La situación de la captura de Teodoro García Simental en La Paz hace un par de semanas, se torna de cuidado pues ahora las investigaciones están enfocadas a descubrir qué autoridades de Baja California Sur le daban protección.
Los expedientes entregados por la agencia antinarcóticos de los Estados Unidos a la PGR, “apuntan” dice el prestigiado semanario ZETA, hacia Luis Armando Díaz, Fernando González Rubio Cerecer y Lenin Giovanni Rodríguez Aguilar. Todos ellos empleados de confianza del gobernador Narciso Agúndez Montaño que, para minimizar el escándalo, se refirió a la captura del TEO como un hecho “esporádico que ocurre en todos los sexenios”.
Por lo delicado de esta información, la transcribimos textual del semanario ZETA, que ya está circulando desde el anterior sábado en las principales ciudades de Baja California Sur.
Empresarios y funcionarios protegían al Teo
Información de la SIEDO revela que recibió de la DEA documentos y fotografías de encuentros, llamadas y hasta montos de dinero que había pagado Teodoro García Simental, a cambio de la protección a empleados de confianza de funcionarios públicos de primer nivel en Baja California Sur. Además presentó informes de reuniones con empresarios, abogados y notarios de la región. Con “El Tres Letras” suman 24 grandes capos del narcotráfico capturados en Baja California Sur.
Investigaciones ZETA
Las primeras indagatorias tras la captura de Teodoro García Simental en La Paz, expusieron las relaciones del sanguinario criminal con empresarios y servidores públicos en Baja California Sur.
Expedientes de la Agencia Antinarcóticos de Estados Unidos (DEA) entregadas a la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO), apuntan hacia el Secretario General de Gobierno, Luis Armando Díaz; el Procurador General de Justicia del Estado, Fernando González Rubio Cerecer; el Secretario de Seguridad Pública del Estado, Lennin Giovanni Rodríguez Aguilar, y jefes policíacos de la PGJE y de la delegación de la PGR.
La información indica que dichos servidores sabían dónde vivía el criminal, porque algunos de sus más cercanos colaboradores eran vistos frecuentemente entrar a la residencia a bordo de unidades oficiales y lujosas camionetas. Por eso se daba el lujo de no tener un sistema de vigilancia para su seguridad.
Un agente que participó en el operativo dijo ZETA que Teodoro García Simental iba muy pensativo en el avión cuando fue trasladado a la Ciudad de México.
“Como que todavía no creía que lo hubieran pescado, se le notaba muy inquieto, le temblaban las facciones de la cara y se jalaba mucho la sudadera que traía puesta; movía demasiado las manos y volteaba mucho para arriba”, dijo el policía.
El agente de la SIEDO reveló que la DEA entregó documentos de encuentros, llamadas y hasta montos de dinero que se había pagado, a cambio de la protección de “El Teo” o “El Tres Letras”.
La Agencia Antidrogas de Estados Unidos había infiltrado un agente cinco meses antes de la captura del narcotraficante entre los vecinos, el cual vigilaba día y noche todos los movimientos de la casa, porque ya lo tenían ubicado.
Existe una gran cantidad de pruebas gráficas sobre esta situación que se están analizando porque muchos de los implicados eran empresarios, notarios públicos, jefes policíacos y políticos, dijo el informante.
Por eso, nadie en el estado fue informado del operativo de captura, ni el gobernador Narciso Agúndez Montaño y mucho menos los miembros de su gabinete de seguridad.
No solicitaron “colaboración” a la Procuraduría General del Justicia del Estado (PGJE) ni a la delegación de la Procuraduría General de la Republica (PGR), porque los presuntos nexos con el homicida y traficante, ya estaban documentados por la DEA.
“Hay mucho nerviosismo en altos funcionarios del gobierno, se han estado reuniendo con el jefe para ver esta situación y algunos están pensando seriamente en renunciar”, dijo uno de los asistentes del gobernador.
Las dudas sobre el Secretario General de Gobierno, Luis Armando Díaz, iniciaron en 2006, cuando el servidor público fue citado a declarar al Instituto Nacional de Migración, porque había fuertes señalamientos de que era originario de Zacatecoluca, El Salvador. Incluso, en esa ocasión llegó amparado por si “las dudas”, porque sabía que lo relacionaban con miembros de las llamadas “Maras Salvatruchas”.
Antes de residir en Baja California Sur, Armando Díaz vivió en Tijuana.
Después de la detención de Teodoro García Simental (a) “El Teo”, el Gobernador de Baja California Sur, Narciso Agúndez Montaño, inició oficialmente una gira de trabajo de tres días por el municipio de Comondú, a fin de evitar cuestionamientos sobre el operativo que llevó a la captura del mafioso.
