viernes, 27 de noviembre de 2009

`POESÍA SUDCALIFORNIANA: LA BUFADORA...




Una de los objetivos fundamentales, prioritarios, de las instituciones culturales, deber estatutario, sería el rescate de lo que Platón llamó poiesis: la proyección espiritual, intelectual, artística del hombre; que va fraguando la idiosincrasia de la tribu, el pueblo o la nación. A diferencia de la praxis: la ejecución material de la idea, el reino de los hechos( Y los desechos)…Pero con funcionarios tan ajenos a estos conceptos elementales, de reseca espiritualidad, funcionales administradores de la inercia burocrática, los recursos destinados por LEY a este rubro aportados por el Consejo para la Cultura y las Artes(Conaculta), se van por otros rumbos más rentables para una “clase política” lumpenizada. urgida de status. .

En BCS tenemos una lamentable deuda con nuestra tradición literaria, en general, y con algunos creadores en particular. Tal es el caso de Jesús López Gastélum(Santa Rosalía 1927-Ensenada 1998), un autor que no dejó un solo libro publicado, salvo el folleto Tres cantos a Baja California, editado por el Ateneo que dirigía desde Tijuana , Rubén Vizcaíno Valencia.

La obra de JLG , en verso y en prosa, está desperdigada en diversas publicaciones peninsulares, como el diario tijuanense El Mexicano, donde publicó su columna Punto y Raya, durante 30 años; espacio que convirtió en una caja de resonancia de una vena lírica con una gran diversidad de registros, en una lúdica confabulación de géneros: artículo de fondo, gossip (favor consultar diccionario) columnar, crónica, cuento, `prosa poética o de intensidades, que iba de tema en anatema, pero siempre con un arraigo umbilical a la tierra nativa: Santa Rosalía y su mítico Tiro William: el del viaje infantil a las entrañas minerales de la tierra, de su tierra, en un metafórico retorno al vientre materno.

Aquí les comparto una de las creaciones de mayor intensidad y delicadeza líricas del poeta cachanía: La Bufadora….¿Y la guitarra, apá…?







La Bufadora

En un rincón de Ensenada
que se llama Punta Banda
hay una ola
que canta, que ríe y que llora.
Le dicen La Bufadora

Así quería verte.
Sola y a solas
gritándole al silencio de la noche
los espasmos intensos
de tu orgasmo marino.

Gimes.
Eres una mujer de agua doliente;
mariposas de sal danzan el rito subceleste .....
tu boca húmeda bebe la lejanía
grávida de horizontes .....

Y el océano realiza contigo
las nupcias cósmicas insospechadas.

Te contemplo así..... en éxtasis.
Suave y lánguida. Quieta.
Móvil y agresiva. Rugiente.

Y lanzando los ojos al abismo
la selva líquida del mar
duerme arrebujada en la cobija negra
que las estrellas tímidas no perforan.

No hay violencia en el arrullo sucesivo.
Es plegaria que extiende sus brazos
de agua con sedes infinitas:
húmeda sed de seres y cosas inasibles.

Vienen de lo remoto
mil universos vírgenes reptantes
que penetran en el imán de tu regazo triangular
llegan hasta las fauces de tu oquedad violada
y estalla una galaxia musical.....


Sube, sube la ola
y la cortina transparente
cae desmayada en el lecho fuerte
de la inercia.

Triunfo y derrota.
Dualidad en vértigo
ancla que sujeta al ideal intrépido,
aliento húmedo que ruge en la huída imposible.

Dolor en apoteosis
deslizado en la arista sensible
donde el amor alcanza
el instante supremo de la síntesis .....

Algo intenso y fugaz que se derrama
en tu elegía jubilosa.
Algo intenso y fugaz de tus entrañas.

En tu ausencia
has dejado la huella
de millones de agujas de rocío
hiriendo el rostro invisible de tu forma.

Cielo sin pájaros.
Espacio y tiempos suspendidos
en el filo mortal de los silencios .....
La inmensidad se expresa en una voz:
Tu voz de reina cautiva entre las rocas.

Otra vez el rumor
de la tormenta que se gesta en tu seno
y luego el estallido.

Es una sensación de nervios tensos
que asciende hasta el cerebro
y que culmina. Cansa. Agota.

Raíz y espiga. Desmayo intermitente.
Vida y muerte en oleajes sucesivos .....

Así quería verte:
Sola y a solas
fundiendo tu gemido con el mío,
rumiando lo fértil y lo estéril,
ascendiendo y bajando,
estallando y muriendo
como la vida misma.

Así quería verte.
Sola y a solas,
bebiendo las saudades de los vientos
y llorando en la espuma de las olas.

Aquí, en el abismo de lo infinito
ante lo inmenso de un techo luminoso;
ante lo imponderable de un piso líquido
de sombras movedizas y ondulantes;
ante el misterio de tu mensaje
que arroja en la noche
la música salvaje de tu grito ronco;
Aquí, ante tu presencia que enjaula
los siglos en minutos latientes y febriles;
ante la soledad de las tres dimensiones,
con el alma desnuda y suspendida
en el equilibrio de un puente sin extremos;
como una criatura minúscula,
como un puñado de cenizas grávidas,
arrojo mi pensamiento al infinito
y me quedo con las manos vacías .....

