La primera en señalarme el error fue mi madre: Anita Ruibal, la legendaria partera paceña, era tía de Víctor, no su progenitora: doña Elenita Ruibal. En realidad fue un lapsus de mi parte, pues ese dato siempre había estado bien resguardado en la memoria ya que los Liceaga Rubial, eran gente del barrio, como los Arámburo, los Pinos Pallas, los Calderón, los Coppola, los Osorio, los Carrillo, los Taylor, los Amaya, los Cochis Gueros, todos revueltos sin el menor atisbo de luchas de clases…
Los Liceaga Rubial vivían a unas cuadras rumbo al centro sobre la entonces calle empedrada de la Madero, a ciertas horas engalanada por los pianos que desbordaban los muros de algunas residencias patricias, para en sublime alianza con la brisa alborotar el follaje de los tabachines, tamarindos y laureles de la India.
El caso es que aquel 25 de marzo de 1953 …fue para la partera Anita Rubial, un día muy agitado. A temprana hora recibió el llamado de los Arámburo Rosas: estaba por nacer el menor de esa dinastía: Jorge Luis. Más tarde, los García Isáis, tocaron a su puerta: Marío, el primogénito, quería ya dar su primer berrido. Y a la hora del crepúsculo- ese interregno en que cualquier freak es un poeta mientras no demuestre lo contrario-, la cita era en el domicilio de los Lizardi Agramont, en la vieja casa de techo de dos aguas, que abarcaba desde la Belisario Domínguez, hasta la terraza de los tamarindos entrelazados frente a la bahía, en el Malecón.
Fueron las prodigiosas manos de doña Anita las que en punto de las seis de la tarde, justo cuando el sol se hundía en la Punta del Mogote, extrajeron del vientre materno a un bodoque de 5 kilos, y le dieron la primer nalgada que desató el grito primigenio,
que al sosegarse dio paso a una mirada que empezó a recorrer el techo de madera de dos aguas… como reconociéndolo.
El niño se llamaría Edmundo…como el personaje de la novela El Conde de Montecristo…de Alejandro Dumas, uno de los autores favoritos del abuelo.
De aquí mi fijación y fascinación por el nombre de Anita Rubial. Ese primer contacto humano, esas primeras manos de mujer, incluso anteriores a las maternas, pertenecen a la memoria afectiva más profunda y ancestral del abismo del hombre..
SIN CRONISTAS.- Con la renuncia por motivos de salud del cronista municipal, Leonardo Reyes Silva, no solamente La Paz, se queda sin nadie quien le escriba sus memorias, pues Reyes era el único con ese cargo de carácter institucional en el estado..
Las recientes declaraciones del “Ingeniero” sobre su “preocupación” por el ”rescate histórico del centro histórico”, no son más que otra mamarrachada avalada por algunos “izquierdistas” que resultaron más priistas que De la Vega Domínguez anunciando “el contundente triunfo de Salinas” aquella tensa, intensa noche del 6 de julio de 1988..
Narciso es un tipo que simplemente no puede tener ese tipo de preocupaciones pues no tiene ni idea ni sentido de la Historia. Como él mismo lo presume en sus pueriles chacoteos con Martincito(de quien guarda en su cartera una fotografía donde su patiño favorito aparece en pañales de recién nacido), nunca ha leído un libro en toda su vida.
Si alguien le pidiera una reflexión crítica de la historia de la izquierda mexicana, a la que dice pertenecer, no sabría qué decir, o diría puros disparates a imagen y semejanza de su primo y padrino político, Leonel, cuando en el programa Contexto..(TV Azteca), el politólogo y conductor, Jaime Sánchez Susarrey, le preguntó con cuál versión de la izquierda latinoamericana se identificaba el PRD: ¿Bachelet, Lula, Chávez, Ortega, Tabaré…?.
-Nojotro nomà aquí, miramos en ete paí…balbuceó Cota creyendo que estaba con el Miguel Angel( El Larry King huizapoloero) o el Chiquilín Sandoval( El Kapuscinsky cotimontañista).
