martes, 2 de septiembre de 2008

JESÚS LÓPEZ GASTÉLUM: LA BUFADORA Y OTROS POEMAS...


JESÚS LÓPEZ GASTÉLUM
(SANTA ROSALÍA 1927,
ENSENADA 1998), MAESTRO,
POETA, PERIODISTA, ANIMADOR
CULTURAL Y DEPORTIVO,
DEJÓ SU OBRA LITERARIA
DISPERSA EN DIFERENTES
PUBLICACIONES.
FUE AUTOR DE LA COLUMNA
PUNTO Y RAYA, APARECIDA
DURANTE 3 DÉCADAS EN EL
DIARIO EL MEXICANO, l
A VOZ DE LA FRONTERA Y DIARIO 29.




LA BUFADORA

En un rincón de Ensenada
que se llama Punta Banda
hay una ola
que canta, que ríe y que llora.
Le dicen “LA BUFADORA”

Así quería verte.
Sola y a solas
gritándole al silencio de la noche
los espasmos intensos
de tu orgasmo marino.

Gimes.
Eres una mujer de agua doliente;
mariposas de sal danzan el rito subceleste .....
tu boca húmeda bebe la lejanía
grávida de horizontes .....

Y el océano realiza contigo
las nupcias cósmicas insospechadas.

Te contemplo así..... en éxtasis.
Suave y lánguida. Quieta.
Móvil y agresiva. Rugiente.

Y lanzando los ojos al abismo
la selva líquida del mar
duerme arrebujada en la cobija negra
que las estrellas tímidas no perforan.

No hay violencia en el arrullo sucesivo.
Es plegaria que extiende sus brazos
de agua con sedes infinitas:
húmeda sed de seres y cosas inasibles.

Vienen de lo remoto
mil universos vírgenes reptantes
que penetran en el imán de tu regazo triangular
llegan hasta las fauces de tu oquedad violada
y estalla una galaxia musical.....


Sube, sube la ola
y la cortina transparente
cae desmayada en el lecho fuerte
de la inercia.

Triunfo y derrota.
Dualidad en vértigo
ancla que sujeta al ideal intrépido,
aliento húmedo que ruge en la huída imposible.

Dolor en apoteosis
deslizado en la arista sensible
donde el amor alcanza
el instante supremo de la síntesis .....

Algo intenso y fugaz se derrama
en tu elegía jubilosa.
Algo intenso y fugaz de tus entrañas.

En tu ausencia
has dejado la huella
de millones de agujas de rocío
hiriendo el rostro invisible de tu forma.

Cielo sin pájaros.
Espacio y tiempos suspendidos
en el filo mortal de los silencios .....
La inmensidad se expresa en una voz:
Tu voz de reina cautiva entre las rocas.

Otra vez el rumor
de la tormenta que se gesta en tu seno
y luego el estallido.

Es una sensación de nervios tensos
que asciende hasta el cerebro
y que culmina. Cansa. Agota.

Raíz y espiga. Desmayo intermitente.
Vida y muerte en oleajes sucesivos .....

Así quería verte:
Sola y a solas
fundiendo tu gemido con el mío,
rumiando lo fértil y lo estéril,
ascendiendo y bajando,
estallando y muriendo
como la vida misma.

Así quería verte.
Sola y a solas,
bebiendo las saudades de los vientos
y llorando en la espuma de las olas.

Aquí, en el abismo de lo infinito
ante lo inmenso de un techo luminoso;
ante lo imponderable de un piso líquido
de sombras movedizas y ondulantes;
ante el misterio de tu mensaje
que arroja en la noche
la música salvaje de tu grito ronco;
Aquí, ante tu presencia que enjaula
los siglos en minutos latientes y febriles;
ante la soledad de las tres dimensiones,
con el alma desnuda y suspendida
en el equilibrio de un puente sin extremos;
como una criatura minúscula,
como un puñado de cenizas grávidas,
arrojo mi pensamiento al infinito
y me quedo con las manos vacías .....

Aquí se puede creer en Dios.

ENSENADA, B. C. Noviembre 1963
.








NECESITA UNO

Necesita uno leer. Estar enterado.
Esto es: enterrado en un túnel
de palabras sin lápida.
Efervescente túnel febril
como un epitafio presentido.

Necesita uno saber: saber el sueño.
Hacer saber el sueño
y asistir al eclipse de todos los espejos.

Necesita uno transitar más allá
del temblor ancestral del pensamiento
por la inédita senda
que se diluye en fauces de puntos suspensivos . . .

