POEMAS A EL
I
Ahí en tu tierra
de escalinatas de cantera
que trepé
junto a tu cuerpo flagelado
fui para ti
la mujer de la boina rosa
blusa rojo sangre
de sonrisa amplia
olor a mar y sol
y mirada ausente
que prometió no amar
a otro poeta
pero cómo
no amarte a ti…
II
En las lunas de octubre
todos perdimos algo
tú extraviaste el reloj
y el tiempo te pasa indiferente
el mío accidentado
en el baño del hotel
una noche antes
de mi partida
llegando a la zona de turbulencia
tomé otro reloj
por la costumbre
de que el tiempo me acose
en esta terrible frontera
recuerdo que no me tocaste
ni con el pétalo de una coma
a la orilla de un mar insospechado
al cabo de la península
permanezco como la indiferente
e infinita perlita
de tu profundo mar.
III
Al sur de la península
yacen mis huellas
en tu humilde reloj
cuando intentamos
arrebatarle una hora
a la vida
las demás
habitan el Toyota
que nos llevó
a un cielo estrellado
la mañana final
el dulce silencio
al filo del abismo.
IV
Balada del Tecolote
Recorremos la carretera
que nos lleva al Tecolote
escuchamos los acordes
de “Cuba canta a Serrat”
saboreo nuestras palabras
celebro que estés sobrio
lúcido y atento
a la hora de mi partida
te extraño en silencio
con la mirada volcada al mar
en el cuerpo la nostalgia
de tener que partir
del remanso de La Paz
a una ciudad absurda y violenta
en el avión brindo a tu salud
mientras las lágrimas
se pierden en mi boca.
V
Noche de luna
insomnio
y embrujo
muy próximo
te siento
derramar
amorosa
espuma de mar
dentro de mí.
VI
Cuando viajes
al norte
de tu península
no me pidas un beso
exígelo
con dulzura
lo he guardado
para ti
amor de puerto
amor de sal
amor de eclipse lunar.
I
Ahí en tu tierra
de escalinatas de cantera
que trepé
junto a tu cuerpo flagelado
fui para ti
la mujer de la boina rosa
blusa rojo sangre
de sonrisa amplia
olor a mar y sol
y mirada ausente
que prometió no amar
a otro poeta
pero cómo
no amarte a ti…
II
En las lunas de octubre
todos perdimos algo
tú extraviaste el reloj
y el tiempo te pasa indiferente
el mío accidentado
en el baño del hotel
una noche antes
de mi partida
llegando a la zona de turbulencia
tomé otro reloj
por la costumbre
de que el tiempo me acose
en esta terrible frontera
recuerdo que no me tocaste
ni con el pétalo de una coma
a la orilla de un mar insospechado
al cabo de la península
permanezco como la indiferente
e infinita perlita
de tu profundo mar.
III
Al sur de la península
yacen mis huellas
en tu humilde reloj
cuando intentamos
arrebatarle una hora
a la vida
las demás
habitan el Toyota
que nos llevó
a un cielo estrellado
la mañana final
el dulce silencio
al filo del abismo.
IV
Balada del Tecolote
Recorremos la carretera
que nos lleva al Tecolote
escuchamos los acordes
de “Cuba canta a Serrat”
saboreo nuestras palabras
celebro que estés sobrio
lúcido y atento
a la hora de mi partida
te extraño en silencio
con la mirada volcada al mar
en el cuerpo la nostalgia
de tener que partir
del remanso de La Paz
a una ciudad absurda y violenta
en el avión brindo a tu salud
mientras las lágrimas
se pierden en mi boca.
V
Noche de luna
insomnio
y embrujo
muy próximo
te siento
derramar
amorosa
espuma de mar
dentro de mí.
VI
Cuando viajes
al norte
de tu península
no me pidas un beso
exígelo
con dulzura
lo he guardado
para ti
amor de puerto
amor de sal
amor de eclipse lunar.
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