Pablo Hiriart/LA RAZÓN
17/02/14
El PRI del estado de Veracruz develó un busto conmemorativo por el 64 aniversario del natalicio de“Luis Don Aldo Colosio”, al que se invitó a la prensa y estuvieron presentes los dirigentes priistas de esa entidad.
No tienen la menor idea de la historia ni de sus personajes, y tampoco saben qué veneran.
Lo ocurrido en el centro de Xalapa es la metáfora de lo que hoy por hoy padece el país: escasez de políticos preparados, con cultura, idea de la historia.
Mucho menos tienen un proyecto de país. Con esa ignorancia gobiernan estados y aspiran a más.
Las nuevas realidades de la competencia electoral han llevado a privilegiar la imagen sobre la sustancia, y nos encontramos con que lo que importa es que los políticos sean “buenos candidatos”, aunque sean incompetentes.
Así tenemos en muchos estados del país a camadas de políticos que son buenos como candidatos pero malos para gobernar.
Sucedió, por ejemplo, con Humberto Moreira en Coahuila. Resultó un candidatazo, que se impuso contra la opinión del entonces gobernador—con la amenaza de irse a otro partido para contender por ese cargo—, y arrasó en las elecciones.
Pero su falta de preparación lo llevó a realizar un gobierno que es cuestionado hasta el día dehoy. Ignoró reglas elementales de la política, al hacer a su hermano candidato a gobernador; e ignoró la urbanidad a la hora de tratar al Presidente de la República (en su caso, a Felipe Calderón), y a asumir deudas impagables, contratadas a través de trampas en el poder legislativo.
Emilio González Márquez, ex gobernador de Jalisco, también fue un buen candidato pero un pésimo gobernante.
Dejó a su estado una deuda cuantiosa, de las más altas del país, contratada en poco tiempo, y derrochó en regalos para sus aliados de la iglesia de Juan Sandoval y en los Juegos Panamericanos.Sus paisanos se lo cobraron en las urnas.
¿Quién va a ser el candidato?, se le pregunta a dirigentes políticos de cualquier estado, y la respuesta es, invariablemente, la misma: “el que pueda ganar”.
Las consecuencias las pagan los ciudadanos, cuando se opta por una botarga populachera y no por quien tenga la capacidad para sacar adelante un programa, inserto en un proyecto para mejorar los indicadores de bienestar.
Veracruz está a la deriva, aunque en su momento llevara a un candidato que pudiera ganar la elección, porque tenía el respaldo del poderoso gobernador saliente.
Las obras de infraestructura en esa entidad son federales. No hay planes de largo plazo. Estuvieron a punto de descarrilar—por falta de educación política—el programa estrella de la actual administración, la “Cruzada contra el Hambre”.
En las urnas van a pagar sus omisiones y su liviandad, su falta de preparación para gobernar estados complejos que demandan conocimiento y experiencia.
Por eso no es de extrañar que develen el busto de “Luis Don Aldo Colosio”. Y que se digan compungidos por su irreparable pérdida.
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