martes, 7 de diciembre de 2010

CARLOS FUENTES: Biutiful

Periodico A. M. 7 Diciembre 2010




Uxbal (Javier Bardem) es un hombre bueno. Quiero decir: tiene instintos poderosos y trata de acordarlos con la tradición moral. La suya no es una bondad convencional. Ninguna bondad lo es (salvo la de los santos) sino como resultado de un conflicto entre el valor moral y cuanto lo niega. Uxbal tiene esa forma de la moral que es la emoción del recuerdo. Le conmueven las fotos de su propia juventud, de su amor con Marambra y de sus hijos recién nacidos. Tiene un fuerte sentido de la conducta correcta. Enseña a sus hijos a sentarse bien a la mesa, a usar los cubiertos. Los lleva a la escuela, debido a sus apariciones y desapariciones de Marambra (Maricel Álvarez) su mujer, una mujer alcohólica y desorientada cuya vida es una confusión de reactivos. Quiere tener, como dicen los argentinos, “la chancha y los veintes”, comer el pastel y hacerse la ilusión de que sigue allí, intacto. Se presta a un sexo libertino pero esclavizado por la falta de gravedad. Quiere regresar al amor perdido de Uxbal. Lo hace de una manera intolerable, lacrimosa, pedigüeña. Quiere a los hijos, los abandona, regresa, los maltrata.



Y Uxbal debe sobrevivir en un mundo que él no hizo, pero del cual no puede escapar. La Barcelona negra, sin turistas, sin premios, sin elegancias. En la capital catalana, Uxbal debe servir como doliente a sueldo en muertes ajenas. Debe servir de intermediario entre policías corruptos y una red intrincada de traficantes de droga, explotadores del trabajo migratorio y constructores necesitados de obreros que en China o Senegal, ganarían 10 veces menos.



El mundo de la migración está en el centro de la vida de Uxbal y de Biutiful. Preocupación constante de la obra de González Iñárritu, en Biutiful la lleva a la frontera satisfecha de la Europa comunitaria. Chinos y senegaleses aquí como mexicanos en California, turcos en Alemania, argelinos en Francia y, ayer apenas, trabajadores españoles en Francia, Inglaterra, Escandinavia. Biutiful toca aquí el gran problema irresuelto de la globalidad. ¿Por qué, si en un mundo globalizado, circulan sin trabas el dinero, los valores, las empresas, no puede circular el trabajo? Es decir, lo que hace posible el dinero, el valor y la empresa: el trabajo.



Hay dos escenas brutales en Biutiful respecto a este tema. En una, hombres, mujeres y niños, trabajadores migrantes, mueren asfixiados en el sótano donde duermen. Uxbal es responsable de la mala o nula calidad de los gasoductos que compró en barata. Otros cadáveres, los que no llegaron, son arrojados a las playas por el mar. No hay turistas. No hay bañistas.



Hay Uxbal contemplando, como lo hacemos todos, su propia muerte. Inevitable: un cáncer de próstata que se ha extendido más allá de cualquier remedio. La certeza de la muerte nos devuelve a un Uxbal humanizado por la certeza del fin. Prepara a sus hijos, sobre todo a su joven hija melancólica e inteligente. La madre de los niños es irresponsable. Entre los trabajadores migratorios, una mujer de raza negra se dispone a regresar a Senegal. Uxbal le encarga a los niños. Le da todo el dinero que ha logrado ahorrar. La mujer duda: con ese dinero, puede regresar a su patria. Uxbal muere. ¿Qué hará la africana encargada de los niños?



Película lineal en una obra que ha barajado libremente tiempos y espacios (Amores perros, Babel) Biutiful lo es sólo en apariencia. Un hermoso encuentro en un bosque nevado entre Uxbal y un hombre desconocido abre la película y le regala una sonrisa. Al final de Biutiful, regresamos al bosque nevado y volvemos a reunir a Uxbal con el sonriente muchacho. Ahora, sabemos que el joven es el padre de Uxbal. Lo sabemos porque Uxbal ha recibido en Barcelona el cadáver momificado de su padre muerto en México. Luego, Uxbal y su hermano corrupto, fiestero, inmerso en la Barcelona de strip-teasers, cabarets, promiscuidad y droga, sacarán el cadáver de su madre de un cementerio para convertirlo en cenizas y mezclarlas con las del padre, que regresó del exilio y ahora se le presenta a Uxbal para conducirlo a la tierra sin retorno

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