Por José Luis Vázquez Ceja
Independientemente del decreto super express promulgado por la legislatura el pasado 11 de febrero de 2011, mediante el cual adicionó y reformó la Ley Orgánica 2007 de la UABCS, y de las acciones ilegales e ilegítimos del Consejo General Universitario (CGU) para remover a la totalidad de los miembros del la Junta Consultiva y convocar elecciones tanto de la representación estudiantil para ese órgano de gobierno como de rector para el periodo 2011-2015, los universitarios y los ciudadanos interesados en refundar a la UABCS, debemos partir del origen mismo que dio lugar a su creación y a los problemas que ha venido arrastrando de desde su creación.
La UABCS muy lejos del espíritu de su creación
Después del decreto de creación del CIB en 1975, la pregunta obligada fue y de donde van a salir los jóvenes para las labores de docencia e investigación del Centro. No había universidad. La propuesta de crearla fue asumida por el gobernador Angel César Mendoza Arámburo como una responsabilidad del estado. Desafortunadamente, después de tantos años, los egresados de la UABCS que estudian o han estudiado en este Centro son los menos, comparativamente con los egresados de otras universidades tanto nacionales como extranjeras, lo mismo sucede con respecto a la conformación de la planta de investigadores de este Centro. Los egresados de la UABCS son los menos.
Obviamente, después de 35 años, la UABCS, pese a sus conflictos internos, no pocas veces provocados desde el exterior, que la han llevado al descredito y ocupar el antepenúltimo lugar en la escala nacional de las instituciones de educación superior, continúa con su programa de vida como institución en la vida social y cultural de Sudcalifornia,. Asunto que deberíamos meditar y revalorar para redefinir el papel que le toca cumplir ahora y en el porvenir y su razón de ser en el entramado de la vida social y cultural de nuestra sociedad.
Los problemas recurrentes de la UABCS
Rector tras rector y los problemas persisten. Por increíble que parezca, después de más de 35 años de fundada la Universidad, correspondió por primera vez al rector Rodrigo Guerrero Rivas presentar la Cuenta Pública 2008-2009 de la Universidad a la legislatura local y a la Contraloría del estado (Quizá la autonomía inhiba a la Universidad de tales responsabilidades y la considere como un ente aparte, pero no separada de la sociedad). Este hecho conlleva a otras situaciones, que aún cuando existen sistemas administrativos, presupuestales, contables y una de la base de datos simplificada y moderna ( Oracle), estos no se aplican o se aplican medianamente. Lo mismo podemos decir respecto a las normas y reglamentos que teóricamente rigen a la vida universitaria. Sólo algunos ejemplos de desviación de recursos del Programa Integral de Fortalecimiento Institucional (PIFI), del SAR y del Fondo de Jubilados, pérdida de la certificación de la carrera de Biología Marina, empresas productivas administradas por maestros, pero sin rendir cuentas a autoridad alguna, la realización de proyectos de investigación bajo contrato u otra modalidad en los que se privilegia los intereses de quienes contratan los servicios, alumnos que por recomendación de algunas autoridades universitarias no pagan colegiatura, entre otros muchos etcéteras. Sin embargo, entre todas estas ausencias y atropellos a las normas y reglamentos, vale la pena detenerse en el renglón de los gastos en servicios médicos del los trabajadores de UABCS.
Pago de servicios médicos a los trabajadores de la UABCs
Ni la construcción de los hospitales de Cabo San Lucas y de Loreto han costado tantos millones de pesos que los gastado por la UABCS en los servicios médicos de sus trabajadores académicos, administrativos y directivos. El de Cabo San Lucas, debidamente equipado y una capacidad de 24 camas, tuvo un costo de 51 millones, mientras que el de Loreto, también equipado y con una capacidad de 18 camas, costó 46 millones de pesos. En tanto la UABCS, entre el 2005 y el 2009, pagó 121 millones pesos por servicios médicos privados. ¿Por qué paga tanto dinero la UABCS en servicios médicos privados? ¿Porqué no acudir a las instituciones de salud públicas, como cualquier ciudadano trabajador o servidor público? Son privilegios o derechos conquistados por estos trabajadores universitarios? Sí. Pero, quien paga? Nosotros, los ciudadanos. Quizá, la construcción de una clínica universitaria, en el propio campus universitario, con una capacidad de 25 camas, área de urgencias y especialidades, seguramente que esos 121 millones hubieran sido suficientes, incluso, con un remante que serviría para albergar a la escuela de medicina que se está proyectando echar a nadar aquí en La Paz.
Servicio Médico General Universitario.
