lunes, 25 de agosto de 2008

LAS PERLAS DE LA TERRAZA









-A ver ¿quién bateaba más largo: el Poché Cabrera, el Loco Lizardi o el Chiquilín?-
deja el Hugo, junto con otro chorro de café, el acertijo en la mesa de la Terraza donde comparten el Salorio, el Cutino Salgado y el Chino Estrada.
La mención de tan históricos personajes desborda la nostalgia que se transforma en verbo
fluido, bien documentado y condimentado
-Esa respuesta la podrían dar La Peluda o La Caballo Blanco- dice el Chino con esa sonrisa que exhibió en el célebre anuncio de los Delicados ovalados, la misma con la que conquistó a la Elsa Aguirre, cuando la diva mexicana ya estaba bien entrada en su Tercera Juventud .
Los tiempos de El Mirador y del Ranchito antiguo empiezan a ser rescatados con pelos y señales.
Arrancan los fabulosos años sesenta y el exótico Chino Abraham llega con su traje a rayas
multicolores, su sombrero de copa y su ametralladora de juguete adquirida en El Baratero Cumbre del
mercado Madero, al tiempo que don Julio, el Mascafierro(era molacho), anuncia la primera
variedad y la actuación de la cantante sensación: Rosita Villamil.
Al grito de “ ¡FBI, cabrones, ábranse!” , Abraham empieza a disparar a diestra y siniestra mientras el entonces precoz teen ager paceño y cachuchero mayor(padrote de lujo), el Chino Estrada, el Loco Lizardi y el Cachetón Carrillo se dejan caer fulminados por la ráfaga “disparada” por Abraham..
El exquisito gigoló con proyección en el jet set internacional, Toño Ruffo-aún sin su oneroso bisoñé-, y el eterno director del Registro Público de la Propiedad, Antonio Kachoc, atestiguan la escena, no por tan reiterada menos hilarante.
¡Tiempo de variedad! El Mascafierro intercambia albures con el selecto público preparando el terreno para el momento cumbre de la noche: ¡Y ahoooooraaaa...con u-s.t-e-d-e-s.....Laaaa Daaamaaaa del Ciiiisneeee!

La voluptuosa stripper importada directamente de Guasave, empieza con su refuego
porno-erótico, en que el prolongado cuello de la elegante ave atrapada en los alrededores de
Balandra hace las veces del falo. El chino Abraham se ha colgado su metralleta al hombro y sentado en la mesa de su cofradía , embelesado por el espectáculo y los High Balls, no se da cuenta que uno de los
bateadores largos que tiene al lado, ha desenfundado su miembro viril y, sin levantarse,
lo ha colocado dentro de la bolsa del saco apachucado del “agente policiaco” para ahorrarse el viaje al mingitorio.

