EN LA NOTA ANTERIOR(ESTA CARTA SÍ SE VE...) NOS REFERIAMOS A UN REPORTAJE DE LA REVISTA PROCESO, APARECIDO EN ABRIL DEL 2007, EN EL QUE SE DOCUMENTABA EL SAQUEO QUE LA FAMILIA EN EL PODER EN SUDCALIFORNIA(BCS) ESTABA HACIENDO DEL PATRIMONIO COLECTIVO, PARTICULARMENTE CON EL DESPOJO DE TIERRAS CON PLAYA, A CAMPESINOS Y EJIDATARIOS INDEFENSOS, SIN VOZ...A CONTINUACIÓN, REPRODUCIMOS EL REPORTAJE REFERIDO., QUE NO PUDO SER LEIDO EN BCS PUES EL GOBIERNO ESTATAL MANDO CONFISCAR LA EDICIÓN COMO LO HIZO CON UN NUMERO RECIENTE DEL DIARIO REFORMA, DONDE SE PUBLICABA LA LISTA DE LAS PLACAS DE TAXIS OTORGADAS, ADIVINÓ USTED, SUSPICAZ LECTOR, A LO MIEMBROS DE LA FAMLIA HIPERREAL Y CIRCULO CERCANO.
Domingo, 20 de abril de 2008
Una maniobra legislativa del salinismo ocasionó que, enviolación del Artículo 27 Constitucional, 2 mil 200 kilómetros delitorales de la Península de Baja California hayan sido 'privatizadas'.Aunque entre los 'dueños' de las playas y del mar figuran magnatesmexicanos, el actual gobernador 'ejidatario' de Baja California Sur yuna empresa gallega 'accionista de Repsol', el 90% de las firmasconstructoras de desarrollos inmobiliarios y turísticos sonestadounidenses. Ellas no sólo están alterando gravemente lacomposición poblacional y la estructura urbana de la región –cinturonesde miseria de inmigrantes que utilizan como albañiles o comoservidumbre–, sino que reemplazan la toponimia tradicional por denominaciones en inglés...
Domingo, 20 de abril de 2008
Una maniobra legislativa del salinismo ocasionó que, enviolación del Artículo 27 Constitucional, 2 mil 200 kilómetros delitorales de la Península de Baja California hayan sido 'privatizadas'.Aunque entre los 'dueños' de las playas y del mar figuran magnatesmexicanos, el actual gobernador 'ejidatario' de Baja California Sur yuna empresa gallega 'accionista de Repsol', el 90% de las firmasconstructoras de desarrollos inmobiliarios y turísticos sonestadounidenses. Ellas no sólo están alterando gravemente lacomposición poblacional y la estructura urbana de la región –cinturonesde miseria de inmigrantes que utilizan como albañiles o comoservidumbre–, sino que reemplazan la toponimia tradicional por denominaciones en inglés...
REPORTAJE
DonJosé Zárate se limpia el sudor del cuello con un paliacate rojo, da untrago a su cerveza Pacífico y se recarga en su abollada camioneta,estacionada en la calle que cruza la polvosa comunidad costera de SanJuan de Los Planes. Ya con la garganta fresca, comenta el viejopescador:
'Poco a poco, los gringos se están adueñando de nuestrasplayas. Ponen sus guardias privados y sus cercas de alambre parabloquearnos el paso. Hasta con satélite vigilan que nadie entre a suscostas. Nos están quitando el mar'.
Apunta hacia la ardiente carretera que sale de Los Planes,corre entre los cactus arenosos y desemboca en el fulgor azul del Marde Cortés.
'Mire, ahí queda Ensenada de Muertos, una bahía muy bonitaadonde antes íbamos a bañarnos con la familia. También están las playasde Punta Arena. Ahora ya no podemos pasar porque los gringos estánconstruyendo centros turísticos a todo lujo, sólo para ellos. Hasta lesponen nombres en inglés'.
- ¿Y dónde pescan ustedes?
- Donde se pueda. Pero estamos dejando de vivir de la pesca.Ahora la gente se emplea en la construcción y en los servicios que portodos lados están creando los gabachos. Ellos ponen el dinero, ynosotros las playas y la mano de obra.