¿Por qué el 95 % de los trabajadores administrativos, académicos y directivos pasan directamente a los servicios médicos privados sin pasar antes por el Servicio México General Universitario? ¿Por qué los universitarios que requieren de atención médica no se apegan al Reglamento de Servicios Médicos para los trabajadores administrativos, incluido el personal directivo, y al Reglamento de los Servicios Médicos –Quirúrgicos de los Trabajadores Académicos de la UABCS? Son muchas las irregularidades y muy poca la voluntad y el poder de las autoridades universitarias para hacer cumplir estos reglamentos antes pagar tales cantidades por servicios privados. Veamos algunas de estas ausencias. No existen contratos o convenios con prestadores o proveedores para los servicios médicos, dentales, análisis de laboratorio y/o adquisición de medicamentos. No existe un padrón de proveedores de estos servicios aprobado y autorizado por las autoridades universitarias. La práctica o la costumbre es que farmacias, clínicas y hospitales, laboratorios y demás proveedores otorgan crédito a la UABCS y, posteriormente, presentan las facturas para su cobro. Bueno, ni los pensionados y sus derecho habientes van al IMSS sino a servicios privados.
Los gastos médicos de la UABCS, 2005-2009.
Hablar de un gasto de 121 millones de pesos en servicios médicos podría suponerse que se trata de una universidad con una tasa laboral alta, pero, no es así. La UABCS sólo tiene 997 trabajadores, de los cuales, 680 son académicos, 220 administrativos, 17 directivos académicos y 80 directivos administrativos. Muchos de los cuales, seguramente, nunca han ido al médico, contrariamente a los que han abusado de estos servicios. Pero, vemos en que se fueron estos 121 millones de pesos:
45 millones 150 mil en medicamentos; 14 millones 300 mil en consultas médicas; 13 millones 67 mil pesos en análisis y estudios; 13 millones en intervenciones quirúrgicas; 12 millones 500 mil pesos en servicios dentales; 8 millones en atención hospitalaria; 7 millones en lentes; aún cuando parezcan fuera de contexto, también se incluyen, 4 millones 500 mil en pasajes y 4 millones en viáticos; ochocientos mil en aparatos ortopédicos y 35 mil en otros gastos.
Consultas y costos
Ni las consultas a especialistas ni las incapacidades están debidamente documentadas ni por la Coordinación de los Servicios Médicos de la UABCS ni por el especialista que emitió el dictamen. Algunos ejemplos de consultas por el personal universitario nos llevan a derivar dos cuestiones: o, el estado de salud de muchos de ellos, es realmente lamentable o crítico, deseando su pronta recuperación, o, muchos de ellos están abusando de dichos servicios. Existen casos como “X” trabajadora, que entre enero de 2006 y febrero de 2009, tuvo un total de 21 consultas con diferentes especialistas e instituciones por un monto total por arriba de los 100 mil pesos; o, las tres consultas del trabajador “Z” en diciembre de 2008 y enero de 2009, con el mismo especialista con un costo de 25 mil pesos; o las 10 consultas de la trabajadora “Y” con el mismo especialista por la nada despreciable suma de 63 mil pesos; o la del trabajador “A” que entre marzo y abril de 2006 se gasto en cuatro consultas la suma de 205 mil pesos, sólo en el hospital privado de Hermosillo el costo fue de 200 mil pesos; pero, la del trabajador “C”, cuya intervención quirúrgica tuvo lugar en el hospital Médica Sur del Distrito Federal, se llevó la despreciable suma de 543 mil pesos.
Los servicios dentales no se quedan atrás. Van desde un costo de 46 mil 500 pesos hasta las modestas consultas de mil y 600 pesos. Pero hay casos de un solo proveedor de servicios dentales que, entre 2006 y 2009, atendió a 62 pacientes universitarios por la módica suma de 323 mil pesos. Claro que a ciertos casos de prótesis dentales la UABCS únicamente se hizo cargo de pagar el 50%. En la consulta y compra de lentes, la mayoría excedió lo establecido por el Reglamento respectivo. Destacan los casos del paciente “N” con apellidos tales que adquirió 6 pares de lentes por un monto de 20 mil 500 pesos en la óptica del pariente que lleva los mismo apellidos; o, el profesor de visita en Madrid, España, que la UABCS pagó la suma de 10 mil 104 pesos a la Grando Optica España, S.A.
Conclusión.
La lucha de los universitarios y ciudadanos interesados en refundar la UABCS, a sus 35 años de creación, es conformar una agenda que tenga como base la gran responsabilidad que tiene nuestra Universidad con el desarrollo del estado a través de la formación de profesionales de alto nivel, capaces de competir con sus pares en cualquier región de México o de otros países. Rescatarla y fortalecerla es el mejor servicio que podemos hacer a nuestros estado.
Conclusión.
La lucha de los universitarios y ciudadanos interesados en refundar la UABCS, a sus 35 años de creación, es conformar una agenda que tenga como base la gran responsabilidad que tiene nuestra Universidad con el desarrollo del estado a través de la formación de profesionales de alto nivel, capaces de competir con sus pares en cualquier región de México o de otros países. Rescatarla y fortalecerla es el major servicio que podemos hacer a nuestros estado.
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