Una semana después, ante el reclamo ciudadano, emitió un boletín reconociendo el éxito del operativo. “El caso que se dio es esporádico, y lo hemos tenido, en todos los sexenios”, justificó. Aunque la realidad es que en cinco años de su administración, han sido capturados 24 peligrosos narcotraficantes en el estado.
Tanto el Secretario General de Gobierno, Luis Armando Díaz, como el Procurador General de Justicia del Estado, Fernando González Rubio Cerecer y el Secretario de Seguridad Pública del Estado, Lennin Giovanni Rodríguez Aguilar, desaparecieron de la vida pública desde el 12 de enero, fecha de la captura de García. Ni sus empleados han sabido dar cuenta de ellos.
ZETA solicitó una entrevista con el Secretario de Seguridad Pública del Estado, a través de su secretario privado, Tomás Armendáriz, pero al cierre de esta edición no había respondido a la petición.
Relaciones comerciales
Al día siguiente que Teodoro García Simental “El Teo” fue capturado por efectivos de las Fuerzas Federales Especiales y de la Armada de México, en su residencia de La Paz, Baja California Sur, la casa del criminal fue visitada por la empresaria Sonia Judith Álvarez Torres, propietaria de las boutiques “Tity’s” y “Sonia’s”.
Se bajó de su camioneta y se unió a un grupo de vecinos y curiosos que observan la residencia y comentaban la captura. Al verse reconocida por algunos de los presentes, exclamó: “¡Mi casa! ¡Miren cómo quedó mi casa! Mejor no la hubiera vendido. Yo no sabía que esta persona se dedicaba a esto”.
¿Cuánto te pagaron por ella? pregunto un vecino del grupo.
¡Me dieron cinco millones!, respondió. Después de un rato abandonó el lugar.Conforme a los datos recabados por este semanario, el 28 de febrero del 2008, se celebró el contrato de compra-venta en presencia del Lic. Alejandro Mendoza Cevallos, Notario Público Número 8 de La Paz, Baja California Sur.
La casa quedó a nombre de Arturo Trinidad Castro Hernández, nacido en 1950, y con domicilio en Miguel Alemán No. 98 del Fraccionamiento Chapultepec en Ensenada, Baja California. Pero la señora Álvarez conoció al verdadero propietario, según revela un informe de la DEA entregado a la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO).
La operación de compra-venta fue por un terreno de 838 metros cuadrados y 484 metros de construcción, y una ampliación hecha el 23 de diciembre del año 2005, según el contrato, pagaron 2 millones por la vivienda y una inscripción de registro de 7 mil 048.94 pesos el día 11 de junio del 2008. Y quedó registrada en la forja 116 del volumen 374, según el Registro Público de la Propiedad del Ayuntamiento de La Paz.
Sin embargo, la mujer reconoció públicamente haber recibido cinco millones de pesos. Una parte de ese dinero fue utilizado para que la empresaria comprara una nueva residencia a sólo tres casas de García Simental, en el mismo Fraccionamiento Fidepaz, y con el resto, remodeló sus tres negocios en la capital de Baja California Sur, que juntos tienen un valor registrado de más de cinco millones de pesos, riqueza que según otros comerciantes “no se genera vendiendo ropa”. Incluso mencionaron que “varios de sus familiares que vivían al día hoy son prósperos empresarios y dueños de casas y terrenos”.
Aunque el servidor de “El Teo” compró la casa en el año 2008, el nombre de Sonia continúa apareciendo como legítima propietaria de la mansión, según el registro catastral 013113024 del Ayuntamiento de La Paz. Lo que servía a los criminales para que los recibos no salieran a nombre de los nuevos propietarios.
De cabello quebrado y castaño, blanca de tez y delegada, las relaciones con delincuentes no son algo nuevo para la exuberante comerciante de ropa, de 37 años.
A escasas semanas de haberse divorciado del empresario José Ruiz Cota, inició una relación amorosa, pública, con Alejandro Abaroa, un connotado empresario del ramo marítimo que resultó ser una de las células más importantes del cártel de los Arellano Félix en La Paz, Baja California Sur.
El 28 de octubre del 2008, la Oficina de Control de Activos de Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos nombró como “Traficantes de Narcóticos Especialmente Designados” a los mexicanos Edgardo Leyva Escandón, Aristóteles Alejandro Abaroa Preciado, Víctor Manuel Abaroa Díaz, Víctor Hussein Abaroa Preciado, Elia Yolanda Preciado Gámez y Rosa Yolanda Nábila Abaroa Preciado, miembros de la red financiera de la Organización de los Arellano Félix (Cártel de Tijuana).
En cumplimiento con la Ley de Designación de Cabecillas Extranjeros del Narcotráfico (Kingpin Act), esta designación congelaba los bienes que dichos designados tuvieran bajo jurisdicción de los Estados Unidos y prohibía a cualquier persona estadounidense realizar transacciones financieras o comerciales con estos individuos y empresas.
