A principios de la semana pasada, cuando profesores de Morelos afines a la minoritaria y panchera Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación llevaban casi un mes sin trabajar y se disponían a desquiciar la Ciudad de México en protesta contra la Alianza por la Calidad de la Educación, el representante de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Andreas Schleicher, dio en el clavo (seguramente sin proponérselo) al reportar la vergonzosa situación que México registra en materia educativa:
El principal reto del país, recomendó, es buscar mecanismos para estimular el talento de los maestros.
Y, ¡sopas!:
Dijo que, pese a los elevados niveles de gasto en relación con el producto interno bruto y con los recursos públicos disponibles (la proporción que se invierte per cápita en educación es de 23.4 por ciento, la más alta entre los países de la OCDE y casi el doble del nivel promedio, que es de 13.2 por ciento), el gasto por estudiante sigue siendo bajo en términos absolutos… debido a que la inversión se queda en la remuneración a los profesores.
Schleicher es el jefe de la División de Indicadores y Análisis de la Educación de la OCDE, y presentó hace ocho días los resultados del Panorama 2008. En su opinión, México debe reorientar el destino del presupuesto educativo.
La coincidencia de su declaración con las envilecidas demandas de los maistros morelenses no pudo ser más oportuna: tienen la desfachatez de exigir se les conserve el privilegio de vender al mejor postor o de legar sus plazas a su parentela, en vez de aceptar que éstas sean ganadas por oposición.
No es de extrañar que algunos otros enclaves de la CNTE en varios estados, en particular la única que tiene bajo su control una sección como la 22 de Oaxaca (corrosiva y vividora: de 70 mil, diez mil son aviadores y la entidad padece el peor índice de aprovechamiento escolar), expresaran su “solidaridad” con los que hicieron el jueves reciente su vergonzosa marcha en la Ciudad de México.
Un representante guerrerense de los “solidarios” (Jorge García Hernández) no se mordió la lengua para mezclar verdades y mentiras:
Dijo que la Alianza por la Calidad de la Educación “destruye” los derechos laborales de seguridad social y sindical de los docentes, reforma los lineamientos de la carrera magisterial, “hace perder el escalafón y antigüedad en el servicio”, “invalida” estudios superiores, “desaparece” las normales públicas, crea empleos por contrato sin derechos laborales, y acredita el aprendizaje del alumno basado en la prueba ENLACE.
No quieren ser evaluados, no quieren exponerse a un examen de competencia, pero sí medrar con las plazas y que México nunca supere la mediocre educación que imparten.
Pero bribones y todo, quedarán impunes: el gobierno de Morelos (como el de Oaxaca después de la devastación centera) les pagará íntegramente su salario, pese a que se pasaron un mes en la puritita güeva.cmarin@milenio.com
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