lunes, 25 de mayo de 2009

SIN DERECHO DE RÉPLICA...



La Calle
Luis González de Alba


2009-05-25•Acentos. MILENIO DIARIO.

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Carlos Ahumada, mexicano por voluntad propia y no por azar de dónde nos parieron nuestras madres a los mexicanos por fatalidad, debió estar a 13 mil kilómetros de México para poder decir lo que no se le permitió durante tres años en la cárcel.
Yo escribí Los días y los años, mi narración del 68 contraria a la versión imperante del gobierno, en la cárcel de Lecumberri, llamada El Palacio Negro; escribí en una máquina de escribir que no fue introducida de forma clandestina, sino llenando una solicitud a la dirección del penal, compré papel en la tienda y contradije punto por punto la historia oficial. El gobierno estaba en manos de los presidentes Díaz Ordaz y Luis Echeverría, los feroces genocidas. Mi libro fue publicado por una editorial mexicana, ERA, y salió a la venta a todas las librerías. Se tardó unos meses en convertirse en best seller porque no hice una historia de los buenos derrotados por los malos, pero la podía haber escrito así. Es decir: no entorpeció el gobierno represivo y cruel de la torva burguesía aliada con el imperialismo ni la escritura, ni la impresión, ni la distribución.
Cuando mi libro apareció, a fines de enero de 1971, yo aún estaba preso en Lecumberri, o sea en las garras de los genocidas… Ningún comando fue por mí en la madrugada, nadie me puso una madriza.
Estuvimos un tiempo similar los presos del 68 y Carlos Ahumada, él un poco más pero, para su desgracia, no lo hicieron preso Díaz Ordaz ni Luis Echeverría, sino López Obrador y Alejandro Encinas. Por eso no le permitieron dar la conferencia de prensa que ahora está en librerías con el título Derecho de réplica. El mismo Alejandro Encinas que todos los domingos entraba a visitar a su amigo Pablo Gómez sin pasar por más molestias que las comunes, no le permitió las comodidades que el gobierno represor nos permitió a nosotros: televisores, radios, máquinas de escribir, libros, guitarras, flautas, partituras. Enviábamos cartas a las asambleas y se leían en altavoces. Teníamos derecho de réplica.
El mismo Alejandro Encinas, que sacaba sin problema documentos escritos, a máquina, en la cárcel por los dirigentes del Partido Comunista —su partido entonces, ahora es el PRID— llevó a un empresario mexicano extorsionado por el gobierno del DF a coserse los labios en protesta por el silencio que se le impuso. No tienes madre, Alejandro, y te pudrirás en el Infierno oyendo los discursos ñoños del Loco López por toda la eternidad para tu tortura.
Nosotros pusimos al DF de cabeza, no ordenamos desde la dirección, pero admitíamos la quema de camiones y trolebuses como males necesarios para contener una arremetida de granaderos. Carlos Ahumada lo que hizo fue cubrir al PRD de millones de pesos para sus campañas, millones nunca declarados por el PRD, calcula que unos 400 millones de pesos.
El gran error de Ahumada fue que esos cientos de millones los dio a la tribu perredista de Rosario Robles, no a la del Loco López, LoLo para abreviar, que fue luego la tribu que le puso una patada a los Cárdenas y a Rosario. ¿Es que no entienden?: LoLo se hizo en el PRI, dirigió el PRI, pidió puestos al PRI y sólo cuando no se los dio, renunció y denunció la corrupción del PRI. Así que sus métodos son los del PRI, pero refinados y bendecidos por asnos de “izquierda” que con ese halo de santidad lo han vuelto invulnerable.
Ese fue el crimen de Carlos Ahumada. Salimos de Lecumberri los presos del 68 y los que quisieron se convirtieron funcionarios, en senadores y diputados, unos de oposición y otros del PRI, pero con iguales salarios que superan el millón anual, más prestaciones, viáticos, pago de banquetes en El Cardenal, masajes y manicure, que superan el millón mensual. Ahumada salió de la mazmorra donde lo tuvo la “izquierda”, sin acceso a todo lo que los genocidas nos permitieron a nosotros, para ver todo su patrimonio perdido: sus empresas rematadas para pagar acreedores y empleados.
Y ahora LoLo va por esos andurriales gritando que Ahumada le da la razón, que sí hubo compló: ¡pero claro, idiota!, por supuesto que te querían acabar, como tú los querías, y los quieres, acabar a ellos. Te hicieron lo que tú les habrías hecho con videos en los que el secretario particular de Fox recibiera maletas de dólares y su secretario de Hacienda jugara millones en Las Vegas. Pero tú lo habrías hecho bien. Estos fallaron el golpe porque, como dijo Rosario, LoLo es un gato con nueve vidas.
http://www.luisgonzalezdealba.com/
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