Caminar hacia allá:
más allá de nosotros y de los otros,
más allá de los ojos de los rostros
y de los rastros de los astros.

Necesita uno cerrar esa puerta
que exhibe el ojo enajenado
de una cerradura vertical.

Abrir la luz.
Inventarle alas y garras a la luz
y cortar con sus filos acerados
las venas de las horas sin ahoras:
las ausencias presentes que navegan
en el germen de un río
y en el vórtice tibio de una aurora.

Necesita uno recorrer la muerte de la vida
para encontrar la vida de la muerte:
Aural hallazgo para instalar
la conjunción de los advenimientos
y fundir lo mortal con lo moral

Necesita uno salir por la arista
del libro que se enciende
y preguntarle al sol por su lejana sed
y al gusano por su anillo nupcial.

Necesita uno plantar la planta en
los signos . . . .
Evadir la evasión
abolir la máscara de vida
de los seres y las cosas disecados.

Necesita uno el acta notarial
de la maternidad de la materia.
O de su eternidad.
O de la paternidad de la creencia.
O el testimonio de los filos invisibles.

Necesita uno entender
el centro del instante en que se ora
y en que se ara
la avara búsqueda de la otredad vencida.

Organizar bien ----- para el bien.
Asir el verbo
y transigir con la sustancia de los adjetivos.

Nombrar al hombre
en la esquina transida de todos los pronombres
y disolver las máscaras vacías.

Necesita uno
que la húmeda lengua de los vientos
paralice la insistencia del lápiz
y borre con su vaho
el viejo barro que deshonra
la honda vocación de la palabra.

Necesita uno recorrer
el árido paisaje de la mano
sus cinco continentes verticales
y la silbante luz
de sus veneros abismales.

Necesita uno despertar de las llagas de la cama.
Abrir las cicatrices.
Temblar en la memoria de la piel
y sacar de la noria del instinto
el beso fecundante de la carne
que eterniza los sellos de las huellas.

Derramar es amar.
Derramar es crecer hacia el plural.
Hay que repronunciar la sílaba que somos
y ser agua y ser sed al mismo tiempo.

Ser un poco de alba
ser un algo de noche:
(Aurora de una brisa
prisa trastabillante
nervio de una sonrisa
huella de algun instante)
Grito y silencio
Cima y abismo
voz y palabra
abra y naufragio intermitente

Necesita uno presenciar
el paso del paisaje por la frente
el eco sin ego de la sangre
y el latido sin fin de las estrellas - - -
(Granos lejanos para el hambre cósmica
del hombre y de los hombres).

Necesita uno
la leve densidad
de todas las pisadas de la niebla
de cuyo fondo suben
anónimos alientos sospechados.

Sucumbir con la escoria
transigir con la espuma
y beber el regreso de los ojos
en todos los granizos.

Necesita uno
que la lumbre de uno
penetre hasta la cumbre
de los helados lodos
y que el sapo y la charca coagulada
depositen su baba
en los ejes solemnes del insomnio.

Llamarle hermano al árbol
libres savias al aire
hasta el confin de la húmedad viajera.

Necesita uno de la amarilla
presencia de los pájaros
del aural jubileo de sus trinos
que pican en el vientre de la aurora
las semillas audaces de las horas
y los granos robados a la noche.

Necesita uno
del incógnito ovario
de los soles ocultos
que presiden helados
el abismo sensual de la distancia.

Ser la velocidad
ser el sentido de la velocidad
la ruta de la velocidad
la dimensión de la velocidad
el destino de la velocidad.

Necesita uno
enhebrar la metáfora del humo
en el cordón de todos los teléfonos
callados por la angustia
y sacar del silencio el mejor número
para llamar al llanto de los otros
desde una secreta lágrima inaugurada.

Necesita uno conversar
con todos los cierzos madrugales
colonizar la frente
de llamas matinales.

Izar en la pradera
un violento desafío de paz
y otro de subversión
en el cenit preciso
de todos los relojes
paralíticos.


Necesita uno
salir con la esperanza
a buscar lo perdido de uno mismo

Necesita uno
pedirle al frío faústico que aplace su visita
para que haya tiempo de que uno
siga necesitando.


















L A S R A I C E S

Decir las excelencias de la tierra,
el poema del mar,
la locura del aire,
es hallar las palabras
que reúnen las esencias
de Baja California.

Decir el Hombre es denunciar la vida
la huella milenaria
creadora de paisajes
la luz de los silencios
las voces de los soles
y el avatar del día
surtidor de crepúsculos
y sediento de auroras.....

