jueves, 12 de febrero de 2009

POSTALES DE OAXACALIFORNIA...


La primera vez que fui a San Quintín en calidad de periodista, fue en noviembre de 1991, en compañía del director del Diario 29, Virgilio Muñoz, y de su articulista estelar, Jesús López Gastélum, autor de la columna Punto y Raya.

Nos recibió la corresponsal del diario, que ya tenía concertada una cita con los empresarios agrícolas más prominentes del valle, los García, los Canelo…nombres asociados a los “ranchos” la Campana , Los Pinos…

La señora era propietaria del motelito “más moderno” del pueblo, líder priista, concesionaria de la Conasupo, y vendedora de carbón a las comunidades indígenas, mizteco-zapotecos y triquis, principalmente, que integraban la fuerza de trabajo de los campos agrícolas. Durante el trayecto a las oficinas de los agroindustriales, nos habló maravillas de ellos, que nos dieron cuenta de su “esfuerzo” por crear fuentes de empleo en zonas tan distantes, y nos mostraron pruebas contundentes de su “compromiso social”: las hileras de casas prefabricadas donde vivían los empleados administrativos con TODAS las de la LEY.


-¿Y los trabajadores indígenas, dónde viven?, preguntó el imprudente de López Gastélum, ante la mirada devoradora de la corresponsal y del director, y el disimulo de los agroindustriales.

-Ellos viven en sus “comunidades” cerca de los campos agrícolas donde trabajan-, respondió oficiosamente la corresponsal de D29.

De regreso a Tijuana, redacté la nota informativa pero me negué a firmarla. Y le pedí a Virgilio que me enviara a explorar todos los aspectos de la realidad social de San Quintín, de la cual solamente habíamos visto y registrado el lado amable.
Argumenté que un reportaje de ese calibre, le daría un impulso muy importante al joven diario.

El director, licenciado en derecho, político priista de altos vuelos(muy amigo del Tony Manríquez), pero neófito en el terreno periodístico, aceptó el reto y preparamos el viaje de retache. Iría solo, armado con una discreta camarita, y no se le avisaría a la corresponsal de mi llegada, no la consultaríamos para nada. Iríamos directamente al encuentro de las comunidades indígenas, a darle la VOZ ,que se les había negado desde la fundación del Valle de Oaxacalifornia…

Sabíamos el “secreto a voces” de las condiciones infrahumanas en que vivían los peones agrícolas en las “cuarterías” aledañas a los campos de siembra, de la brutal explotación de mujeres y niños, a solamente 200 kilómetros de la frontera con el estado más rico del país más opulento del orbe. Ante tal injusticia, el gobierno de Oaxaca había establecido un convenio con el de BC, que contemplaba la creación de la figura de un “procurador” indígena en San Quintín, con funciones tutelares para con sus paisanos y hermanos de raza, pues el flamante primer representante era mixteco con estudios jurídicos: Gabriel Soria..


El recién llegado licenciado Soria, atendió al reportero de D29 en su modesta oficina y empezó a describir la terrible situación de sus paisanos, la que luego corroboraríamos al ingresar a las cuarterías, empezando por la del campamento “Pancho Villa”, luego de burlar a los GUARDIAS BLANCAS que nos habían amenazado en el primer intento.

El espectáculo era apocalíptico: hombres mujeres y niños, hacinados en cuartuchos de cartón, sin los más elementales servicios. Eran de 10 a 15 personas compartiendo un deplorable galerón de 6 por 6, calentándose con estufas de carbón que les vendía la usurera señora Chávez, también administradora de la Tienda de Raya, con las siglas de la Conasupo, que absorbía el sueldo simbólico de las jornadas de sol a sol, incluyendo el de los niños y niñas.

El hedor excrementicio que llegaba de los alrededores era insoportable, sobre todo al lado del fogón donde una anciana le daba vueltas al caldo de fideos que sería la comida del día, el plato fuerte de hoy, de mañana y de pasado mañana…Dios mediante..

¿Cómo llegaban hasta aquí desde Oaxaca estos mexicanos monologues o de precario español? Por medio de enganchadores que, aprovechando la hambruna, los trasladaban en camiones de redilas y, cuando bien les iba, en autobuses, a los campos agrícolas de Sinaloa, a la pizca del tomate, y de allí a Baja California.

Una buena parte de estos trabajadores migrantes indígenas, eran INDOCUMENTADOS en su PROPIA PATRIA, no contaban con acta de nacimiento, por lo que LEGALMENTE no existían. Muchos morían alcoholizados en accidentes carreteros y como ya no tenían vínculos familiares ni EXISTENCIA CIVIL, eran arrojados a la fosa común.

Otra aberración era la distorsión de las tradiciones indígenas transpoladas al medio peninsular. Los mixtecos, por ejemplo, tienen la costumbre de que cuando una hija se casa, la familia del novio adquiere la obligación de organizar una fiesta a los familiares de la novia.

Pero como en San Quintín, la FAMILIA indígena migrante estaba fragmentada o no existía como tal, los términos de la compensación, la FIESTA, a la que estaba obligado el novio, se trastocó en PAGOS EN EFECTIVO al padre, la madre, la hermana o el tutor, a cargo de vivales procedentes de las urbes fronterizas, sobre todo Tijuana y Mexicali.

