Alejandro Alvarez
El pasado once de julio se conmemoró el Día del Minero. Las campañas pseudo ambientalistas que han invertido millones de pesos en desacreditar la actividad minera pasan por alto que durante cinco siglos la principal actividad industrial del país fue la minería. Sobre esas bases se edificó el México actual. Combatir a la minería es escupir al cielo, es negarse a ver que estamos rodeados de satisfactores producidos por la minería. Volteemos a nuestro alrededor. El cemento, ladrillos y blocks con los que se construyó el hogar que habitamos se fabrican con arcillas y otros materiales pétreos que extrae la industria minera. Los vehículos que nos transportan (terrestres, aéreos y marinos) desde una bicicleta hasta las naves que se envían al espacio o las que cruzan los océanos, se construyen con metales extraídos de las entrañas de la Tierra, lo mismo que sus motores. Los vehículos tradicionales se mueven gracias a los combustibles derivados del petróleo que es otra industria extractiva hermana de la minería, la industria petrolera. Otros vehículos como algunos submarinos de guerra y plantas generadoras de energía eléctrica funcionan con material radiactivo también sacado del subsuelo. Los modernos equipos de comunicación (los teléfonos celulares y sus antenas, entre otros) y toda la industria electrónica (las lap top de uso generalizado) emplean metales pesados y preciosos aportados por la minería. Clavos y placas usadas para reparar fracturas de huesos están hechos por aleaciones metálicas inertes. La mayoría de las prótesis que se fabrican son de acero inoxidable fundido y en mucha menor proporción fundidas en aleación de cobalto o forjadas en aleación de titanio. Las mejores instalaciones eléctricas e hidráulicas siguen usando cobre para su fabricación. Los sofisticados equipos médicos modernos emplean metales superconductores. El simple lápiz que usamos todos los días tiene carbón que se saca de minas. El campo se fertiliza con materiales aportados por la minería. Pero todos estos materiales que consumimos o empleamos a diario en todo el mundo requieren de muchos esfuerzos para extraerlo del interior terrestre y luego procesarlo metalúrgicamente para concentrarlo. Esto lo realiza la industria minera con miles de trabajadores especializados en la multitud de actividades que implican proveer de materia prima a la industria de la transformación. Geólogos, administradores, contadores, obreros, ingenieros mineros y metalurgistas, mecánicos, químicos, biólogos, médicos, sicólogos, maquinistas, topógrafos, secretarias, choferes, almacenistas, son algunos de los profesionistas y oficios de la industria minera cuya diversidad no alcanza ninguna otra industria. La minería llega a colonizar territorios inhabitados donde hay que empezar de cero, con las primeras obras de exploración abriendo nuevos caminos, instalando campamentos que después se convertirán en poblados con centros habitacionales, escuelas, oficinas, laboratorios, talleres, muelles, carreteras, aeropuertos, comercios, centros de diversión. ¿Qué otra actividad económica realiza este monumental esfuerzo?
Por si fuera poco, el trabajador minero desarrolla una de las actividades de más alto riesgo por llevarse a cabo muchas veces en un medio inhóspito, el subsuelo a cientos de metros bajo la superficie, ajeno al medio natural de vida del ser humano y por tanto lleno de peligros y fenómenos extraños a la vida cotidiana. Nos llama la atención la actividad minera cuando un desafortunado accidente provoca la muerte de trabajadores sin saber que a diario miles de compatriotas o de otras naciones arriesgan su vida en esta labor.
México ocupa el noveno lugar en la producción minera mundial y el cuarto lugar en la producción minera de Latinoamérica. En el año 2005 México exportó sólo por la producción de oro 204 mil millones de dólares. Los bienes principales del sector minero son plata, plomo, cinc, cobre, molibdeno y oro. En los últimos años, la actividad minera de Baja California Sur se ha basado en la producción de minerales no metálicos, destacando la sal, el yeso y la fosforita, cuya producción ha sido constante. En el caso de la sal en el año 2008, se tuvo una producción de 7.5 m.t. (millones de toneladas) con un valor de un mil doscientos m.p. (millones de pesos). Para el yeso en el año 2008, la producción fue de 2.5 m.t. con un valor de doscientos veinte m.p. Con respecto a la fosforita en el año 2008 la producción fue de 1 m.t. con un valor de quinientos m.p. Existen motivos más que suficientes para impulsar la minería en el estado y en el país en lugar de boicotear su presencia y aportación a la economía nacional.
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