Joel Ortega
2009-06-06•Acentos.MILENIO DIARIO.
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Así dice (traducida) una estrofa de L’Estaca de Lluis Llach que era todo un himno de lucha contra el franquismo.
De eso se trata.
Si muchos tiramos fuerte contra la partidocracia, ésta ya no podrá durar mucho tiempo. Segur que tomba, tomba, seguro que cae, cae…
¿Por qué es necesario y cómo conseguirlo?
Durante décadas muchos movimientos sociales empujaron para hacer caer al sistema priista, sustentado en tres patas: presidencialismo, corporativismo y ausencia de elecciones.
Con inmensos sacrificios se consiguió herir de muerte al presidencialismo imperial y realizar elecciones creíbles. Incluso se consiguió echar al PRI de Los Pinos.
Ocurrió, sin embargo, un fenómeno insólito en los procesos transicionales: en lugar de implantarse la democracia, se instauró el monopolio de tres partidos y sus satélites.
Los ciudadanos, tanto como individuos o como grupos o clases sociales, quedaron excluidos de ese pluralismo a la mexicana.
Para evitar las trampas del viejo sistema priista, basado en el fraude y la ausencia de elecciones verdaderas; se construyó todo un andamiaje destinado a darles a las burocracias partidistas todo el control político, incluso rebasando lo meramente electoral; como se ha visto con la absurda reforma que impide la critica a los partidos, sus miembros y sus políticas bajo el “argumento” de impedir las “campañas sucias”.
Esa maquinaria estableció un inmenso subsidio estatal a los partidos; con el pretexto de evitar que metieran las manos los grandes grupos económicos y financieros o, peor aún, el dinero procedente del narcotráfico. Nada de esas perversiones se evitaron y lo que sí se impuso fue la dependencia total de los partidos a las prerrogativas oficiales, creando con ello una gran bolsa multimillonaria promotora de todo tipo de vicios y corrupción.
Se ha tejido una maraña imposible de romper, si se parte de todo el sistema de sofismas que soporta la lógica de la partidocracia.
Hay que romper el nudo de tajo:
Establecer un mecanismo de registro de partidos sencillo: los ciudadanos que deseen formar un partido presentan determinado número de afiliaciones y concurren a las elecciones, será el voto de los ciudadanos el que determine su existencia y representatividad. Nada del otro mundo, así funcionan en muchas partes, España, por ejemplo. Lo mismo deberá ocurrir con las candidaturas independientes.
Todos los subsidios deben suprimirse.
¿Sueños guajiros?
Así decían cuando optamos por la lucha electoral.
joeloj7168@yahoo.com.mx
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