Bay of Dreams es el nombre que los desarrolladores le pusieronahora a Ensenada de Muertos. Este complejo turístico de superlujo -aunos 50 kilómetros al sur de la ciudad de La Paz, que contará conmarina y campo de golf- se promociona sobre todo en Estados Unidos.
De la carretera se desprenden los caminos de acceso a lasplayas, bloqueados muchos de ellos por alambradas de púas, plumasmetálicas y guardias de seguridad uniformados. Hay letreros queadvierten en español: 'Vigilancia satelital y video. Propiedad privada'.
En la cima de un monte opera el hotel Punta Arena, y abajo, ala orilla de la bahía, los huéspedes extranjeros, amantes de la pescadeportiva, toman plácidamente la sombra bajo una enorme palapa con bary restaurante que anuncia en su entrada: The giggling marling beachclub at the bay of dreams. Los yates se mecen en las aguas. En sustoldos, los pelícanos dormitan bajo el sol.
A lo lejos se distinguen los peones, trascabos y camiones devolteo que participan en la construcción de las modernas villas de Bayof Dreams, que ya se venden en cientos de miles de dólares, y sepublicitan en internet o en folletos con profusión de imágenesparadisiacas.
- ¡Váyanse! Por aquí no se puede pasar. ¡Esto es propiedadprivada!, grita el vigilante de una pluma metálica que impide el paso,forrada con largos y filosos picos.
El guardia se comunica por radio a alguna parte. De inmediatose dejan venir varias personas montadas en cuatrimotos. Rondan haciendocírculos de polvo, observan con prismáticos, intimidan.
Estas escenas se repiten en varios puntos de toda la zonacostera de la Península de Baja California. Por el Océano Pacífico, deEnsenada a la región de Los Cabos; y por el Mar de Cortés, de SanFelipe a Los Cabos nuevamente. En total, son 2 mil 200 kilómetros delitorales los que paulatinamente han ido quedando en manos de compañíasinmobiliarias estadounidenses.
Las concesiones
María Luisa Cabral Bowling, investigadora de la UniversidadAutónoma de Baja California Sur y especialista en el tema, advierte conpreocupación:
'Son estadounidenses más del 90% de las empresas inmobiliariasque se están quedando con las costas de la península. Hay una que otracanadiense, mexicana o española.
'Estas empresas compran a precios muy bajos los terrenos.Luego los fraccionan y, a precios exorbitantes, venden lotes a lospropios particulares estadounidenses, pues son los únicos que puedenpagarlos y fincar lujosas residencias aisladas a orillas del mar, ovivir en los llamados resorts o clubes de playa'.
Indica que en las costas de la parte norte de la península deBaja California -'llamadas en Estados Unidos San Diego South'- losestadounidenses construyen residencias para pasar los fines de semana,pues debido a la cercanía con la frontera pueden regresar entre semanaa sus lugares de origen. En cambio, en Baja California Sur, suelenresidir personas jubiladas por etapas prolongadas, o quedarse de planoa vivir. Es el caso de Todos Santos, un pueblo de inmigrantes deEstados Unidos.
Agrega la investigadora:
'Hay una verdadera avalancha de estadounidenses que ya vivenen la región, sin que nuestras autoridades migratorias tengan ningúncontrol, puesto que los extranjeros no necesitan papeles de residenciapara comprar propiedades y quedarse a vivir. Es más, a veces nisiquiera se les pide permisos de turista. Entran y salen libremente'.
- Pero, legalmente, los extranjeros no pueden adquirir terrenos costeros...
- Sí, sí. Lo marca el Artículo 27 Constitucional. Porcuestiones de soberanía, estipula que los extranjeros no pueden comprarterrenos a 50 kilómetros de la costa y a 100 kilómetros de la frontera.La experiencia de nuestra guerra con Estados Unidos, en 1848, cuandoperdimos más de la mitad de nuestro territorio, fue clave para poneresta prohibición.
- ¿Qué mecanismos utilizan para poder comprar?