Aquí se puede creer en Dios.

ENSENADA, B. C. Noviembre 1963.





L A S R A I C E S (fragmento)

Decir las excelencias de la tierra,
el poema del mar,
la locura del aire,
es hallar las palabras
que reúnen las esencias
de Baja California.

Decir el Hombre es denunciar la vida
la huella milenaria
creadora de paisajes
la luz de los silencios
las voces de los soles
y el avatar del día
surtidor de crepúsculos
y sediento de auroras.....

¿En qué misterio está,
en que repliegue yace
el devenir devorador de tardes
y proveedor de albas?

La noche es la botella descorchada
que guarda los infiernos del silencio:
tiene el licor sensual de las tinieblas
y la grávida ronda de los ecos.

Pero la tierra mia
es una voz de sangre
que estalla en las arterias.

El corazón repite
su vieja biografía;
coloca una sordina a sus latidos
y zas!, zas!, es un golpe intermitente.....
La sangre se hace tinta
el corazón es una prensa nueva
que edita el verso niño
el verso luz del universo nuestro
el verso siete once
sangre petrificada, bronce dulce.


EL MAR

Yo le he cantado al mar
con un dejo anacrónico
de atávica humildad.
Le he hablado a sotto voce
de mi pagana religiosidad.

Me abismo en sus abismos
y mi verso argonauta
a cabalgado en los penachos líquidos
de las olas sonoras
metáforas secretas
del eterno fluir.....

El mar me había enseñado
la vieja verdad griega
aquella que establece:
“que lo único estable es lo inestable”.

El litoral circuído por el agua
es beso continuado
el lecho de mi mar - cuna de lunas -
preside el rito cardinal y alterno
de la vida y la muerte
que inasibles navegan
sin naufragio posible.

El agua tiene sed
de humedades remotas, infinitas,
sed de los horizontes verticales
por eso lame abismos sin orillas
y orillas sin abismos.

Y debo yo decir
que nuestro mar es vaso
de excepcional riqueza,
reservorio que espera
la primera cosecha
del trabajo del hombre para el hombre.

. . . El mar nuestro de cada día
está ahí:
con sus misterios a flor de ola
y a flor de abismo.

-CANTO CUARTO-

EL HOMBRE

Con trompeta civil yo le he cantado
a Baja California.

Historia, Tierra, Hombre,
todo está en el registro
de la humana bitácora del viaje:
La sangre tierna de las esperanzas,
el íntimo dolor,
la acuarela sin rostro del paisaje,
mi embriaguez de saudades,
la ecuación amor-odio
la ecuación llanto-risa,
la adversidad vencida,
todo está registrado
en el diario sin letras de mi vida,

Porque yo soy el hombre
albañil de la Historia
polvo de muchos polvos
forma de muchas formas. . . . .

Que callen ya las cívicas arengas,
las palabras sin alas.
Que las íntimas voces de los hombres
convoque a los hombres
a levantar el vuelo
a destrozar las anclas
la Historia empieza ahora.

Empieza con el Hombre:
el guaycura de los ojos resecos
el español enfebrecido de oro
el misionero del amor cristiano
el mestizo epiceno.

Y el hombre es Dios y es Diablo.
Mi rostro tiene almas
mi alma tiene rostros
y huellas sin aduanas.

Soy el Hombre Plural
el Hombre Pueblo:
el que existe
el que lucha
el que ama
el que sangra
el que habla
el que triunfa
el que muere. . . . .

¿Qué importa el gentilicio?
¿Qué importan las fronteras?
Soy el hombre Dos Mil
El Hombre Pueblo.


Vengo de mis raíces esenciales
cuchillos luminosos
que trotan en la sangre
con los filos abiertos
y frutecen sedientos
sin dejar cicatrices. . . . .
Así como mis raíces.

S A L I D A

El alba arroja ya su primer dardo
la luz naciente -no escuché este fiax-
disuelve las tinieblas.

Los gallos y los perros
dicen las mismas cosas a sus dueños
Se advierte la muda huelga de los pájaros.

La gotera del baño rumia a solas
el ocioso latido de una gota.

La noche se disipa
devolviendo a los seres y a las cosas
el litoral preciso
y a los árboles
la hipoteca salvada de su verde.

Los paralelos hilos del telégrafo
alargan el abrazo de sus brazos
( ¿ Cuando podré escribir la alegoría
de estos brazos tan largos? )

El gas neón y la aurora se repelen.
El cerro tapizado
de casuchas humildes
enjuaga la pintura
de su luz proletaria.

Y el corazón mecánico
de mi viejo reloj
golpea en la pared
los latidos del tiempo:
tic, tac, tic, tac,
vieja onomatopeya de la vida;
sin el tac es muerte
sin el tic no es vida.

Lentamente amanece
se marchitan los ojos
el alma sigue insomne
tensa, honda, muy honda
no del todo invisible.

Beso la frente niña de mis hijos
para beber sus sueños
y estalla incontenible
mi propia tempestad. . . . .

La aurora acaba de saludar mis lágrimas
y siento que amanece en mis raíces
en mis raíces,
en mis raíces. . . . . .

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