Otros congales de moda eran El 10 (carretera al norte), el Tiko- Tiko(inmediaciones de
El Santuario), el One Two Three(¿) , Anca la Ivonne , Las Hamacas ....Entre las cantinas porteñas más frecuentadas estaban La Sirena, La Media Luna , La Jaiba, El Intimo , el 4 Vientos.
El Bar del Perla, el del Misión y El Bucanero, en el Palmar de Abaroa, se cocinaban aparte. Esas legendarias barras recogieron los sueños, las ambiciones y las angustias insulares de las generaciones de paceños que después emprenderían el vuelo más allá del Bermejo para destacar en la política y en otros campos de la actividad humana, o bien se quedarían para demostrar que sí se podía se profeta en su tierra, o morir en el
intento.
Y como parte del divertimento de aquella Edad Heroica, no podía faltar el espectáculo ofrecido por los grandes gladiadores locales que manejaban las piernas con la misma destreza que sus puños. Un Olimpo presidido por ese prodigioso guerrero llamado Rogelio Pozo. Las únicas armas legítimas eran las facultades naturales. Las pistolitas y los antecedentes del Cuerno de chivo, simbolizaban la cobardía,
la vileza, el deshonor.
¿Te acuerdas, Yiyo Geraldo, de aquella épica batalla, bajo los palmares de El Bucanero, entre dos hermosos pesos completos paceños, dos caballeros, El Jaibo Carlón y El Loco Lizardi, la noche de año nuevo de 1961? ¿Es cierto que los chingadazos se oían- y se siguen oyendo- hasta el Mogote?
“Eran los tiempos felices- acota el Chino Estrada ante la mirada acuosa del Cutino y del Salorio- en que el dinero valía menos que los guevos, el
carisma, el ludismo que convertían al puerto en un escenario impredecible. Yo también fui Rey. Una especie de majestad de la farándula porteña,
de los 13 hasta los 28 años. En mi carrito recorría a toda velocidad las calles sin sentido preciso de la pequeña pero burbujeante ciudad y las brechas de los alrededores..
“Fue en esos años en que por primera vez , a la altura del puente del Esterito, me metí con todo y carro por la banqueta del malecón a 100 por hora hasta salir a la altura de la Huerta del Cocol, sin que nadie saliera lastimado. El numerito, como tú y el Nayo Arellano lo atestiguaron, lo repetí en los años 70. Para Guiness ¿No? Recuerdo que pasaba rechinando llanta por el Colegio de La Paz y la Academia Salvatiera, y las muchachas, desatendiendo la clase y provocando la rabieta de las monjitas y de Conchita Casillas, salían a
asomarse a las ventanas al grito de ¡Ayy, el Chino!!!.

“Una de ellas me confesó hace poco que era tanto el furor que causaba mi paso que no faltó quien dibujara en el pizarrón un corazón flechado con dos nombres palpitando en el centro. Uno de ellos, claro, era el del
Rey”.
La burbuja nostálgica trastoca la luminosa Terraza del Perla en un cuadro impresionista. Los rostros se difuminan en la luz. Tiempo redimido, parpadeo del Creador que nos devuelve a las noches del Baile Blanco y Negro, al eco de las orquestas de Rafael Castro y los Hermanos González, las mascaradas de final carnestolendo donde el Jaime Carrillo forjó su fama de consumado maestro del travestismo artístico con sus representaciones de María Félix..
¡Ah, qué tiempos aquellos cuando el brillo del dinero palidecía ante el fulgor de la creatividad histriónica, el valor, el sentido del honor y del humor: el Gran Teatro del Puerto!.
Suspiran los nostálgicos mientras, en brutal contrapunto, ciertos metrosexuales del mundillo político van y vienen con su impostado dandysmo provincial, forrados de billetes públicos, por esta misma pista donde los bachilleres de la Morelos descubrimos la seductora magia del “dancing sixpackero” al ritmo de Los Marlins del Felipe Hale(requinto) y el Morro Vázquez(cantante), y sus puntuales versiones de los grandes éxitos de los sesentas y setentas como “Una pálida sombra”o “Honky Tonk Woman”..
Cafetera y pícara sonrisa por delante, vuelve el Hugo , pero el famoso cheff paceño, inventor del Filete Imperial de Camarón, Santos Salorio, le gana la tirada:
-Y a todo esto, pinchi Hugo: ¿Quién era el tal Chiquilín?
-¿?!!

CASA DE CITAS.-“Quiero hacerte el amor, en nombre d e todos los hombres que te han hecho el amor”. Carlos Fuentes.. xxxLA LECTURA CONTRA EL OSCURANTISMO*


ALAIN, unode los sobrinos del sobrino más consentido de nuestro recordado Loco, luego de su más reciente triunfo en Ensenada, donde fue apoyado por tios y primos de cuerpo y espíritu presente en el gimnasio de la Bella Cenicienta.
Aquí ALAIN les dice:"Misión cumplida...", mirando desafiante a la cámara de su tío Jesús.

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