Elizabeth Cazessús
Era la 1: 30 de la tarde del día 13 de octubre, cuando aterrizábamos la poeta rusa Sofia Faddeva y yo, en la Ciudad de La Paz, puerto de ilusión, invitadas al encuentro de Lunas de Octubre; ya nos esperaban en el aeropuerto Jesús Rodolfo Contreras y Susana Agundez, miembros del equipo de organizadores de este encuentro memorable.
Subimos nuestras maletas a la camioneta del Instituto Sudcaliforniano de Cultura, y sin decir agua va, nos dirigimos a Cabo San Lucas, donde se llevaría a acabo la recepción de los poetas y escritores convocados.
Por el trayecto al pueblo de Todos Santos, hicimos la escala técnica requerida en el legendario Hotel California para la foto del recuerdo, pues para una rusa nacida en la estepa siberiana, esto era un cierre de círculo; la magia empezaba.
Después de unas horas, ya sin la amenaza del Huracán JOVA, que había tomado rumbo hacia Colima y Jalisco, con buen tiempo en esa tarde otoñal de grises nubes a la distancia, llegamos al hotel Windham, frente a la marina.
Así que dejamos maletas en el cuarto para irnos a dar un chapuzón en la alberca. Empezaba a caer la noche, cuando de pronto un caballero (Mario Puglisi), que también disfrutaba la piscina, se acercó para decirnos: ¡No cabe duda que aquí se afirma la canción que dice” las lunas de octubre son las más hermosas”.
En el cielo del Golfo de California se elevaba la luna llena en todo su esplendor cubierta de un velo dorado por los últimos rayos del sol tropical. Asombro y belleza. Esto fue el augurio de una placentera estancia y el inicio de las jornadas literarias. Más tarde, después de tomar los “sagrados alimentos”, la caminata por la marina se hizo imprescindible. La noche sirena y en paz nos abrigó con su calor.
Al día siguiente nos esperaba la conferencia inaugural con Pavel Granados, acerca de la “Literatura en la primera década del siglo XXI”. A quien el Fondo de Cultura Económica recientemente publicó su libro EL OCASO DEL PORFIRIATO, Antología histórica de la poesía en México 1911-1910. Difícil profundizar en esta crónica en los temas tratados durante el encuentro, pero el investigador sensible e intuitivo, durante su conferencia dejó frases criticas que me parecieron necesarias anotar en la agenda como temas primordiales, en estos tiempos en que México se encuentra sumergido en las ondas oscuras del lenguaje a falta de asumir el pensamiento critico, como parte del cambio en nuestro país, y que apunté en mi libreta: “La política debe de hablar el lenguaje de la poesía”. “La fuerzas destructivas son fuerzas constructivas” “La violencia resguarda a las palabras”.”Los escritores nos comprometemos con la política y los políticos no se comprometen con la literatura”. “Se ha instalado el lenguaje para demostrarnos su inutilidad”, (refiriéndose al poder político oficial).
Las secuencia de lecturas siguió en el Museo de Historia Natural de Cabo San Lucas, con las primeras mesas de lectura de poesía donde participaron Iván Gaxiola, Ana Rosshandler, Santiago Martínez Bringas, Guadalupe Nuño, Ramón Cuellar, Martín Avilés, Juan Pablo Rochin , Carlos Macías, Jorge Chaleco, entre otros.
Entre voces jóvenes y otras maduradas por el oficio, Ramón Cuellar, destacó con sus poemas del libro “OBSERVACIONES Y APUNTES PARA DESNUDAR LA MATERIA”; ganador del premio de la Ciudad de la Paz, 2010. Quien habló de la influencia de Gastón Bachellard en su obra, demostrando el manejo del simbolismo del francés, autor de la Poética del espacio, así como la teórica conceptualización de los elementales, cuando “nos alumbra” con el tema del Fuego: Penetrarás en el abismo donde se encuentra el polvo que le da forma a los nacimientos de la semilla, esa célula de tu mente, descubierta desde la somnolencia, desde el latido interno de la costumbre.
