En el salón de clases de
la John F. Kennedy Bilingual Library(5 de mayo y malecón), sobre el pizarrón,
había una inscripción tallada en madera a la medida del fervor que el
"tícher" Carmona sentía por el creador de las "NUEVAS FRONTERAS":
"Don´t ask what your country can do for you; ask what you can do for your country". JFK
A través de la onda corta del Telefunken del abuelo, habíamos seguido paso a paso-con terror infantil- la crisis de los misiles de octubre 1962, y un año y un mes más tarde, la impactante noticia del asesinato del joven presidente en Dealey Plaza, de Dallas, Texas.
Consumado el crimen, el director Carmona-sobreviviente del Día D, en la Playa de Omaha- funda el Mexican Junior Peace Corp(a imagen y semejanza de los cuerpos juveniles de paz kennedianos), con el cual viajamos durante toda una década por todo California, viviendo con familias estadunidenses, asistiendo a escuelas de verano(el exclusivo Robert Louise Stevenson School, de Pebble Beach, entre otras), y en mi caso, dando clases de español a mis compañeros de Junior High de Terralinda y San Jose Hill (Marine County)con el apoyo de las cartillas de alfabetización del gobierno mexicano.
(Por ahí debe andar un recorte de la primera plana del Examiner de San Francisco, con la foto del" Embajadorcito de La Paz", al frente de su grupo.)
Empezaba la década de los derechos civiles, del movimiento negro que nos alcanzó en Los Angeles, aquel verano violento en que nos quedamos "atrapados"en el hotel Alexandria, pues no había fondos para regresar a casa.
Hasta que un enviado de la Fundación Kennedy llegó al rescate. El que no aparecía era el Guayabo, el compañero pelirrojo que había llegado con una familia negra del barrio de Watts.
"Don´t ask what your country can do for you; ask what you can do for your country". JFK
A través de la onda corta del Telefunken del abuelo, habíamos seguido paso a paso-con terror infantil- la crisis de los misiles de octubre 1962, y un año y un mes más tarde, la impactante noticia del asesinato del joven presidente en Dealey Plaza, de Dallas, Texas.
Consumado el crimen, el director Carmona-sobreviviente del Día D, en la Playa de Omaha- funda el Mexican Junior Peace Corp(a imagen y semejanza de los cuerpos juveniles de paz kennedianos), con el cual viajamos durante toda una década por todo California, viviendo con familias estadunidenses, asistiendo a escuelas de verano(el exclusivo Robert Louise Stevenson School, de Pebble Beach, entre otras), y en mi caso, dando clases de español a mis compañeros de Junior High de Terralinda y San Jose Hill (Marine County)con el apoyo de las cartillas de alfabetización del gobierno mexicano.
(Por ahí debe andar un recorte de la primera plana del Examiner de San Francisco, con la foto del" Embajadorcito de La Paz", al frente de su grupo.)
Empezaba la década de los derechos civiles, del movimiento negro que nos alcanzó en Los Angeles, aquel verano violento en que nos quedamos "atrapados"en el hotel Alexandria, pues no había fondos para regresar a casa.
Hasta que un enviado de la Fundación Kennedy llegó al rescate. El que no aparecía era el Guayabo, el compañero pelirrojo que había llegado con una familia negra del barrio de Watts.
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