Política cero
Jairo Calixto Albarrán
2009-06-08•Al Frente.MILENIO.
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Con solidaridad con las familias enlutadas en Hermosillo
En estos momentos de incertidumbre, de desasosiego, de ofuscación, sólo tengo una duda existencial: ¿Y dónde está, y dónde está, El Vasco Aguirre que nos iba a hacer ganar?
Tanto ensalzaron a Javier Aguirre dándole trato de mesías que, ahora en condiciones más tristes luego del cuscatlanazo, puede presumir que fue derrotado por un equipo salvadoreño que hace ver al Necaxa como una potencia futbolística. Desprovisto de imaginación, sentido de la táctica, sensibilidad panbolera, no se diga del glamour que caracterizaba al sueco, el director técnico puede tener una certeza: con ese equipo de descastados y pocos huevos, no va a ir a Sudáfrica.
Sin importar que el árbitro parecía haber sido educado en la misma escuelita del terror que la nueva banda TimbirIFE, la selección nacional se vio más ratonera que nunca. El nazareno, como de manera tan cursi les dicen los cronistas al del silbato, sin duda tiene todo para ser el hermano diabólico de Luis Carlos Ugalde, pero si el Tritánic hubiera jugado con autoridad, talento y sin miedo, no estaría chillando como los enemigos del Voto Nulo.
Al Vasco le ganó la arrogancia. Abrumado por los compromisos televisivos y publicitarios (sólo le falta anunciar condones usados), el señoritingo llegó a Centroamérica como Manlio Fabio Superstar a la vieja casona de Xicoténcatl. Tan se sintió el Don Beltrone del panbol que alineó al Conejo Pérez, un portero que nos hizo desear que bajo el larguero estuvieran Pablo Larios o El Cuate Calderón.
Desde aquella sospechosa derrota con los gringos en el Mundial Corea-Japón, confío más en el Niño Verde enarbolando la pena de muerte con el hacha desenvainada, que en Javiercito.
El único elemento que podría medio explicar tan sonado fracaso fue la visita de Jelipillo a la Selección, como cuando luego de apoyar al Pachuca, los Tuzos fueron planchados por los Pumas. La vergüenza pasada en El Salvador confirma que Calderón trae mal fario. La única forma de exorcizarse la sal sería echándose unos escandalitos estilo Berlusconi. Y si no funciona, al menos en medio de la crisis económica e institucional, tendremos algo con qué divertirnos.
Como quiera que sea, el único que podrá poner en su sitio a los jugadores que son peores que los de Volaris e Interjet tratando de hundir a Aviacsa con la venia de las autoridades aeronáuticas.
En la Femexfut es donde tendría que haber michoacanazo, sin avisar para que nos ahorren la pena de otro cuscatlanazo.
www.twitter.com/jairocalixtojairo.calixto@milenio.com
Jairo Calixto Albarrán
2009-06-08•Al Frente.MILENIO.
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Con solidaridad con las familias enlutadas en Hermosillo
En estos momentos de incertidumbre, de desasosiego, de ofuscación, sólo tengo una duda existencial: ¿Y dónde está, y dónde está, El Vasco Aguirre que nos iba a hacer ganar?
Tanto ensalzaron a Javier Aguirre dándole trato de mesías que, ahora en condiciones más tristes luego del cuscatlanazo, puede presumir que fue derrotado por un equipo salvadoreño que hace ver al Necaxa como una potencia futbolística. Desprovisto de imaginación, sentido de la táctica, sensibilidad panbolera, no se diga del glamour que caracterizaba al sueco, el director técnico puede tener una certeza: con ese equipo de descastados y pocos huevos, no va a ir a Sudáfrica.
Sin importar que el árbitro parecía haber sido educado en la misma escuelita del terror que la nueva banda TimbirIFE, la selección nacional se vio más ratonera que nunca. El nazareno, como de manera tan cursi les dicen los cronistas al del silbato, sin duda tiene todo para ser el hermano diabólico de Luis Carlos Ugalde, pero si el Tritánic hubiera jugado con autoridad, talento y sin miedo, no estaría chillando como los enemigos del Voto Nulo.
Al Vasco le ganó la arrogancia. Abrumado por los compromisos televisivos y publicitarios (sólo le falta anunciar condones usados), el señoritingo llegó a Centroamérica como Manlio Fabio Superstar a la vieja casona de Xicoténcatl. Tan se sintió el Don Beltrone del panbol que alineó al Conejo Pérez, un portero que nos hizo desear que bajo el larguero estuvieran Pablo Larios o El Cuate Calderón.
Desde aquella sospechosa derrota con los gringos en el Mundial Corea-Japón, confío más en el Niño Verde enarbolando la pena de muerte con el hacha desenvainada, que en Javiercito.
El único elemento que podría medio explicar tan sonado fracaso fue la visita de Jelipillo a la Selección, como cuando luego de apoyar al Pachuca, los Tuzos fueron planchados por los Pumas. La vergüenza pasada en El Salvador confirma que Calderón trae mal fario. La única forma de exorcizarse la sal sería echándose unos escandalitos estilo Berlusconi. Y si no funciona, al menos en medio de la crisis económica e institucional, tendremos algo con qué divertirnos.
Como quiera que sea, el único que podrá poner en su sitio a los jugadores que son peores que los de Volaris e Interjet tratando de hundir a Aviacsa con la venia de las autoridades aeronáuticas.
En la Femexfut es donde tendría que haber michoacanazo, sin avisar para que nos ahorren la pena de otro cuscatlanazo.
www.twitter.com/jairocalixtojairo.calixto@milenio.com
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