sábado, 29 de octubre de 2011

CUAUHTÉMOC Y EL LEGADO DE DON BELISARIO




Tan oportuno como merecido el otorgamiento de la medalla Belisario Domínguez a Cuauhtémoc Cárdenas Solorzano. Nadie como Cárdenas encarna el simbolismo contenido en la figura del médico y senador chiapeneco(Comitán) que se atrevió a denunciar en tribuna las atrocidades del usurpador Victoriano Huerta, en aquellos discursos suicidas del 23 y 29 de septiembre de 1913.
Don Belisario fue asesinado la noche del 7 de octubre y su colega y enemigo personal, el doctor Aureliano Urrutia, le cortó la lengua y se la envió a su amigo Victoriano Huerta.

Cuauhtémoc no sufrio tal martirologio, pero sí muchos de sus correligionarios, como los operadores electorales Ovando y Gil, a unos días de aquel 6 de julio de 1988. No se le cortó la lengua literalmente, pero sí se le quiso aniquilar políticamente mediiante el linchamiento mediático.

Antes, durante y después de su lanzamiento como candidato presidencial.

La guerra sucia del salinismo contra la emergente figura del "líder moral", acuñó epítetos como "resentido" y "violento" que encontraban eco en los espacios editoriales bajo control estatal, en la prensa "responsable", "seria", "patriótica", al tiempo que el asesinato de militantes perredistas continuaba impunemente en todo el país.


Recuerdo aquella nauseabunda comparecencia, presentada en forma de entrevista por JZ24(Campbell dixit) en horario estelar del Canal de las Estrellas, de un medio hermano de Cuauhtémoc, uno de los hijos naturales de Tata Lázaro, famoso por su costumbre de hacer el amor de pie y uniformado...

Viví como ciudadano(que se descubría a sí mismo como tal, junto con millones de mexicanos) y periodista, muy de cerca el movimiento del 87-88 en la Ciudad de México, donde residía. México era un país devastado por la hiperinflación, la asfixia mediática, el autoritarismo,  y la ausencia de liderazgos políticos, como lo acabó de revelar el sismo del 85, cuando el gobierno federal se vio rebasado por una hasta entonces inédita sociedad civil..

Estuve presente en todos los mítines convocados por Cárdenas en el Zócalo.
Desde aquella desangelada concentración  en la que fue investido como pre candidato presidencial del  PARM(uno de los partidos satélites del PRI), una lluviosa tarde de agosto ante 200 seguidores, merolicos y curiosos; simples traseuntes como el reseñista que iba de paso a su trabajo en Argentina 12, sede del Programa Cultural de las Fronteras.

Desde esa ocasión, hasta la apoteosis luego de la renuncia al cuarto para las 12  de Heberto Castillo a su candidatura presidencial por el PSUM, para sumar fuerzas con el otro Ingeniero del mayor prestigio político en México, y el movimiento que ya tenía siglas llenas de vida, de esperanza, de futuro: Frente Democrático Nacional.

En el que participé afiliándome a las "células culturales", que sesionaban en una casona de San Angel.
Allí había de todo: desde grandes figuras del cine, de la música, del teatro, de la literatura, de la inteligencia, del periodismo  mexicanos, hasta jóvenes promesas en el campo de la antropología y la música, como Lázaro Cárdenas Batel, bataquero del grupo Banco del Ruido, a quien le pedí una entrevista para el diario en el que en ese entonces colaboraba: el Unomasuno, el mismo tabloide muy de moda  que había destapado a la "corriente democratizadora" del PRI.

-¿A mi o a mi papá?
-A tí, Lázaro.

El jovencito de 20 años aceptó y  a la vuelta de unos días apareció en  la primera plana del diario dirigido por Becerra Acosta, la entrevista que lo presentaba en sociedad: EL OTRO LÁZARO.

