien más reclama nuestra atención y trabajo: la ciudadanía”.
Los Presidentes municipales, coincidieron en cuanto las facilidades que se darán entre estos dos municipios, que a su vez demostrarán este respaldo existente de dos ciudades hermanas que servirá como ejemplo para México y que identificará a paceños y rosaritenses como hermanos. 
En la Sesión Solemne de Cabildo, el Presidente Municipal realizó la entrega de las llaves de la ciudad a Esthela Ponce Beltrán, reconociéndola como un huésped distinguido de Playas de Rosarito.
Después de la celebración solemne, el Presidente Municipal, Javier Robles Aguirre y Esthela Ponce Beltrán se dirigieron al Bulevar Benito Juárez de esta ciudad para llevar a cabo el corte de listón (simbólico) del anuncio espectacular que anuncia el Carnaval de La Paz 2012.
Esthela Ponce, dijo, que al igual que Rosarito este Carnaval en la ciudad hermana de la Paz, se quiere rescatar como una costumbre de vida que cada año celebran los que tienen el privilegio de vivir en una ciudad con playa.
“Del 16 al 21 de Febrero estará el Carnaval de la Paz al igual que en esta ciudad hermana, los invitamos a conocer este maravilloso evento que gracias al apoyo del V Ayuntamiento, estaremos dando difusión por medio de este espectacular;  el XIV Ayuntamiento de la Paz también  estará promocionando el Carnaval de Rosarito 2012 de igual manera como el comienzo de un símbolo de esta alegría por la hermandad de estas dos ciudades”, finalizó.

          


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