¿En qué misterio está,
en que repliegue yace
el devenir devorador de tardes
y proveedor de albas?

La noche es la botella descorchada
que guarda los infiernos del silencio:
tiene el licor sensual de las tinieblas
y la grávida ronda de los ecos.

Pero la tierra mia
es una voz de sangre
que estalla en las arterias.

El corazón repite
su vieja biografía;
coloca una sordina a sus latidos
y zas!, zas!, es un golpe intermitente.....
La sangre se hace tinta
el corazón es una prensa nueva
que edita el verso niño
el verso luz del universo nuestro
el verso siete once
sangre petrificada, bronce dulce.


-CANTO PRIMERO-

LA TIERRA

Horizontal y esbelta
es península sísmica.
Emergió como Venus
en un festín risueño
de conchas y de peces
pero la tierra nuestra
quiso montar su guardia
a la vera maciza de la Patria.

Tierra anhidra y avara
para el Conquistador Omnipotente
que buscaba tus perlas y tu oro.

Tierra que eres mujer
horizontal y esbelta
todavía estás virgen
de la primer conquista
tu alma de sirena
no corrió la aventura.

Tú esperaste las voces
mayores del espíritu
y el verbo de los hombres se te hizo español
y el alma de los hombres
se te hizo plegaria
patética oración del Cristo-Pueblo.

Tierra de rostro seco
y de entraña jugosa
fértil es tu matriz para tus hijos.
Isla brazo hilvanada
con mohoneras sucias
prendida de alfileres
a un mapa mutilado
por la barbarie extraña.

Península que luchas
en las encrucijadas
de todos los imanes;
el sueño del camino carretero
- tu desvelado sueño -
es un viril relámpago
en la noche tan larga
de tu cuerpo tan largo......

Tierra de las cenizas jubilosas
emerge nuevamente
sal de tu lecho cósmico
y dile a tus hermanos
que no eres la cenicienta aquella
de la leyenda boba.
Grita ya tu verdad,
tu angustia de frontera
tu soledad sureña
Grita ya el heroísmo
de tu invencible mexicanidad

-CANTO SEGUNDO-

EL MAR

Yo le he cantado al mar
con un dejo anacrónico
de atávica humildad.
Le he hablado a sotto voce
de mi pagana religiosidad.

Me abismo en sus abismos
y mi verso argonauta
a cabalgado en los penachos líquidos
de las olas sonoras
metáforas secretas
del eterno fluir.....

El mar me había enseñado
la vieja verdad griega
aquella que establece:
“que lo único estable es lo inestable”.

El litoral circuído por el agua
es beso continuado
el lecho de mi mar - cuna de lunas -
preside el rito cardinal y alterno
de la vida y la muerte
que inasibles navegan
sin naufragio posible.

El agua tiene sed
de humedades remotas, infinitas,
sed de los horizontes verticales
por eso lame abismos sin orillas
y orillas sin abismos.

Y debo yo decir
que nuestro mar es vaso
de excepcional riqueza,
reservorio que espera
la primera cosecha
del trabajo del hombre para el hombre.

. . . El mar nuestro de cada día
está ahí:
con sus misterios a flor de ola
y a flor de abismo.

-CANTO TERCERO -

EL AIRE

Empiezan las palabras a surgir
como trozos gimientes
de centrífuga voz
que oscila como péndulo vencido.

El aire necesario
repta en la sensación de los pulmones
y el hombre-niño grita
la muerte de su asfixia inesperada.
Grita porque ha nacido.
Su llanto es el bautizo
del aire humanizado.

La vista viaja en la negra extensión.
Intenta la captura
del cósmico voltaje de la noche
del aire cielo grávido
que tanto nos eleva
y tanto nos comprime .....

Entonces el aire con su techo de aire
enciende sus galaxias,
su leche luminosa.....
Leche de átomos inmaculados
átomos sin hombre y sin nombre.

Puntualmente invitada
la brisa desaloja
su aliento reposado.
Gira la esfera cadenciosamente
en su bella unidad:
esfera sin perímetros
y con centros ubicuos descentrados.

El aire nuestro es música que danza
y que dicta la lección omnisciente
sonido y vibración,
polen fecundador de estrellas llagas
germen de soles fríos
como las almas sucias
como las almas frías
que no escuchan.

Aire nuestro que estás en los cielos. . .
en el espacio breve
que hay del suelo al cielo.

-CANTO CUARTO-

EL HOMBRE

Con trompeta civil yo le he cantado
a Baja California.

