jueves, 28 de mayo de 2020

crónicas de mi cuarentena.


José Luis Kato Lizardi


Siempre supuse que las cuarentenas eran temas de las películas o libros, algo lejano que difícilmente podría pasar por ello, ahora con más de 2 meses de una semi reclusión,  la cuarentena es toda una realidad.
Al inicio de esta emergencia pensaba como todo mundo: será cosa de 1 mes  regresar a lo nuestro, tan solo unos días; hoy no sabemos en qué vaya a parar esta emergencia.
Recuerdo en febrero que hacia bromas con los amigos. Ah estos Chinos que se comieron el murciélago están pagando las consecuencias. Ahora me doy auto terapia: Esto pasará, esto pasará.
Todos los días inicio muy temprano a eso de las 5, pues el sueño es uno de las primeros problemas que arroja estar en casa recluido .

Con el riguroso café negro inicio mi rutina , primero pensar unos 5 minutos de los pendientes del día, casi todos virtuales o telefónicos, después agarro mi celular  y a leer las noticias siempre pensando : ¿y ahora con qué sorpresita nos va salir el presidente?

Después de hacer algo de ejercicio estamos listos para iniciar nuestro Home office como se dice la juerga actual.
Si hay que salir a las compras pues temprano para estar  listos para la comida; en las tardes acomodamos el chat, el Nexflit y todo el esparcimiento; tengo la fortuna de contar con mi espacio,  mi biblioteca que se ha convertido en mi oficina, estudio, sala de conferencias.
Ya en la noche con todos en casa  platicamos lo del día y a desvelarse con una película o un libro.

Lo malo de la cuarentena.

Para una persona como yo pata de perro, acostumbrado a moverse desde temprano por trabajo o por grilla, visitar las ciudades del estado, de pronto recluirse en su casa y salir nada más a lo básico es una dura prueba.

Una ciudad como Tijuana que tiene mucha vida social, que cuenta con un sector gastronómico de primer nivel , una ciudad donde miles viven aquí pero trabajan en San Diego , donde el que no trabaja es porque no quiere( por algo en Mexicali nos dicen chilangos light), es difícil ponerla en cuarentena.
Pero quizás lo peor es no poder socializar con los amigos y parientes, no celebrar cumpleaños en casa -son 2 a hasta la fecha.
Este encierro parcial ha trastocado nuestros horarios y  el primer afectado es el sueño . Uno se desvela prácticamente todos los días  y lo peor de todo es la incertidumbre de cuándo terminara todo esto, con tanta información uno se intoxica.

Lo bueno de la cuarentena.

Hay un dicho que dice nunca desaproveches una crisis.

Pues sí, de esta crisis estoy sacando cosas positivas, la primera es que estoy aprendiendo a cocinar: se queman los frijoles pero se pueden comer para asombro de mis hijas.
Las personas de la generación de la televisión, como yo, no estamos acostumbrados a ser tan virtuales, peron el encierro y la flojera de hacer colas en los bancos me han obligado a usar las herramientas digitales  para pagos, compras, uso de las plataforma etc.

La otra cuestión positiva es sin duda de poder platicar más con la familia. En la antigua normalidad era difícil por las prisas y horarios de trabajo.

Por la tarde, qué mejor que una copa de vino con un buen libro.  Un buen hábito para poder dormir.

Lo feo de la cuarentena.

Mi familia podría  decir que somos sobrevivientes del covid19, pues mi esposa Lorena se infectó.
Aunque los síntomas no fueron tan fuertes significo un aislamiento de 20 días con todo lo que significa e increíblemente ninguna persona del resto de la familia se contagió, a puro paracetamol y agua salimos adelante hasta que la segunda prueba salió negativa.
Lo peor de esto fue la incertidumbre,  los primeros días del aislamiento, saber todos los efectos en la salud de los miles de afectados en todo el mundo nos dio temor.
Esperamos que estar cerca de una persona que venció al virus nos de la inmunidad de rebaño o como se diga.

En fin, no queda otra que reflexionar que esto sin dudad pasará.

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