Archivo hache
2009-08-08• LABERINTO.
Ernest Hemingway. Foto: Especial
La neomemoria continúa. Ha llegado a librerías A Moveable Feast: The Restored Edition, el redux manipulado de París era una fiesta, su manipulado título en español.
La primera edición apareció en 1964 de modo póstumo. Las memorias de Hemingway sobre la Generación Perdida y sus líos no siempre monógamos. El capítulo final lo editó su última esposa. El libro no convencía a Hemingway. Fue demasiada tentación de viuda dejarlo inédito.
La editorial Scribner, junto con el nieto de la segunda esposa, inesperadamente, alteraron el final y otras zonas con la excusa de que su abuela no era bien representada (aparece bajo el cliché de la “zorra”). Para reescribirlo utilizó trozos de textos de Hemingway acerca de ella. Le llaman la “edición restaurada”.
En tiempos de crisis, la primera desempleada es la ética.
Hace poco develaron capítulos de una precoz novela inconclusa de Graham Greene. Se desea publicarla. Y contratar a un escritor para terminarla. Bienvenidos a la manipulación genética de la literatura.
Lo que Scribner hizo no fue politiquería correctófila —acusar a Hemingway de ser un desgraciado— sino reescribir su libro para limpiar la imagen pública de ¡personajes literarios! Y más ventas gracias al remake.
Se corrige no el hecho literario sino la persona. Ganó el paradigma autobiográfico. Hemingway, como metapersonaje, se impuso a sus ficciones. Leemos a Hemingway como si todo lo que escribió fuese un retrato. Sigue pedir más close ups. O, como hizo Scribner y el nieto incomodado, fotogenia para abuela.
No desean fotografía directa. Ya la tienen. Lo hacía Hemingway. Lo que quieren es escanear la literatura pretérita. Y hacerle photoshop.
Hemingway se volvió un icono; todos sus libros, autobiografías. Cuando a un escritor le sucede esto, sólo se le pedirá confesión. Lealtad a la realidad.
Esta época prefiere la “verdad” a la “ficción”, precisamente porque es la verdad lo que se ha desvanecido. La ficción cada vez nos parece menos interesante. La literatura está hecha de mentiritas.
La avidez de verdad conducirá al desplazamiento de la novela y la aparición de la ultranarrativa. Su forma: la “verdad”. Su contenido: el yo “total”.
Libros en los que nada quede sin ser dicho. Libros en lo que no haya mentiras: no haya literatura. El más allá de la descripción.
Pero no nos engañemos. No fue la instrospección filosófica lo que nos llevó a esta petición de gran veridicción.
Fue el modelo del chisme, la noticia y el análisis.
De A sangre fría de Capote, pasando por Los detectives salvajes y 2666 de Bolaño (conservadoras), hasta Imperial de Vollmann, el paulatino modelo postnovelístico, fue promovido por el auge de los medios (de la TV hasta el blog) en la cultura popular y el del ensayo en la academia.
Ganó el “realismo”. Viene, desgraciadamente, el giro reality. Heriberto Yépez • heribertoyepez@gmail.com
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