En esta horneada, como agradable degustación, no faltó el reconocido “Humorismo Sudcaliforniano” de Martin Avilés, con su cuento EL PLÅCIDO DE LORETO, voz templada y de buena lectura.
Después de la comida, por la tarde se presentaron en la casa del a Cultura, dos libros ganadores de los PREMIOS REGIONALES DE LA CIUDAD DE LA PAZ, 2010; con Teresa Avedoy presente, y el ausente, José Manuel Di Bella, quien apareció en el programa, y que sólo hizo honor al título de sus “CUENTOS CHINOS”.
En las mesas consecutivas fue mayor la presencia de las voces femeninas como la de Lorena Durán, Claudia Acosta, Anya Aguilera, Calafia Pozo, Conchita Cabrera, Mercedes Reinoso y Sofia Faddeva, quien leyó en español y ruso.
Después de la degustación de los bocadillos, en el cerro del Timbre, la noche joven y la luna dorada invitaban a seguir la tertulia, algunos poetas nos dirigimos a un Bar Jazz de la marina, donde Rosina Conde se encontraba, “bolereando el llanto”, con el saxofonista de Alain Derbez y el piano del músico del lugar.
Por la mañana del viernes, con el calor y la transparencia del cielo, escucharíamos los haikús de “Poesía en Seda” de Leticia Garriga, libro bilingüe , de exquisita y refinada lectura , con traducciones al catalán por el maestro Peré Besso, presentado por Patricia Medina, con su BREVE SON DEL ALMA, quien hizo alusión a un.. .“Ejercicio de la inteligencia puesta al servicio de la revelación”.
“Usted soy yo” de Alain Derbez y Angel Miguel, novela a cuatro manos, a la alimón como él la presentó: ficción, historia o relato, por la que recibió el Premio Nacional Jorge Ibarguengoitia
En la misma mesa, Leticia Garriga presentó mi libro Enediana, quien se extendió por las aguas del erotismo, la sensualidad y la mística de ciertos textos, y nos dice:” En mi deambular dentro del texto, me pareció conmovedor el devenir de la vida desde mi recreación de la polisemia y la polifonía de la palabra escrita en un encuentro frontal con la obra”.
En la mesa de debate y análisis ,”La mujer en la Literatura” donde participaron Ana Rosshandler, Patricia Medina, inicio Nora Castillo disculpándose, por romper la ecología emotiva y sensible de las lecturas anteriores, optando por alejarse a las márgenes del papel que juega el análisis critico, nada placentero y complaciente para la sensibilidad emocional , y menos para la falsa postura egoíca de algunos literatos en general.
Siguieron las presentaciones editoriales de Juan Melgar, Claudia Luna, Roberto Castillo . Estos últimos, con dos libros publicados en España por la editorial “El aullido”. Una mesa de voces que ya trascendieron por su necedad, solidez y compromiso con la palabra. Fue un placer escuchar y seguir leyendo a Claudia Luna, de su libro “Carne para las Flores” raptándonos al instante con el poema OLVIDO :” …ayer yo latía aceleradamente / latía / por eso olvídame que sea yo esa marca labrada por la emoción en una pared/libérame en ríos con sus lenguas de viscosos remolinos…” . Del libro, “Nuestras vidas son otras”, Roberto Castillo, leyó el poema de “Los invisibles”, que tendría que ser considerado dentro de los planes de desarrollo de la secretaria de economía, para que no quedara, sólo ,dentro de la estadística reciente de los desamparados mexicanos, siguiendo la idea utópica de Pavel Granados , en el supuesto caso de que los políticos economistas se comprometieran con la poética.
Lecturas seguían y seguían….
