Política cero
Jairo Calixto Albarrán
2009-08-28•Al Frente
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Misterios insondables nos arrebatan el sueño. ¿Por qué sacaron de las Chivas al Venado Medina para mandarlo a un equipo de octava división? Dicen que por haber agarrado por su cuenta las parrandas, pero yo tengo la sospecha de que quiso ser el Juanito del rebaño sagrado y Vergara, dechado de humildad, no tenía ganas de ser su Brugada.
El síndrome Juanito parece ser más contagioso que la influencia gordillesca. Así, los Juanitos de México se han declarado en rebeldía y, como Gabino Barrera, no entienden de razones andando en la borrachera, hablando en tercera persona.
Rubén Acosta ha sido devorado por Juanito. Ya no cree en nada ni en nadie y se apresta para ser el Uruchurtu de Iztapalapa, mientras AMLO le sugiere que no escuche el canto de las sirenas, cuando ya es demasiado tarde, ha reencarnado en un Ulises del barrio bajo que renuncia a taparse los oídos con cera y que, instalado en una comida corrida con table dance, escucha a las sirenas del tubo con espíritu temerario.
No podía ser de otra manera. Juanito decidió que a Juanito le saliera la luna de plata y el alma de pirata. El, que había vivido en la periferia del bienestar, aprovechó la oportunidad para ejercer su derecho a marearse, a experimentar el indiscreto encanto de la autocomplacencia y la vanidad, divino tesoro.
Como dice @yocabral en el Twitter, al César lo que es del César y a Juanito lo que es de la Brugada.
La OMS ya detectó que la influencia juanesca ha alcanzado a personajes de alcurnia antes mesurados, sensibles y probos, dedicados a sacar al buey de la barranca. En los viejos tiempos, cuando Carlos Salinas pasaba a hurtadillas por esta su humilde casa, nomás temblaba y se armaba la rebambaramba. En cambio ahora, cuando sus camaradas regresan al poder y nombrar al Innombrable ha dejado de ser tabú, suceden fenómenos extraordinarios. Chequen. Primero reaparece Francisco Rojas como líder de los priistas en San Lázaro hablando de democracia, diálogo después de haber sido elegido por dedazo. Luego autodenomina al PRI como salvador de la patria mientras arroja intimidantes amenazas contra los oscuros intereses que atentan contra el pueblo.
Más tarde, extrañamente dispuesto a defender a los desposeídos, emerge Claudio X. González, el Yoda del empresariado y brother del alma de don Charly. Convertido en un Juanito de altos ingresos, exige que medicinas y alimentos sean gravados sin piedad a puñaladas impositivas, a riesgo de que el país deje de ser competitivo.
¡Ora!
Juanito chico, infierno grande.
www.twitter.com/jairocalixtojairo.calixto@milenio.com
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