- Principalmente se valen de la concesión. Es el recurso máscomún a raíz de la Ley de Inversión Extranjera, de 1989, que permitiódomiciliarse en el país a empresas con 100% de capital extranjero. Así,las firmas estadounidenses, como personas morales, obtienen concesionesde playa por 30 años, que luego pueden renovar cuantas veces quieran.Hemos comprobado que el 75% de ellas no tienen su domicilio aquí. Sonrealmente empresas fantasma que se apropian de vastos terrenos ejidales.
'Por desgracia, la pobreza en muchos ejidos provoca que, porunos cuantos pesos, entreguen sus tierras a estas compañías, que luegoespeculan y hacen grandes negocios con los terrenos. Las apoya toda unared de notarios públicos, corredores de bienes raíces y políticoslocales que se enriquecen con el boom inmobiliario.
'Mire, el anterior y el actual gobierno de Baja California Surhan sido de izquierda, encabezados por gobernadores del PRD, dizque muynacionalistas. Pero entregaron y siguen entregando nuestro territorio alos estadounidenses. Propician la especulación de una manera brutal'.
El caso más ilustrativo, dice, es el del anterior gobernador,Leonel Cota Montaño, dirigente nacional del PRD, quien, entre otrascosas, 'vendió' la pequeña península de El Mogote, situada frente a laciudad de La Paz, a sólo 17 pesos el metro cuadrado. A los compradoresles encantó el precio prácticamente de regalo, pero les parecióespantoso el nombre de esa península, por lo que ya la bautizaron comoParadaise of the sea.
Continúa Maria Luisa Cabral: 'Paradaise of the sea resultó serun negocio redondo. Es una ciudad autónoma que se está construyendofrente a La Paz, obviamente para puro gringo. Pueden verse, en obranegra, sus altos edificios de departamentos, muchos de ellos yavendidos en 670 mil dólares cada uno, por la compañía hipotecariaestadounidense Colateral International'.
- ¿No se está reflejando aquí la actual crisis hipotecaria de Estados Unidos?
- Lo que aquí vemos es pura bonanza inmobiliaria. Tengo unahipótesis: Con la acelerada privatización de las playas de la penínsulade Baja California, que tienen una altísima plusvalía, se estácontrarrestando un poco la crisis inmobiliaria de Estados Unidos.
Señala que la zona de Los Cabos -el corredorturístico que conecta a Cabo San Lucas con San José del Cabo- seurbaniza a pasos agigantados: aumentan los hoteles de superlujo, losconjuntos residenciales para extranjeros, los vuelos internacionales,los exclusivos clubes de playa… pero también los cinturones de miseriaa los que arriban los peones de la construcción, jardineros, meseros ydemás mozos que son atraídos por la bonanza.
'En el municipio de Los Cabos, en sólo tres meses surgencolonias de miles de habitantes que viven hacinados y sin serviciosbásicos; llegan principalmente de Guerrero, Chiapas y Veracruz. Suexplosión demográfica es apabullante, de 300% anual, muy superior alque tiene la zona turística de Cancún. Pero Los Cabos es un municipiopobre, pues las ganancias son para las empresas', dice lainvestigadora.
Gobernador ejidatario
Tulio Ortiz, director de la revista local La Tijereta, indicaque son alrededor de 60 empresas estadounidenses las que controlan elmercado inmobiliario en la península, entre las cuales destacan: LindaNeil Properties, Cabo Realty, Land's and Realty, Grimes Properties,Baja Peninsula Real Estate, Rionda & Knapp, Costa Realty, entreotras.
Agrega que algunos empresarios mexicanos, como Miguel AlemánMagnani, la familia Arango, Eduardo Sánchez Navarro -hijo de JuanSánchez Navarro- y el empresario de la región Luis Cano Hernández,también están invirtiendo en el ramo, pero muy lejos de poder competircon los estadounidenses, al grado de que en ocasiones prefieren tenernexos -poco claros, por cierto- con estos últimos.
Alemán Magnani no ha podido construir un desarrolloinmobiliario en Playa Balandra -que contará con campo de golf, hotel ycondominios- debido a que es un área natural protegida. Hay un litigiode por medio.