Historia, Tierra, Hombre,
todo está en el registro
de la humana bitácora del viaje:
La sangre tierna de las esperanzas,
el íntimo dolor,
la acuarela sin rostro del paisaje,
mi embriaguez de saudades,
la ecuación amor-odio
la ecuación llanto-risa,
la adversidad vencida,
todo está registrado
en el diario sin letras de mi vida,

Porque yo soy el hombre
albañil de la Historia
polvo de muchos polvos
forma de muchas formas. . . . .

Que callen ya las cívicas arengas,
las palabras sin alas.
Que las íntimas voces de los hombres
convoque a los hombres
a levantar el vuelo
a destrozar las anclas
la Historia empieza ahora.

Empieza con el Hombre:
el guaycura de los ojos resecos
el español enfebrecido de oro
el misionero del amor cristiano
el mestizo epiceno.

Y el hombre es Dios y es Diablo.
Mi rostro tiene almas
mi alma tiene rostros
y huellas sin aduanas.

Soy el Hombre Plural
el Hombre Pueblo:
el que existe
el que lucha
el que ama
el que sangra
el que habla
el que triunfa
el que muere. . . . .

¿Qué importa el gentilicio?
¿Qué importan las fronteras?
Soy el hombre Dos Mil
El Hombre Pueblo.


Vengo de mis raíces esenciales
cuchillos luminosos
que trotan en la sangre
con los filos abiertos
y frutecen sedientos
sin dejar cicatrices. . . . .
Así como mis raíces.

S A L I D A

El alba arroja ya su primer dardo
la luz naciente -no escuché este fiax-
disuelve las tinieblas.

Los gallos y los perros
dicen las mismas cosas a sus dueños
Se advierte la muda huelga de los pájaros.

La gotera del baño rumia a solas
el ocioso latido de una gota.

La noche se disipa
devolviendo a los seres y a las cosas
el litoral preciso
y a los árboles
la hipoteca salvada de su verde.

Los paralelos hilos del telégrafo
alargan el abrazo de sus brazos
( ¿ Cuando podré escribir la alegoría
de estos brazos tan largos? )

El gas neón y la aurora se repelen.
El cerro tapizado
de casuchas humildes
enjuaga la pintura
de su luz proletaria.

Y el corazón mecánico
de mi viejo reloj
golpea en la pared
los latidos del tiempo:
tic, tac, tic, tac,
vieja onomatopeya de la vida;
sin el tac es muerte
sin el tic no es vida.

Lentamente amanece
se marchitan los ojos
el alma sigue insomne
tensa, honda, muy honda
no del todo invisible.

Beso la frente niña de mis hijos
para beber sus sueños
y estalla incontenible
mi propia tempestad. . . . .

La aurora acaba de saludar mis lágrimas
y siento que amanece en mis raíces
en mis raíces,
en mis raíces. . . . . .



































ESTADO 29

I

Voy a intentar decir en esta noche
un pensamiento viejo que se escapa
con huraños acentos:
iVoy a cantar a Baja California !
desglosar las entrañas de su nombre,
robarle a sus cardones la plegaria
y al silencio del valle y la montaña
arrancarle un murmullo trashumante.

Cantar el epinicio de la tierra,
del cielo y del océano;
decir el gesto de sus hombres bravos,
al compás de la fuerza de la historia;
envolver en la niebla de Ensenada
el palpitar rotundo del presente
y gritarle al futuro su destino.

II

Para decir tu historia,
el océano y el golfo se han unido
en la bella leyenda de sus olas
que en el abismo de sus ecos gritan.
iULLOA, ULLOA, ULLOA.....!

Tierra que guardas en yacija virgen
la huella ilustre de los misioneros;
Tú ya eras un mundo recién creado,
cuando Konsak llegó a Santa Gertrudis
y viste desfilar a los Jesuítas,
desde San Borjas a Santa María.

Y llegaron más tarde Franciscanos
a fundar la Misión de San Fernando
dejando escrito en tu silente tierra
este nombre de amor:
iFray Junípero Serra!

Y, por fin, Misioneros Dominicos,
llegaron victoriosos al Rosario
esparciendo piadosos su mensaje:
el beso nuevo de la fe cristiana
y la flor del idioma castellano.

Empezaba a nacer tu geografía,
abrías el arcón de tus secretos
y tus valles rumiaban perezosos
el balbuceo de una nueva vida.

Tu río solitario cabrioleaba
rebelde en la campiña;
tus entrañas gemían de deseo,
con gravidez fecunda y silenciosa;
tu espíritu brotaba como linfa
al contacto de seres y de cosas;
el viento abanicaba las montañas
y tu fauna y tu flora,
como el génesis bíblico,
nacían a la luz de cada día.