Por la tarde de la mesa de “Literatura y Violencia”, de los que llegamos surgieron preguntas de ¿cómo había estado en particular esta mesa? No sé si sería el cansancio de dos días de lectura, o los especialistas del tema no lograron apasionar al público afectados por el clima o la placidez de cabo.¿ Frivolidad o desafío?….Hablar del tema álgido y feo en medio de tanta belleza y alegría que nos inspiraba el paisaje (¿?) Algunos escritores que llegaron de ciudades bastante mal tratadas por la violencia y el narco, como Tijuana, Cd. Juárez y Monterrey, comentaron que esperaban más de esta mesa. Los que estuvieron díganlo. Yo no lo sé de cierto…
Autores de lejanas tierras…
Patricia Medina de Guadalajara, antes de su lectura en el Cerro del Timbre se confiesa como lo diría Erica Jong, parte de la Generación Flagelada. Autora con una formación a pulso de palabra, quien expresa de su libro ENTRE LAS COSAS: el envés es el odio consustancial/ y el grano así renace/ y se vuelve a podrir.
Sofia Faddeva con su tierna voz siberiana, conmovió de manera contundente: No tengo miedo de que me absorbas / y me disuelvas en tus problemas./ Tengo miedo de mí./ Tengo mucho miedo/de que el amor me obligue a aceptar todo.
Ferrnando Reyes, del D.F. sigue asombrando con su trabajo editorial y su Antología del Beso en la Literatura Mexicana, promoviendo los besos y a los autores amorosos.
Mario Puglisi, desde Chapala, poeta de largo aliento y palabra candente, al leer de pie liberó la pesadez que nunca falta en ciertos momentos, a falta de una buena “curaduría literaria”.
Enrique Servín , estimado amigo, poeta reconocido de otros puertos donde encallan las palabras marineras, con quien compartimos la vista entrañable al arco, y sus charlas en ruso con Sofia Faddeva.
Pero ni la fiereza de unos, la pasión cegadora de otros, la inalcanzable cima del amor imposible, la frustración contra la violencia, la melancolía o la prosapia de lo que es correcto o no, nos impidió disfrutar la voz picaresca de Miguel Ångel Chávez, con su “Teoría marxista de las Nalgas” que irrumpió el viernes por la noche, haciéndonos reír con un ingenioso juego de palabras.
El sábado por la mañana me perdí las dos primeras mesas, tengo que confesarlo, así como de otras tertulias literarias en el espacio intemporal. Ni al caso acudir a las palabras insustituibles y al adorno del análisis de Alain Derbez y Octavio Hernández, a quienes conozco, he leído y admiro por su labor periodística incansable y editorial. Y a Juan Cuahtémoc Murillo, por la edición, de la revista “La Misión”, además de su trabajo como promotor cultural.
Sin ser manda, llegamos a la última mesa, para escuchar “La devoción por la piedra” libro de Jorge Ortega, la presentación de “Arrieras Somos…” de nuestra querida Rosina Conde, quien presentó la segunda edición del premio Gilberto Owen; y las “Palabras Divinas Palabras, de Hernán Lara Zavala.
La sorpresa era el cierre de ese encuentro sobre el crucero “Oceanus”. Embarcamos rumbo El Arco a las 7 p.m. de la noche. Simplemente inolvidable. “Las Tres Gracias” nos acompañaban. Gracia por el servicio brindado por los promotores, el apoyo de Sandino Gámez, representante del ISC, la entrega desmedida y atenciones de Paloma Vergara, así como el tesón de Edmundo Lizardi, “viejo lobo de mar”. Gracia, por la musa, el amor a las palabras , al canto, la crítica y a los sueños, poetas; por la “salsa”, la rumba , el rock y al pop con el “dj” , sobre las olas. Gracia, por compartir bebida y comida. Otros instantes se quedan en el tintero, las platicas entre comidas, los entremeses, entradas y salidas “al laberinto Windham”, la ofrenda hecha al mar, Enediana, el baile de la culebra festejando el cumpleaños de Rodolfo. El cierre con alegría del amor expresado. La poesía viva se conjugó en esos litorales y la noche que caía sobre nosotros. De regreso, incomparable la vista, ni Nueva YorK, ni Hong Kong, reconciliados con la ciudad y sus espejos desde el golfo de la California.
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