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Por Víctor Octavio García

Frente Pro desarrollo sustentable

  • Esquirolismo puro
1 DAVID DE LA PAZ ASCENCIO ESQUIROLUna de las características que destacan en las democracias modernas es la participación social a través de organizaciones en defensa y promoción de los intereses comunes. En Baja California Sur han sido este tipo de organizaciones las que han venido pugnando por el desarrollo político, económico y social de la entidad, constituyéndose o no como tales, sean organizaciones políticas o mercantiles. Algunas se forman al amparo o la promoción del poder público, y en el caso de las políticas, como grupos de interés que negocian apoyos o demandas que benefician solo a unos cuantos. Bien pudiera decirse que en la historia local han impactado más en la conciencia ciudadana aquellas organizaciones o frentes políticos que de manera espontánea surgieron para defender esta tierra desde las invasiones filibusteras, las contrarrevoluciones o para demandar y exigir satisfactores sociales, como lo hicieron en su momento Francisco Cardoza Carballo, Félix Ortega Núñez, Félix Ortega Romero, Humberto Mayoral, Francisco King y muchos sudcalifornianos más.

Hace unos días atestiguamos, a través de la prensa, el pomposo nacimiento del Frente Pro-Desarrollo Sustentable de Baja California Sur, donde destacan representantes de cámaras y organismos empresariales que, según argumentaron, se organizaron para favorecer e impulsar el desarrollo económico, la creación del empleo y para que no se “satanice” a ninguna actividad económica, ni la minería ni al desarrollo inmobiliario, en otras palabras “para colocar una alfombra roja a la inversión para que aprovechen los recursos naturales”.
Desde luego que a nadie se le pueden impedir sus derechos de reunión, de asociación y de expresión. Pero así como este grupo de representantes empresariales, la mayoría, y uno que otro remedo de “emprendedores”, ex políticos defenestrados por corruptos y sinvergüenzas, queda en el ánimo si es que no en la duda razonable, que el Frente Pro Desarrollo Sustentable, no es sino una mascarada, una treta para servir de contrapeso al  espontáneo y ciudadano, Frente por la Defensa del Agua y de la Vida constituido por decenas de organizaciones ecologistas que en su mayoría desde hace varios años han venido trabajando en la defensa de flora y fauna, de los ecosistemas naturales de BCS, sin figurar en ningún cargo público o electoral; que se han mantenido blindados en este sentido para que su lucha no se confunda. El Frente en Defensa del Agua y de la Vida es el que se ha opuesto a la minería extensiva que se ha pretendido explotar la Sierra de la Laguna, El Triunfo y San Antonio, porque significa un daño descomunal e irreversible al agua que tomamos, a la flora y fauna de esta región, y que afectaría como ya lo hicieron hace casi dos siglos las empresas mineras de El Triunfo y San Antonio, dejando cientos y quizás miles de toneladas de material contaminado con mercurio y arsénico que se filtró a los mantos acuíferos de la zona.
No es entonces el desarrollo sustentable lo que les interesa a los representantes empresariales comandados por David de la Paz Ascencio, quien se encargó de publicar un desplegado con una serie de incoherencias hace unas semanas en algunos medios impresos locales, sino generar confusión entre la población para servirles de colchón a los dueños del Grupo México, los mismos que contaminaron el Río Yaqui en Sonora y sus socios de Televisión Azteca, de la cual ahora David de La Paz es empleado; para que piensen los sudcalifornianos que el auténtico Frente de Defensa del Agua y de la Vida se vendió, o se camufló, o que ya de plano dejó de luchar contra esta minería, porque a decir verdad, la única minería responsable es la que no se hace; toda deja secuelas, así se exploten con los métodos más modernos, que en el caso de los proyectos mineros como La Pitalla, Paredones Amarillos y otros nombres con los que se han “camuflajeado” para destruir millones de metros cúbicos de material pétreo, su único fin no era ni es el “desarrollo” de estado, sino saciar sus ambiciones de oro y riqueza.
No es extraño el esquirolaje que toda la vida ha practicado David de la Paz, que no se conforma con cobrar caros sus “servicios” –según dicen sus más ilustres desafecto, de más de 100 mil pesos mensuales por “asesorías” políticas en el Ayuntamiento de La Paz, así como medrar con su “semanario político”–, mientras a los verdaderos empleados municipales durante estos cuatro largos años les esquilmaron sus salarios y prestaciones.
Un David de La Paz empoderado con el paso del tiempo pero sin calidad ni autoridad moral para criticar. Quienes no recuerdan, allá en los inicios de la década de los 90, cuando se armó un juicio popular para desnudar sus corruptelas en el INJUVE;  los 40 millones de pesos triangulados del gobierno federal a la campaña perdidosa del PRI en 1999 que los catapultó a la derrota, y que fueron a parar, entre otros oscuros destinos, a los remendados bolsillos de David de La Paz, de ahí a los “Pierda Kilos”, la casa de El Sargento y su recién inaugurado Hotel y otras “obritas” construidas por gracia del Espíritu Santo bajo la frondosa sombra del originario de Michoacán, ahora  transformado en “asesor” de políticos, y que una vez más le atinó a otra derrota, que hace apenas unos días se estrenó como “coordinador” convocante del que seguramente será otro de sus frankesteins destinado al fracaso: el Frente Pro Desarrollo Sustentable, donde se agrupan los mismos a los que se les pasó el camión de la gubernatura. ¡Qué tal!
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