viernes, 8 de enero de 2010

CAVILACIONES BICENTENARIAS. AYER Y HOY.

Día con día
Héctor Aguilar Camín

2010-01-08•Al Frente
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Seguimos llamando México a un país que poco tiene que ver con el de 1910 (15 millones de habitantes, 13 millones de analfabetas) o con el de 1810 (6 millones de habitantes, 5 millones de indígenas).
Llamar mexicanos a los habitantes de la Nueva España es una licencia de lenguaje. México no era entonces sino un fantasma en busca de territorio.
El país de 1810 que hoy llamamos México era un gigante territorial y un enano demográfico: una aglomeración de etnias monolingües, con una minoría rectora hispanohablante y un “mercado libre de la carne” donde se incubaba la hibridez mestiza, astuta, huérfana, inmoral e invencible donde encarnó la nacionalidad mexicana, según Andrés Molina Enríquez*.
El México de 1910 era un país oprimido territorialmente por un vecino pujante que empezaba a ser una potencia mundial. En 1909, bajo la sombra de aquella inferioridad, Molina Enríquez soñó un triunfo:
Al producir México una gran población, es seguro que enviará a Estados Unidos una enorme cantidad de unidades que minarán la solidez de ese país, porque sin afinidades con la raza norteamericana no se confundirán con ella. (Los grandes problemas nacionales, p.353)
Fue la profecía que el profesor de Harvard Samuel Huntington creyó ver cumplirse en su país, a principios del siglo XXI: la licuefacción de una cultura superior por la expansión de otra, más simple y resistente. Once millones de mexicanos viven y trabajan hoy en EU, el país-continente que no existía en 1810.
México es hoy también, a su manera, un país-continente. Entre 1991 y 2010, el “libre mercado de la carne” de que hablaba Molina Enríquez echó al mundo tantos mexicanos como tenía el país en 1910. El pequeño país rural de 1910 no era ya el corazón del enorme país urbano llamado México.
Juego de cifras: las guerras del narcotráfico de los últimos años llevan 16 mil muertos. Son más muertos de los que hubo en las dos grandes batallas de la Revolución Mexicana: la de Zacatecas en 1914 (8 mil muertos) y la de Celaya en 1915 (5 mil).
Los 13 mil muertos de Zacatecas y Celaya definieron a los triunfadores de la Revolución Mexicana, el rumbo del país. Los 16 mil muertos del narco entre 2006 y 2009 han definido sólo el rumbo de las primeras planas de los periódicos. La única violencia crónica que hay en el México del 2010 es la del narco. Su intensidad nos inquieta, no nos define.

*Tomo ideas de un conjunto magistral de ensayos: En busca de Molina Enríquez. Cien años de Los grandes problemas nacionales. El Colegio de México/Centro Katz de la U. de Chicago, 2009. acamin@milenio.com

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