Estimado Público,
en medio de los acontecimientos relacionados a la simulada “lucha ciudadana” del FOCUC por las riendas del CECUT, y de los repentinos enrroques administrativos del INBA, daré mi opinión.
A la ex-directora del CECUT, Tere Vicencio -independientemente de los colores ideológicos y las posturas partidistas- no se le acusa de escamoteo administrativo ni de ambivalencia política; a Leobardo Sarabia, ideólogo del FOCUC y visionario del “Festival de la Ciudad”, ya son coro las voces públicas que lo confirman.
El “Festival de la Ciudad” en sus dos versiones, ha demostrado desarraigo ciudadano y el FOCUC, un vacio de apoyo comunitario. La ambivalencia con la que se han manejado ambos proyectos, deja mucho que hablar y poco que apoyar de las estrategias y tácticas de Sarabia y sus incondicionales.
Tijuana sufre, no sólo el narcotráfico y la crisis financiera, sino la muerte del mito del -arte fronterizo- algo que en cultura y en el mercado del arte, significa la caida de un imaginario simbólico y del incio de un estigma cultural y económico, que los artistas compartimos con el resto de los tijuanenses.
He visto al CECUT, pasar de manos administrativas desde su inicio. Y arquitectónicamente ha mejorado -es un bello espacio- y espero que superada la transición, siga siendo más democrático, diverso, y vanguardista.
Si la decisión ha sido tomada respecto a la nueva dirección del CECUT, es justo dar tiempo para que la jugada demuestre sus verdaderos propósitos y alcances. Hacer grillas en base a posturas partidistas y de cajón, significaría minar la credibilidad y apoyo ciudadano al grado de alienar su participación.
Lo que es importante para el nuevo director del CECUT -Héctor Villanueva- es reconocer que la narcocultura ha sido devastadora para el arte fronterizo, y se debería enfocar recursos de emergencia, más allá del inmueble, en programas culturales y artísticos de producción y movilización alternativa.
Más inversión a la infraestructura sin inversión paralela a los programas -y estos sin la participación de la comunidad artística y cultural- sería confirmar lo que las voces críticas opinan, respecto a la visión administrativa del CECUT. Paradójicamente, es una oportunidad para demostrar un nuevo legado bajacaliforniano, en materia del desarrollo cultural regional y nacional.
Indudablemente, la ola calderonista que desmantela la supraestructura del país, se tendrá que enfrentar y es ahí donde veremos con toda claridad, la visión y postura de Tere Vicencio para el INBA, y de Héctor Villanuevo para el CECUT.
Respecto al FOCUC, ha quedado confirmado en tiempo real su agotamiento ciudadano; le ha llegado la semana santa... sin “domingo de resurrección”.
Gerardo Navarro, Nemónico.
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