Dr. Humberto González
Galván
¿Qué sería algo así como “cuidar la
imagen de la UABCS”? Me he estado haciendo esta pregunta desde que se ha
agudizado, a últimas fechas, el conflicto de legalidad en el que estamos
envueltos todos los universitarios desde hace año y medio. Van mis respuestas.
Cuidar la imagen de una universidad
pública implica hacer en ella correctamente lo que ella está llamada a hacer:
docencia, investigación, difusión de la cultura y extensionismo. Ahora bien, no
se trata de sólo hacerlo por hacerlo, sino de hacerlo “correctamente”, ¿qué
quiere decir esto de “correctamente”? La corrección aquí implica sutilezas
espirituales difíciles de evaluar con aparatos de medición, pero, por otro
lado, fáciles de percibir con la sensibilidad consciente de universitario
formado. Lo universitario es una forma de percibir valores universales (la
honestidad, por ejemplo) que impulsa a reconocer lo correcto de lo incorrecto
desde una especie de seguro instinto para lo que está bien hecho y para lo
hecho de mala fe. Este tipo de sutilezas requiere del diálogo permanente para
su justa calibración. Escucharse entre sí para acordar, con razones comunes,
destinos también comunes en pro del bien universitario, igualmente común. Así,
los intereses sindicales no pueden ser diferentes de los intereses
administrativos; y ninguno de estos puede ser diferente de los intereses
académicos, tanto de profesores como de alumnos, parte sustantiva y razón de
ser última de una universidad.
En esta perspectiva general,
debiéramos coincidir todos los universitarios en que no está bien torcer la
legalidad con procedimientos leguleyos; que no está bien maquillar la
corrupción por intereses voraces; que no está bien sostener la impunidad en complicidades
vergonzosas; que no está bien simular excelencias académicas con elitismos
soberbios… y para calibrar estas coincidencias en sutilezas difíciles de por sí,
el diálogo es imprescindible. No aboga por una Universidad sana la terca
cerrazón de un pretendido “poder universitario”, a la discusión de ideas y
argumentos, de leyes y reglamentos, de acciones y decisiones. Ejemplo de
civilidad debemos dar los universitarios ejerciendo nuestro mutuo derecho a
pensar y actuar conforme a los valores universales (verdad, bien, belleza) que
hacen que una Universidad lo sea, y que si es pública, más aún.
Para mí, esto sería cuidar la
imagen de la UABCS; y no andar amordazando la libre expresión de ideas ni
criminalizando acciones que quieren marchar en armonía con dichos valores
universales.
Muy mal andamos en nuestra UABCS en
imagen, si por ejercer una libertad de expresión como la anterior, se nos acusa,
a mí y a diez de mis colegas, de “sublevados”, de “desestabilizadores” y de
“desapegarnos a nuestras obligaciones contractuales”, absurdas las dos primeras
y falsa la última. En efecto, ni el DR. ROLANDO JOSÉ LUIS
SANTOS ORCILLEZ, ni el DR.CARLOS JUVENTINO CÁCERES MARTÍNEZ, ni el LIC. HECTOR
MURILLO AGUILAR, ni el DR.RUBEN SALMERÓN, ni el ING.JOSÉ MANUEL GREEN OLACHEA, ni el DR.CÉSAR
ARTURO RUIZ VERDUGO, ni el LIC.AMADEO PERALTA ADAME, ni el DR.HECTOR MANUEL
SANTIESTEBAN OLIVA, ni el DR. GILBERTO PIÑEDA BAÑUELOS, ni yo mismo, nos hemos
desapegado a nuestras labores contractuales universitarias (docencia, investigación, difusión de la
cultura y extensionismo), como lo pueden ratificar nuestros respectivos Jefes
de Departamento; mucho menos nos hemos sublevado o hemos pretendido
desestabilizar a nuestra institución… o sí, si por “sublevarse” y “desestabilizar”
se entiende buscar con argumentos y sentencias jurídicas encauzar a nuestra
querida universidad en una clara e indudable vía de legalidad, por el bien, en
última instancia, de lo universitario y sus sutilezas espirituales.
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