- Pues cómo decirlo, Leonel-le dijo despidiendo el programa Pablo Hiriart-, nos dejas, cómo te diré, una sensación muy extraña…
De pena ajena… las carencias argumentativas del entonces dirigente nacional del PRD..
Narciso no es más que la consecuencia de esta obscena silvestrez; que desembocó en la involución política que ahora vemos escandalosamente reflejada en la degradación institucional. Es la peor herencia de ese “anacronismo, analfabetismo, rezago político”, que tanto le señalamos a Cota durante su mandato.¿Te acuerdas, Leonel?
Era una bomba de tiempo y estalló. Ya no es necesario el despiste, el respeto por la forma, que en política, diría un clásico, es el fondo.
Por eso es que NAM. nunca ha invitado a sus informes de gobierno, a representantes del medio intelectual o literario, y no ha creído necesario nombrar un cronista del estado.
Narciso es una excrescencia política de un escenario en donde “los sucesos se confunden con simulacros”, como dice Juan Villoro : “Un ambiente de naufragio donde la ausencia de principios se disfraza de pragmatismo o medida de emergencia(“le pediré a la PGR que investigue”, le dijo al Zeta).
Su desinterés por la historia(un desdén bien correspondido pues la Historia tampoco le tiene mucho cariñito que digamos), encaja en el cuadro patológico nacional descrito por Villoro:” La descarada tendencia de la época a la satisfacción exprés se ha aliado en México con la impunidad. El mundo narco, la supremacía del presente, se cumple a través de un ménage á trois del dinero rápido, la alta tecnología delictiva y el dominio del secreto(¿Cómo sabía que los Teos venían a descansar, si no sabía que aquí estaban?).”
Y ojo, ciudadanos lectores y electores:”El pasado y el futuro, los valores de la tradición y de las esperanzas planeadas, carecen de sentido en ese territorio…Sólo existe el aquí y el ahora: la ocasión propicia, el emporio del capricho ( Jorge Vale, Alcántar y demás impunidades exitosas) donde puedes tener cinco esposas , comprar a un sicario por mil dólares y a un juez por el doble, vivir al margen del gusto y de la norma, entre el colorido horror de las camisas Versace(ver camisas de Guluarte y Salgado en foto de las Siete cabecillas sonrientes), jirafas de oro macizo, un reloj que da la hora por 300 mil dólares, botas de avestruz turquesa.”.
Los Liceaga Rubial vivían a unas cuadras rumbo al centro sobre la entonces calle empedrada de la Madero, a ciertas horas engalanada por los pianos que desbordaban los muros de algunas residencias patricias, para en sublime alianza con la brisa alborotar el follaje de los tabachines, tamarindos y laureles de la India.
El caso es que aquel 25 de marzo de 1953 …fue para la partera Anita Rubial, un día muy agitado. A temprana hora recibió el llamado de los Arámburo Rosas: estaba por nacer el menor de esa dinastía: Jorge Luis. Más tarde, los García Isáis, tocaron a su puerta: Marío, el primogénito, quería ya dar su primer berrido. Y a la hora del crepúsculo- ese interregno en que cualquier freak es un poeta mientras no demuestre lo contrario-, la cita era en el domicilio de los Lizardi Agramont, en la vieja casa de techo de dos aguas, que abarcaba desde la Belisario Domínguez, hasta la terraza de los tamarindos entrelazados frente a la bahía, en el Malecón.
Fueron las prodigiosas manos de doña Anita las que en punto de las seis de la tarde, justo cuando el sol se hundía en la Punta del Mogote, extrajeron del vientre materno a un bodoque de 5 kilos, y le dieron la primer nalgada que desató el grito primigenio,
que al sosegarse dio paso a una mirada que empezó a recorrer el techo de madera de dos aguas… como reconociéndolo.
El niño se llamaría Edmundo…como el personaje de la novela El Conde de Montecristo…de Alejandro Dumas, uno de los autores favoritos del abuelo.
De aquí mi fijación y fascinación por el nombre de Anita Rubial. Ese primer contacto humano, esas primeras manos de mujer, incluso anteriores a las maternas, pertenecen a la memoria afectiva más profunda y ancestral del abismo del hombre..