Sánchez Navarro ya tiene su proyecto Puerto Paraíso, unexclusivo club de playa en San José del Cabo. Mientras que la familiaArango, con Manuel Arango a la cabeza, maneja el proyecto Costa Baja,en la zona de La Paz. Y Cano Hernández -se dice que asociado conestadounidenses- es quien da la cara en el megaproyecto Paradaise ofthe sea, igualmente impugnado por los daños ecológicos que provocará.
Añade Tulio Ortiz: 'Los inversionistas españoles acaban deaparecer, a través de la empresa gallega Grupo Fadesa, accionista deRepsol, que planea invertir 4 mil millones de euros en un proyectoinmobiliario que construirá en terrenos del ejido San Bruno, al nortede Loreto'.
- ¿Existen cifras sobre la apropiación de tierras ejidales?
- Bueno, aquí en Baja California Sur hay 100 ejidos, de loscuales 90 están en el Programa de Certificación de Derechos Ejidales(Procede), y su flujo de venta a particulares está por encima de lamedia nacional, según datos oficiales. Es muy común que, para encubriractos de compraventa, inversionistas y políticos aparezcan comoejidatarios.
Relata el caso del ejido La Purísima, situado al sur de SantaRosalía y cuyas miles de hectáreas abarcan playas magníficas en ambascostas, que despiertan la codicia de los voraces desarrolladores.Narciso Agúndez Montaño, actual gobernador perredista, resultó serejidatario de La Purísima. Lo mismo su secretario de Turismo, AlbertoTreviño, y una hermana de éste, Alejandra. También el inversionistaLuis Cano Hernández y Cristina Rodríguez, nieta del ex presidenteAbelardo L. Rodríguez, quien era oriundo de Sonora. Hasta personas conapellidos extranjeros aparecían como ejidatarios, entre ellos DillonSnel, Alberto Esses Dayan y Tracy Parr, este último hijo de uno de losprimeros especuladores de la zona, William Parr.
Comunidades enteras de pescadores padecen igualmente estosembates político-empresariales. Filiberto Beltrán, representante de laCooperativa Pesquera Puerto San Carlos, en Bahía Magdalena, cuenta sucaso:
'Al gobernador Agúndez de pronto le dio por venir a visitarnoscon frecuencia. Llegaba en helicóptero, acompañado por el empresarioLuis Cano. Juntos iban a recorrer la isla San Lázaro, frente a labahía. Nos parecía muy raro. Pero nos sentíamos orgullosos por elinterés del gobernador en nuestras costas. Le regalábamos langosta ycamarón para corresponder a sus visitas.
'Para nuestra sorpresa, en marzo pasado, el gobernador anuncióen su último informe que hará un multimillonario desarrollo turísticoen la isla San Lázaro, a la que convertirá, dijo, en 'la isla Cozumelde Baja California'. Por su lado, las autoridades agrarias leextendieron a Luis Cano el permiso para la posesión y usufructo de SanLázaro, cuya extensión es de 2 mil 500 hectáreas'.
- ¿Pero la posesión de la isla la tienen ustedes?
- Sí señor, durante cien años ese territorio nacional haestado en posesión pacífica de nosotros los pescadores. Ahora nos loquieren arrebatar a la mala. Detrás de ese señor Cano siempre se hanmovido intereses muy oscuros. Quizá el gobernador sacará su buenatajada del proyecto, que a fin de cuentas planean dejarlo en manos delos gringos. Nosotros nos estamos defendiendo ante la Secretaría de laReforma Agraria.
El boom inmobiliario se advierte en todas partes. En lasprincipales ciudades de la península abundan las oficinas de bienesraíces, con aparadores que exhiben fotografías de lujosas residencias yextensos terrenos costeros que se venden por acres. For sale, For sale,se lee aquí y allá. Proliferan las publicaciones y los catálogos deventa especializados; Los Cabos for sale, The real estate book, Bajareal estate guide, Baja life…
Para José Luis Vázquez Ceja, exdirector del Museo de lasMisiones, en Loreto, la colonización estadounidense no sólo se da en elplano económico y territorial, sino también en el cultural; al extremo,dice, que la misma toponimia de la península empieza a cambiaraceleradamente:
'Muchísimos nombres originales de los lugares de la penínsulaestán siendo borrados del mapa, ¡muchísimos!, empezando por el nombremismo de Baja California Sur, al que ahora se sustituyó con lacontracción 'Baja', en un principio utilizada sólo por losestadounidenses, pero ahora se generalizó en toda la población.