Por una muchachita de 10 a 12 años, el precio eran unos 5 mil pesos (al tipo de cambio actual), entre más jovencitas mejor cotizadas, que iban a parar a prostíbulos fronterizos, a las cadenas del narcomenudeo, y en el mejor de los casos, a la servidumbre de las familias adineradas de uno y otro lado de la frontera: el tráfico de blancas, el lenocidio y la explotación de menores en todo su esplendor.

Ningún gobernador bajacaliforniano había entrado a las “cuarterías”. Priistas, panistas y todos los presidentes municipales de Ensenada, de variopinta procedencia partidista, se habían hecho de la de la vista gorda ante este cuadro de explotación del hombre por el hombre, fragmento congelado del Siglo XVI y sus encomiendas virreinales.

Eso SÏ, los protagonistas coyunturales del tinglado político, sobre todo los demagogos priistas como Amador Rodríguez Lozano, los Castro Trenti, los Martínez Veloz(Ëse mi JIMI), etcétera, no dejaban pasar la oportunidad de, envueltos en la “bandera nacional”, poner el grito en el cielo para “defender” a nuestros “hermanos” que eran explotados en los campos californianos del Valle de San Fernando y del norte del Condado de San Diego, donde en realidad , como lo confirmé años más tarde mediante otro reportaje para el San Diego Hoy, siempre han recibido un trato mucho más humano que en San Quintín, empezando por un salario infinitamente superior.

El reportaje se publicó en varias entregas en la primera plana de D29, y causó un gran impactó que le valió a Virgilio el puntual reconocimiento de su asesor oficioso de lujo: JeZúZ Blancornelas…Pero poco nos duró el gusto del acierto periodístico. Una semana después, la madre de nuestro director, FUE ASESINADA en su residencia de la colonia Cacho, una de las más representativas de la tijuanidad clasemediera, nativa y con arraigo.

El supuesto móvil del crimen fue oficialmente, el ROBO, pero entre nosotros permaneció la duda, sobre todo cuando empezaron las amenazas e intimidaciones.
El consejo editorial tomó la decisión de suspender esa clase de reportajes, sin dejar de hacer el cotidiano recuento de los ejecutados y demás víctimas de la espiral de violencia que empezaba a envolver a mi “coqueta” Tijuana.

Eran los tiempos en que un joven treintañero, Ramón Arellano Félix, disfrutaba a sus anchas del ambiente de las discos del Bulevar de los Héroes, los bares de la Revo y Plaza Amigo, y el Mayel agasajaba a los chicos de la prensa que se daba cita en la Tiendita del Hoyo, a unas cuadras de los juzgados y separos judiciales.

Era los tempos en que la narcoviolencia no tenía muchos daños colaterales, mientras que en las ciudades fronterizas brotaban centro comerciales, casas de cambio, franquicias de todo tipo, como hongos en la Huautla de María Sabina, y el mercado inmobiliario repuntaba espectacularmente en el litoral entre Rosarito- Ensenada .

Era el preludio del infierno…

LA FRONTERA RECORRIDA

Casi dos décadas después, la frontera se ha recorrido hasta la punta de la Península. El fenómeno que viví como ciudadano y periodista en la TJ de los 90, se repite aquí entre NOS, casi al pie de la letra. Y decimos casi, porque allá, los gobiernos de Ruffo y de Terán, tenían cierta credibilidad democrática y legitimidad política, en tremendo contraste con la desastrosa imagen del .CHICHONISMO, encarnado por un delincuente confeso que se jacta de su impunidad y su ignorancia.


Esa siniestra y patética figura que, en la farsa del evento anticrisis, no se animó a pronunciar el nombre del “país europeo” donde, acompañado de 10 “colaboradores”, acababa de estar arreglando negocios personales, los del mayor BROKER que al amparo del poder público hemos padecido los sudcalifornianos.

El mismo Primo Chicho que, “para ser más precisos”, tuvo que leer un infumable “discurso”, evidentemente signado por la vacuidad conceptual de Antonia Eréndira. Cualquiera otro hubiera absorbido de la efervescencia cultural, intelectual y política española, algunas ideas sobre la crisis global que ya nos empieza a sacudir azuzada por el “catastrofismo” de Slim, y no las hubiera trasmitido en un DISCURSO con un sustancioso MENSAJE POLITICO..

PERO Chicho NO ESTA PARA ESOS trotes, lo suyo es el TIMO, en todas sus PURISIMAS modalidades. Aunque algo de mal aguero su instinto animal parece percibir, como con toda claridad pudimos constatar revisando el VIDEO de su intervención de ese martes negro.
No tenía el aplomo cínico de otras ocasiones, titubeaba y su acento impostado se quebraba dejando al descubierto las tonalidades cuasi onomatopéyicas del rancho geográfico y mental. Casi a la misma hora, un joven piloto era ejecutado en el fraccionamiento Bellavista…al ESTILO TIJUANA.

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CASA DE CITAS.”YA ESTABA ARREGLADO”, Voces en los retenes policíacos de la salida al SUR.

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