Espacios como el Unomasuno eran la excepción. El movimiento neocardenista se enfrentaba no a un Salinas que andaba por la calle de la amargura como delfín de De la Madrid, sino a todo el aparato del  Estado, incluyendo desde luego y en primera fila, a casi todos los medios escritos y  electrónicos, empezando por   Televisa, la de Emilio Azcárraga padre, el Tigre de los negocios, pero sin embargo "un soldado del PRI", como él mismo se solazaba en definirse..
(Su hijo se negó a heredar ese títulito y actualizó la plana:"La democracia también es negocio".)

Muchos de los actuales "líderes de opinión", de las figuras señeras de la comentocracia nacional- y que hoy aplauden el reconocimiento a CCS-, eran parte del coro de oprobioso silencio y calumnia impuesto por el Partido de Estado.
Por eso cada vez que el Peje se queja de la "mafia" y del "cerco informativo", él que fue el candidato presidencial del 2006 que ocupó los mayores espacios mediáticos, quienes tenemos memoria de aquellos años, o reímos o-y lloramos.

Por eso cada vez que veía a un lado de Cárdenas a los expriistas de baja estofa moral y política que en el 99 tomaron bajo las siglas del PRD el poder en BCS,  me daba nausea. La proximidad física de los arribistas no correspondía a la estatura histórica del vilipendiado líder moral..

Por todo eso, cuando Cuauhtémoc vino a La Paz como precandidto presidencial por tercera  ocasión, publiqué una carta abierta y lo abordé para decirle que el partido estaba siendo secuestrado por esta gentuza.Auspiciada por el pragmatismo electorero de López Obrador, por el sumar por el sumar, sin controles de calidad de la militancia, sin espacios para el debate de ideas ni la formación de cuadros. Que si no lo abría, el propio Cárdenas sería expulsado de la casa por el fundada.
Y algo así sucedió cuando Cuauhtémoc renunció a todos sus cargos dentro del partido y se retiró a ver los toros, el akellarre de la tribus, desde la barrera.
Por eso sentí pena ajena cuando Leonel Cota, el gobernador en funciones- a punto de ser designado por dedazo del Peje como "dirigente nacional" del PRD-,  la noche de la presentación del libro "Así fue", sobre el asesinato de Colosio, del entonces director de Milenio, Federico Arreola, me dijo:

" Cárdenas vale madre".

¿Dónde estaban Cotita y los de su estirpe en ese momento culminante de la historia moderna de México detonado por el neocardenismo? Haciendo sus pininos políticos en el Partido de Estado.
El periodista Ciro Gómez Leyva, que cubrió la campaña de Cárdenas el 2000, publicó ayer viernes 28 en Milenio un artículo titulado: Gracias, Cuauhtémoc.

ASÍ ES: GRACIAS, CUAUHTÉMOC, por la lección de dignidad y responsabilidad patriótica. Una palabra tuya aquella tarde de septiembre en un Zócalo desbordado por todo el centro histórico, luego de consumado el fraude avalado por los panistas, hubiera incendiado el país.
Ahí estaban las damas de Polanco y la Lomas codo a codo con las diversas tribus urbanas y rurales,  campesinos enhuarachados y enmachetados que apuntando con sus filos hacia Palacio Nacional,fuertemente resguardado, con su azotea tomada por fracotiradores, te pedían les ordenaras la avanzada.
Pero te pronunciaste por la lucha dentro de la legalidad y la fundación de un partido político: el PRD.
Del que hoy quedan sus puros "huesitos". Qué lástima, qué desperdicio de capital político, de partido.



Pero bueno, no todo está perdido: ahí está la obra politica de la izquierda en el distrito más grande del país: el  DF, inaugurada por Cuauhtémoc Cárdenas en el 97. 
Apesar de los Bejarano, los Imaz,las redes clientelares, la falta de trasparencia pejista, la gran ciudad de México es hoy por hoy una ciudad abierta, con un centro histórico rescatado, deslumbrante, índices de seguridad razonables para su dimensión metropolitana, derecho al aborto debidamente justificado, matrimonios gay, pensiones sociales, entre otras conquistas.


No, no todo está perdido. ¿Le entrará al quite el Otro Lázaro? (EL)








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