'A la ciudad de Loreto ya se le empieza a llamar Loreto bay,porque es el nombre del imponente conjunto residencial para extranjerosque se está construyendo a pocos kilómetros de ahí. Bay of Dreamssustituyó al nombre original de Ensenada de Muertos, pues ahí losgaleones tiraban a las aguas a las víctimas de la peste. Y así nospodríamos ir.
'Los misioneros jesuitas que, a fines del siglo XVII,empezaron a evangelizar la península, fueron respetuosos con losnombres nativos. De ahí que a su primera misión la hayan bautizadoMisión de Nuestra Señora de Loreto Conchó. En suma, la toponimiarefleja nuestra memoria histórica.'
Construida con gruesos muros de roca, esa misión –punta de lacristiandad en las Californias– se yergue en pleno centro de Loreto.Sus recintos exhiben antiguas joyas de arte sacro. Testimonios delpasado. A un lado, con la misma arquitectura colonial, los empresariosextranjeros tienen una construcción también de corredores con arcadas,pero ahí son oficinas donde venden un paraíso futuro con campos degolf. Loreto bay, reza la leyenda de la entrada. Por fuera, ambasconstrucciones semejan una sola fortaleza amurallada.
(Rodrigo Vera/APRO) Publicado en la revista Proceso el domingo 20 de abril de 2008.
'Poco a poco, los gringos se están adueñando de nuestrasplayas. Ponen sus guardias privados y sus cercas de alambre parabloquearnos el paso. Hasta con satélite vigilan que nadie entre a suscostas. Nos están quitando el mar'.
Apunta hacia la ardiente carretera que sale de Los Planes,corre entre los cactus arenosos y desemboca en el fulgor azul del Marde Cortés.
'Mire, ahí queda Ensenada de Muertos, una bahía muy bonitaadonde antes íbamos a bañarnos con la familia. También están las playasde Punta Arena. Ahora ya no podemos pasar porque los gringos estánconstruyendo centros turísticos a todo lujo, sólo para ellos. Hasta lesponen nombres en inglés'.
- ¿Y dónde pescan ustedes?
- Donde se pueda. Pero estamos dejando de vivir de la pesca.Ahora la gente se emplea en la construcción y en los servicios que portodos lados están creando los gabachos. Ellos ponen el dinero, ynosotros las playas y la mano de obra.
Bay of Dreams es el nombre que los desarrolladores le pusieronahora a Ensenada de Muertos. Este complejo turístico de superlujo -aunos 50 kilómetros al sur de la ciudad de La Paz, que contará conmarina y campo de golf- se promociona sobre todo en Estados Unidos.
De la carretera se desprenden los caminos de acceso a lasplayas, bloqueados muchos de ellos por alambradas de púas, plumasmetálicas y guardias de seguridad uniformados. Hay letreros queadvierten en español: 'Vigilancia satelital y video. Propiedad privada'.
En la cima de un monte opera el hotel Punta Arena, y abajo, ala orilla de la bahía, los huéspedes extranjeros, amantes de la pescadeportiva, toman plácidamente la sombra bajo una enorme palapa con bary restaurante que anuncia en su entrada: The giggling marling beachclub at the bay of dreams. Los yates se mecen en las aguas. En sustoldos, los pelícanos dormitan bajo el sol.
A lo lejos se distinguen los peones, trascabos y camiones devolteo que participan en la construcción de las modernas villas de Bayof Dreams, que ya se venden en cientos de miles de dólares, y sepublicitan en internet o en folletos con profusión de imágenesparadisiacas.
- ¡Váyanse! Por aquí no se puede pasar. ¡Esto es propiedadprivada!, grita el vigilante de una pluma metálica que impide el paso,forrada con largos y filosos picos.
El guardia se comunica por radio a alguna parte. De inmediatose dejan venir varias personas montadas en cuatrimotos. Rondan haciendocírculos de polvo, observan con prismáticos, intimidan.
