Desoladora imagen la de Felipe Calderón, a solas en el balcón presidencial de Palacio Nacional, con el lábaro patrio a duras penas sostenido con el brazo izquierdo todavía lastimado luego de una caída en bicicleta, que los pejistas de mal agüero, que le apuestan al desastre nacional como única vía de autoafirmación y sobreviviencia política, quisieron premonitoria.
Acababa de dar el Grito, seguramente en Play Back, pues la voz salió enérgica, pero en OFF, gracias al oficioso paneo a distancia de la pequeña figura con campana y bandera ante un Zócalo llovido y dividido, repartido entre “espurios” y “legítimos”, “izquierdas” y “derechas”, de regreso al maniqueísmo de la Guerra Fría .
Sombrío el rostro del presidente, como presintiendo la noticia que le aguardaba de vuelta a sus oficinas de Palacio: bombazo con siete muertos e infinidad de heridos en el zócalo de Morelia, capital de su natal Michoacán, estado gobernado por Leonel Godoy en nombre del PRD o lo que queda de esa franquicia.
A los 12 decapitados en Yucatán y los 24 ejecutados en La Marquesa, había que sumarle estas otras víctimas, pero con una acotación escalofriante: era gente inocente, sociedad civil, sin cartel en que caerse muerta. Era el primer acto terrorista con saldos fatales de la historia del México contemporáneo.
Luego vendría el motín carcelario de Tijuana con 19 cadáveres más, mientras los discursos se empantanaban en los lugares comunes, en la fosa común, de la mediocridad política que ha acelerado la descomposición social que ha entronizado al Narco como el héroe por antonomasia.
Todo dentro de la lógica del capitalismo salvaje, de los mercados sin contrapesos ideológicos, de la utilidad por la utilidad, de la crudeza de la ley de la oferta y la demanda, compartida por “derechas” e “izquierdas”, “espurios” y “legítimos”, Mouriños y Narcisos, cártleles del Golfo y del Pacífico, y gobernadores Pechochos y Ulises Ruines.
Como dice el Gabo en Noticias de un secuestro: “La droga más mortífera no es la mariguana ni la coca, sino el dinero fácil”. Y es en este punto donde los protagonistas del desastre nacional, coinciden…En BCS este pecado capital que es la codicia, la avaricia, el vicio del dinero por el dinero, combinados con la ignorancia y el oscurantismo, “está de moda”…y va por más..
CASA DE CITAS/ “Odio a mi patria/ pero daría la vida/ por dos o tres paisajes suyos....” José Emilio Pacheco.
Acababa de dar el Grito, seguramente en Play Back, pues la voz salió enérgica, pero en OFF, gracias al oficioso paneo a distancia de la pequeña figura con campana y bandera ante un Zócalo llovido y dividido, repartido entre “espurios” y “legítimos”, “izquierdas” y “derechas”, de regreso al maniqueísmo de la Guerra Fría .
Sombrío el rostro del presidente, como presintiendo la noticia que le aguardaba de vuelta a sus oficinas de Palacio: bombazo con siete muertos e infinidad de heridos en el zócalo de Morelia, capital de su natal Michoacán, estado gobernado por Leonel Godoy en nombre del PRD o lo que queda de esa franquicia.
A los 12 decapitados en Yucatán y los 24 ejecutados en La Marquesa, había que sumarle estas otras víctimas, pero con una acotación escalofriante: era gente inocente, sociedad civil, sin cartel en que caerse muerta. Era el primer acto terrorista con saldos fatales de la historia del México contemporáneo.
Luego vendría el motín carcelario de Tijuana con 19 cadáveres más, mientras los discursos se empantanaban en los lugares comunes, en la fosa común, de la mediocridad política que ha acelerado la descomposición social que ha entronizado al Narco como el héroe por antonomasia.
Todo dentro de la lógica del capitalismo salvaje, de los mercados sin contrapesos ideológicos, de la utilidad por la utilidad, de la crudeza de la ley de la oferta y la demanda, compartida por “derechas” e “izquierdas”, “espurios” y “legítimos”, Mouriños y Narcisos, cártleles del Golfo y del Pacífico, y gobernadores Pechochos y Ulises Ruines.
Como dice el Gabo en Noticias de un secuestro: “La droga más mortífera no es la mariguana ni la coca, sino el dinero fácil”. Y es en este punto donde los protagonistas del desastre nacional, coinciden…En BCS este pecado capital que es la codicia, la avaricia, el vicio del dinero por el dinero, combinados con la ignorancia y el oscurantismo, “está de moda”…y va por más..
CASA DE CITAS/ “Odio a mi patria/ pero daría la vida/ por dos o tres paisajes suyos....” José Emilio Pacheco.
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