No tenía mucho de haber llegado a Tijuana(años 90) cuando en una visita a la Librería El Día, me encontré pegado en la pizarra de corcho de la entrada, una copia amplificada de una frase publicada en una columna periodística:
"Sería más fácil resucitar al Gato Félix que enderezarle la sintaxis a JeZuz Blancornelas".
Era un fragmento de mi columna Mar Y Bar,que publicaba en la página de cultura y espectáculos del desaparecido Diario 29.
Me sentí muy honrado de coincidir en temas tan escabrosos con un lector de lujo; un librero de la trayectoria y calidad humana del tijuanense de origen catalán y estirpe republicana, Alfonso López Camacho.
Y más simpático se me hizo Alfonso cuando me informó que tenía entre sus curiosidades bibliográficas un libro de mi autoría (Azuvia, FCE), que había tenido cierta demanda, sobre todo del medio universitario.
Más tarde tuve la oportunidad de convivir con él y su círculo de amigos(encabezado por los Sabrabia bros, Leobardo y Carlos),en las inolvidables veladas de Plaza Fiesta(la Taberna Suiza y Española, el Oba Oba Oba) y otros sitios; siempre tan acogedores por la riqueza y amenidad de la charla de un personaje que se puso a buscar lectores en la derivación urbana de la Barra Más Grande del mundo, sin morir en el intento.
Al contrario. Alfonso es fundador de la Unión de Libreros de Tijuana,y en estas fechas la Librería El Día anda cumpliendo 5o años de fructífera existencia, con la rara avis de su fundador firme al frente en estos tiempos que -como dirían los dadaístas-, "no se han dado a respetar" .
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En momentos en que la cultura escrita, las humanidades, padecen la crisis de la decodificación digital y la cosificación mercantilista(plagio a Fromm) de la relaciones humanas. En la rolita del Pirata cojo,a Sabina le faltó ser..."librero en Tijuana".
¿O no, Alfonso?
Un abrazo amigo desde el Sur, donde ya queremos tenerte pronto, muy pronto, como un invitado muy, pero muy especial.
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