Estas escenas se repiten en varios puntos de toda la zonacostera de la Península de Baja California. Por el Océano Pacífico, deEnsenada a la región de Los Cabos; y por el Mar de Cortés, de SanFelipe a Los Cabos nuevamente. En total, son 2 mil 200 kilómetros delitorales los que paulatinamente han ido quedando en manos de compañíasinmobiliarias estadounidenses.
Las concesiones
María Luisa Cabral Bowling, investigadora de la UniversidadAutónoma de Baja California Sur y especialista en el tema, advierte conpreocupación:
'Son estadounidenses más del 90% de las empresas inmobiliariasque se están quedando con las costas de la península. Hay una que otracanadiense, mexicana o española.
'Estas empresas compran a precios muy bajos los terrenos.Luego los fraccionan y, a precios exorbitantes, venden lotes a lospropios particulares estadounidenses, pues son los únicos que puedenpagarlos y fincar lujosas residencias aisladas a orillas del mar, ovivir en los llamados resorts o clubes de playa'.
Indica que en las costas de la parte norte de la península deBaja California -'llamadas en Estados Unidos San Diego South'- losestadounidenses construyen residencias para pasar los fines de semana,pues debido a la cercanía con la frontera pueden regresar entre semanaa sus lugares de origen. En cambio, en Baja California Sur, suelenresidir personas jubiladas por etapas prolongadas, o quedarse de planoa vivir. Es el caso de Todos Santos, un pueblo de inmigrantes deEstados Unidos.
Agrega la investigadora:
'Hay una verdadera avalancha de estadounidenses que ya vivenen la región, sin que nuestras autoridades migratorias tengan ningúncontrol, puesto que los extranjeros no necesitan papeles de residenciapara comprar propiedades y quedarse a vivir. Es más, a veces nisiquiera se les pide permisos de turista. Entran y salen libremente'.
- Pero, legalmente, los extranjeros no pueden adquirir terrenos costeros...
- Sí, sí. Lo marca el Artículo 27 Constitucional. Porcuestiones de soberanía, estipula que los extranjeros no pueden comprarterrenos a 50 kilómetros de la costa y a 100 kilómetros de la frontera.La experiencia de nuestra guerra con Estados Unidos, en 1848, cuandoperdimos más de la mitad de nuestro territorio, fue clave para poneresta prohibición.
- ¿Qué mecanismos utilizan para poder comprar?
- Principalmente se valen de la concesión. Es el recurso máscomún a raíz de la Ley de Inversión Extranjera, de 1989, que permitiódomiciliarse en el país a empresas con 100% de capital extranjero. Así,las firmas estadounidenses, como personas morales, obtienen concesionesde playa por 30 años, que luego pueden renovar cuantas veces quieran.Hemos comprobado que el 75% de ellas no tienen su domicilio aquí. Sonrealmente empresas fantasma que se apropian de vastos terrenos ejidales.
'Por desgracia, la pobreza en muchos ejidos provoca que, porunos cuantos pesos, entreguen sus tierras a estas compañías, que luegoespeculan y hacen grandes negocios con los terrenos. Las apoya toda unared de notarios públicos, corredores de bienes raíces y políticoslocales que se enriquecen con el boom inmobiliario.
'Mire, el anterior y el actual gobierno de Baja California Surhan sido de izquierda, encabezados por gobernadores del PRD, dizque muynacionalistas. Pero entregaron y siguen entregando nuestro territorio alos estadounidenses. Propician la especulación de una manera brutal'.
El caso más ilustrativo, dice, es el del anterior gobernador,Leonel Cota Montaño, dirigente nacional del PRD, quien, entre otrascosas, 'vendió' la pequeña península de El Mogote, situada frente a laciudad de La Paz, a sólo 17 pesos el metro cuadrado. A los compradoresles encantó el precio prácticamente de regalo, pero les parecióespantoso el nombre de esa península, por lo que ya la bautizaron comoParadaise of the sea.