No podría decirse que esperabas dormida,
porque el tronco robusto de la raza,
el indio primitivo,
era parte vital de tus entrañas.

III

De la provincia mexicana eres
la más lejana y palpitante arteria.

Eres la predilecta de occidente,
la novia sempiterna del océano;
y te vistes de gala y de verdura
cuando el sol rubicundo de tu cielo
penetra en el milagro de tu surco;

Y del laboratorio de la tierra,
silencioso y secreto,
grávidas las simientes se preparan
a saludar el surco calentado
y las savias ascienden jubilosas,
derramándose pródigas
en la alfombra infinita de tu valle.

Faja de tierra angosta;
caprichosa ahijada
de milenarios sismos, emergida:
¿Es verdad que remotos cataclismos
recortaron a tajos convulsivos
el abrupto perfil de tu silueta?

¿Es verdad que en las cumbres de tu sierra
los caracoles y las conchas yacen,
como testigos fieles de tu origen?

Yo solo sé que ahora, por venganza,
el mar se estrella en tu encrespada roca
y la espuma, vencida e impotente,
irisada de luces en derrota,
se resbala del risco voluptuoso.

Yo solo sé que el vientre de tus costas
adormecen el mar quieto y sereno,
mientras en tus bahías orgullosas
languidece la tarde negligente
en el bostezo gris del horizonte.

Y sé tambien que en el reloj presente
bulle la vida alborozadamente
y la esperanza crece por sí misma
fincada en el esfuerzo de tus hombres.

IV

VALLE DE MEXICALI

Valle sin horizontes,
interminable piso de verdura,
lecho del sol,
arcilla calcinada,
flor de milagro blanco,
capullo de algodón entrelazado
en las viriles redes del progreso.

De la espiral soberbia de tu cerro,
atrevida atalaya del viajero,
yo contemplo las luces que palpitan
como extrañas luciérnagas del valle . . .
El viento silva cadenciosamente
la húmeda canción de la montaña,
que vibra con las piedras y resbala
por el arpegio negro del camino.
Y sin saber si ríe o si solloza,
icanta siempre la cuesta Rumorosa!

Tecate alborozado:
A través de las notas de un corrido,
o tal vez al calor de una cerveza,
conocí la alegría de tu alma:
hoy te contemplo inmenso de latidos,
como una promesa realizada
en la candente fragua del trabajo.

Heraldo Juvenil
que en cornamusa ansiosa de futuro,
anuncias tu presencia campirana,
fiel a tu tradicion,
como el gañán que muere indiferente
asido a las orquillas de un arado.

Tú eres esa fuerza que se filtra
por los poros de Baja California;
el hermano menor que aprende luego
los consejos del grande
y luego crece por esfuerzo propio.

Tijuana iluminada:
bella jaula de luz y de cemento,
mariposa polícroma de tintes comerciales,
ciudad donde los ojos azules del turista
compran las emociones del hipódromo
y, buscando aventuras novedosas,
aplauden la matanza de los toros. . .

Fama de gran ciudad,
enjambre de inquietudes y quehaceres,
cosmopolita concreción humana,
donde el México eterno se defiende
resistiendo la fuerza abrumadora
del dólar fascinante.
iVentana de la Patria Mexicana!
iSalva la dignidad de nuestro idioma!
iSalva la tradición de nuestra raza!
iSalva la herencia de Miguel Hidalgo
y el pensamiento de Benito Juárez!
Tú eres la Bandera de esta Patria:
iSalva lo que es eterno!

Y por fin Ensenada:
la bella cenicienta, ahijada de la niebla,
la mujer que despierta suavemente
para rasgar la seda nebulosa
y encender las cenizas legendarias...

La mujer que se yergue victoriosa
y señala con índice seguro
el punto cardinal de su destino.

Allá en el sur,
cien pueblos olvidados,
con los brazos abiertos
como cactus sin voz, en el desierto,
pero con la raíz firme a la tierra
exigen savia de la nueva vida.
!Piden la codiciada carretera
que reduce distancias
y estimula es progreso!

Marcharemos al sur con optimismo;
se romperán los ecos del silencio,
la actividad del pueblo será un rito
que salga del Ejido y de la Escuela...
!Se integrará el Estado 29!

Ya no será la Baja California
sinónimo de olvido y de miseria;
tendrá que ser la California pura
la más alta expresión de la provincia;
tendrá que ser la California nuestra,
la nueva California que fulgure
en el rostro del mapa mexicano.

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