SIN CRONISTAS.- Con la renuncia por motivos de salud del cronista municipal, Leonardo Reyes Silva, no solamente La Paz, se queda sin nadie quien le escriba sus memorias, pues Reyes era el único con ese cargo de carácter institucional en el estado..
Las recientes declaraciones del “Ingeniero” sobre su “preocupación” por el ”rescate histórico del centro histórico”, no son más que otra mamarrachada avalada por algunos “izquierdistas” que resultaron más priistas que De la Vega Domínguez anunciando “el contundente triunfo de Salinas” aquella tensa, intensa noche del 6 de julio de 1988..
Narciso es un tipo que simplemente no puede tener ese tipo de preocupaciones pues no tiene ni idea ni sentido de la Historia. Como él mismo lo presume en sus pueriles chacoteos con Martincito(de quien guarda en su cartera una fotografía donde su patiño favorito aparece en pañales de recién nacido), nunca ha leído un libro en toda su vida.
Si alguien le pidiera una reflexión crítica de la historia de la izquierda mexicana, a la que dice pertenecer, no sabría qué decir, o diría puros disparates a imagen y semejanza de su primo y padrino político, Leonel, cuando en el programa Contexto..(TV Azteca), el politólogo y conductor, Jaime Sánchez Susarrey, le preguntó con cuál versión de la izquierda latinoamericana se identificaba el PRD: ¿Bachelet, Lula, Chávez, Ortega, Tabaré…?.
-Nojotro nomà aquí, miramos en ete paí…balbuceó Cota creyendo que estaba con el Miguel Angel( El Larry King huizapoloero) o el Chiquilín Sandoval( El Kapuscinsky cotimontañista).
- Pues cómo decirlo, Leonel-le dijo despidiendo el programa Pablo Hiriart-, nos dejas, cómo te diré, una sensación muy extraña…
De pena ajena… las carencias argumentativas del entonces dirigente nacional del PRD..
Narciso no es más que la consecuencia de esta obscena silvestrez; que desembocó en la involución política que ahora vemos escandalosamente reflejada en la degradación institucional. Es la peor herencia de ese “anacronismo, analfabetismo, rezago político”, que tanto le señalamos a Cota durante su mandato.¿Te acuerdas, Leonel?
Era una bomba de tiempo y estalló. Ya no es necesario el despiste, el respeto por la forma, que en política, diría un clásico, es el fondo.
Por eso es que NAM. nunca ha invitado a sus informes de gobierno, a representantes del medio intelectual o literario, y no ha creído necesario nombrar un cronista del estado.
Narciso es una excrescencia política de un escenario en donde “los sucesos se confunden con simulacros”, como dice Juan Villoro : “Un ambiente de naufragio donde la ausencia de principios se disfraza de pragmatismo o medida de emergencia(“le pediré a la PGR que investigue”, le dijo al Zeta).
Su desinterés por la historia(un desdén bien correspondido pues la Historia tampoco le tiene mucho cariñito que digamos), encaja en el cuadro patológico nacional descrito por Villoro:” La descarada tendencia de la época a la satisfacción exprés se ha aliado en México con la impunidad. El mundo narco, la supremacía del presente, se cumple a través de un ménage á trois del dinero rápido, la alta tecnología delictiva y el dominio del secreto(¿Cómo sabía que los Teos venían a descansar, si no sabía que aquí estaban?).”
Y ojo, ciudadanos lectores y electores:”El pasado y el futuro, los valores de la tradición y de las esperanzas planeadas, carecen de sentido en ese territorio…Sólo existe el aquí y el ahora: la ocasión propicia, el emporio del capricho ( Jorge Vale, Alcántar y demás impunidades exitosas) donde puedes tener cinco esposas , comprar a un sicario por mil dólares y a un juez por el doble, vivir al margen del gusto y de la norma, entre el colorido horror de las camisas Versace(ver camisas de Guluarte y Salgado en foto de las Siete cabecillas sonrientes), jirafas de oro macizo, un reloj que da la hora por 300 mil dólares, botas de avestruz turquesa.”.
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