Continúa Maria Luisa Cabral: 'Paradaise of the sea resultó serun negocio redondo. Es una ciudad autónoma que se está construyendofrente a La Paz, obviamente para puro gringo. Pueden verse, en obranegra, sus altos edificios de departamentos, muchos de ellos yavendidos en 670 mil dólares cada uno, por la compañía hipotecariaestadounidense Colateral International'.
- ¿No se está reflejando aquí la actual crisis hipotecaria de Estados Unidos?
- Lo que aquí vemos es pura bonanza inmobiliaria. Tengo unahipótesis: Con la acelerada privatización de las playas de la penínsulade Baja California, que tienen una altísima plusvalía, se estácontrarrestando un poco la crisis inmobiliaria de Estados Unidos.
Señala que la zona de Los Cabos -el corredorturístico que conecta a Cabo San Lucas con San José del Cabo- seurbaniza a pasos agigantados: aumentan los hoteles de superlujo, losconjuntos residenciales para extranjeros, los vuelos internacionales,los exclusivos clubes de playa… pero también los cinturones de miseriaa los que arriban los peones de la construcción, jardineros, meseros ydemás mozos que son atraídos por la bonanza.
'En el municipio de Los Cabos, en sólo tres meses surgencolonias de miles de habitantes que viven hacinados y sin serviciosbásicos; llegan principalmente de Guerrero, Chiapas y Veracruz. Suexplosión demográfica es apabullante, de 300% anual, muy superior alque tiene la zona turística de Cancún. Pero Los Cabos es un municipiopobre, pues las ganancias son para las empresas', dice lainvestigadora.
Gobernador ejidatario
Tulio Ortiz, director de la revista local La Tijereta, indicaque son alrededor de 60 empresas estadounidenses las que controlan elmercado inmobiliario en la península, entre las cuales destacan: LindaNeil Properties, Cabo Realty, Land's and Realty, Grimes Properties,Baja Peninsula Real Estate, Rionda & Knapp, Costa Realty, entreotras.
Agrega que algunos empresarios mexicanos, como Miguel AlemánMagnani, la familia Arango, Eduardo Sánchez Navarro -hijo de JuanSánchez Navarro- y el empresario de la región Luis Cano Hernández,también están invirtiendo en el ramo, pero muy lejos de poder competircon los estadounidenses, al grado de que en ocasiones prefieren tenernexos -poco claros, por cierto- con estos últimos.
Alemán Magnani no ha podido construir un desarrolloinmobiliario en Playa Balandra -que contará con campo de golf, hotel ycondominios- debido a que es un área natural protegida. Hay un litigiode por medio.
Sánchez Navarro ya tiene su proyecto Puerto Paraíso, unexclusivo club de playa en San José del Cabo. Mientras que la familiaArango, con Manuel Arango a la cabeza, maneja el proyecto Costa Baja,en la zona de La Paz. Y Cano Hernández -se dice que asociado conestadounidenses- es quien da la cara en el megaproyecto Paradaise ofthe sea, igualmente impugnado por los daños ecológicos que provocará.
Añade Tulio Ortiz: 'Los inversionistas españoles acaban deaparecer, a través de la empresa gallega Grupo Fadesa, accionista deRepsol, que planea invertir 4 mil millones de euros en un proyectoinmobiliario que construirá en terrenos del ejido San Bruno, al nortede Loreto'.
- ¿Existen cifras sobre la apropiación de tierras ejidales?
- Bueno, aquí en Baja California Sur hay 100 ejidos, de loscuales 90 están en el Programa de Certificación de Derechos Ejidales(Procede), y su flujo de venta a particulares está por encima de lamedia nacional, según datos oficiales. Es muy común que, para encubriractos de compraventa, inversionistas y políticos aparezcan comoejidatarios.
Relata el caso del ejido La Purísima, situado al sur de SantaRosalía y cuyas miles de hectáreas abarcan playas magníficas en ambascostas, que despiertan la codicia de los voraces desarrolladores.Narciso Agúndez Montaño, actual gobernador perredista, resultó serejidatario de La Purísima. Lo mismo su secretario de Turismo, AlbertoTreviño, y una hermana de éste, Alejandra. También el inversionistaLuis Cano Hernández y Cristina Rodríguez, nieta del ex presidenteAbelardo L. Rodríguez, quien era oriundo de Sonora. Hasta personas conapellidos extranjeros aparecían como ejidatarios, entre ellos DillonSnel, Alberto Esses Dayan y Tracy Parr, este último hijo de uno de losprimeros especuladores de la zona, William Parr.
Comunidades enteras de pescadores padecen igualmente estosembates político-empresariales. Filiberto Beltrán, representante de laCooperativa Pesquera Puerto San Carlos, en Bahía Magdalena, cuenta sucaso:
'Al gobernador Agúndez de pronto le dio por venir a visitarnoscon frecuencia. Llegaba en helicóptero, acompañado por el empresarioLuis Cano. Juntos iban a recorrer la isla San Lázaro, frente a labahía. Nos parecía muy raro. Pero nos sentíamos orgullosos por elinterés del gobernador en nuestras costas. Le regalábamos langosta ycamarón para corresponder a sus visitas.
'Para nuestra sorpresa, en marzo pasado, el gobernador anuncióen su último informe que hará un multimillonario desarrollo turísticoen la isla San Lázaro, a la que convertirá, dijo, en 'la isla Cozumelde Baja California'. Por su lado, las autoridades agrarias leextendieron a Luis Cano el permiso para la posesión y usufructo de SanLázaro, cuya extensión es de 2 mil 500 hectáreas'.
- ¿Pero la posesión de la isla la tienen ustedes?
- Sí señor, durante cien años ese territorio nacional haestado en posesión pacífica de nosotros los pescadores. Ahora nos loquieren arrebatar a la mala. Detrás de ese señor Cano siempre se hanmovido intereses muy oscuros. Quizá el gobernador sacará su buenatajada del proyecto, que a fin de cuentas planean dejarlo en manos delos gringos. Nosotros nos estamos defendiendo ante la Secretaría de laReforma Agraria.
El boom inmobiliario se advierte en todas partes. En lasprincipales ciudades de la península abundan las oficinas de bienesraíces, con aparadores que exhiben fotografías de lujosas residencias yextensos terrenos costeros que se venden por acres. For sale, For sale,se lee aquí y allá. Proliferan las publicaciones y los catálogos deventa especializados; Los Cabos for sale, The real estate book, Bajareal estate guide, Baja life…
Para José Luis Vázquez Ceja, exdirector del Museo de lasMisiones, en Loreto, la colonización estadounidense no sólo se da en elplano económico y territorial, sino también en el cultural; al extremo,dice, que la misma toponimia de la península empieza a cambiaraceleradamente:
'Muchísimos nombres originales de los lugares de la penínsulaestán siendo borrados del mapa, ¡muchísimos!, empezando por el nombremismo de Baja California Sur, al que ahora se sustituyó con lacontracción 'Baja', en un principio utilizada sólo por losestadounidenses, pero ahora se generalizó en toda la población.
'A la ciudad de Loreto ya se le empieza a llamar Loreto bay,porque es el nombre del imponente conjunto residencial para extranjerosque se está construyendo a pocos kilómetros de ahí. Bay of Dreamssustituyó al nombre original de Ensenada de Muertos, pues ahí losgaleones tiraban a las aguas a las víctimas de la peste. Y así nospodríamos ir.
'Los misioneros jesuitas que, a fines del siglo XVII,empezaron a evangelizar la península, fueron respetuosos con losnombres nativos. De ahí que a su primera misión la hayan bautizadoMisión de Nuestra Señora de Loreto Conchó. En suma, la toponimiarefleja nuestra memoria histórica.'
Construida con gruesos muros de roca, esa misión –punta de lacristiandad en las Californias– se yergue en pleno centro de Loreto.Sus recintos exhiben antiguas joyas de arte sacro. Testimonios delpasado. A un lado, con la misma arquitectura colonial, los empresariosextranjeros tienen una construcción también de corredores con arcadas,pero ahí son oficinas donde venden un paraíso futuro con campos degolf. Loreto bay, reza la leyenda de la entrada. Por fuera, ambasconstrucciones semejan una sola fortaleza amurallada.
(Rodrigo Vera/APRO) Publicado en la revista Proceso el domingo 20 de abril de 2008.
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