“Estamos tomando estas acciones para impedir que Edgardo Leyva Escandón y su red tengan acceso a armas y financiamiento a nombre de la organización de los Arellano Félix y como medida de apoyo a la determinación y esfuerzos del gobierno de México por contrarrestar al narcotráfico”, comento en su momento el Director de la OFAC, Adam J. Szubin.
La designación también incluyó a la compañía proveedora de equipo marítimo “Tienda Marina Abaroa”, con domicilio en Abasolo y Navarro en la ciudad de La Paz con sucursal en Los Cabos.
De acuerdo a una acusación del Distrito del Sur de California, Leyva Escandón, presunto jefe de Abaroa, está prófugo por lavado de dinero. Es acusado también de tráfico de municiones y de haber ayudado en la adquisición del yate “Dock Holliday”, en el que fue capturado Francisco Javier Arellano Félix, el 14 de agosto de 2006.
Ese día, el barco había zarpado del famoso varadero de los llamados “abaoa” en la colonia “El Manglito” de La Paz, donde la señora Álvarez tiene otra propiedad.
Impunidad sudcaliforniana
En su única referencia a la detención de Teodoro García Simental, el gobernador Narciso Agúndez Montaño aseguró que la captura del capo era resultado del blindaje de seguridad que se implementó en el estado, el cual era justamente para evitar que se convirtiera en refugio de delincuentes.
Sin embargo las 24 capturas en su gestión demuestran lo contario.
En agosto del 2006, elementos de la Agencia Antinarcóticos de los Estados Unidos detuvieron en aguas internacionales y a bordo del yate “Doc Holliday” a Francisco Javier Arellano Félix “El Tigrillo”, quien era acompañado por Arturo Villarreal Heredia “El Nalgón”, y otras diez personas. El narcotraficante venía saliendo de la Isla Espíritu Santo, en Baja California Sur.
En junio del 2007, soldados del Ejército Mexicano detuvieron en La Paz, de hecho en el mismo residencial Fidepaz, a Alfredo Collins Ortega “El Gordo”, quien fue identificado como uno de los principal operadores de Jorge Briceño López “El Cholo”, lugarteniente que fue del cártel Arellano Félix.
Después en enero del 2008, elementos del Ejército Mexicano, tras revisión en el Puerto de Pichilingue en La Paz, detuvieron a seis personas vinculadas con la organización criminal del Cártel de Sinaloa; les fueron confiscados quince mil dólares y equipo de radiocomunicación.
Ya en marzo del 2008, en un operativo coordinado entre la Procuraduría General de la República y la Secretaría de Seguridad Federal, fue detenido Gustavo Rivera Martínez “El P1”, junto con Marcos Assemat Hernández, Antonio Moreno Herrera y Pável Kulisek. Rivera Martínez se había desempeñado como jefe de escoltas de Enedina Arellano Félix y a la muerte de Ramón y la detención de Benjamín Arellano, ocupaba un lugar preponderante en la estructura criminal.
Finalmente en enero de este año, agentes de la Policía Federal y elementos de la Armada Mexicana, con información de la DEA, llegaron hasta el residencial Fidepaz para detener a Teodoro García Simental, quien fuera uno de los principales lugartenientes del cártel Arellano Félix y encabezara la célula más sangrienta de esa organización.
Los hechos y las grabaciones de la DEA, exponen la corrupción.
Una semana después, ante el reclamo ciudadano, emitió un boletín reconociendo el éxito del operativo. “El caso que se dio es esporádico, y lo hemos tenido, en todos los sexenios”, justificó. Aunque la realidad es que en cinco años de su administración, han sido capturados 24 peligrosos narcotraficantes en el estado.
Tanto el Secretario General de Gobierno, Luis Armando Díaz, como el Procurador General de Justicia del Estado, Fernando González Rubio Cerecer y el Secretario de Seguridad Pública del Estado, Lennin Giovanni Rodríguez Aguilar, desaparecieron de la vida pública desde el 12 de enero, fecha de la captura de García. Ni sus empleados han sabido dar cuenta de ellos.
ZETA solicitó una entrevista con el Secretario de Seguridad Pública del Estado, a través de su secretario privado, Tomás Armendáriz, pero al cierre de esta edición no había respondido a la petición.
Relaciones comerciales
Al día siguiente que Teodoro García Simental “El Teo” fue capturado por efectivos de las Fuerzas Federales Especiales y de la Armada de México, en su residencia de La Paz, Baja California Sur, la casa del criminal fue visitada por la empresaria Sonia Judith Álvarez Torres, propietaria de las boutiques “Tity’s” y “Sonia’s”.
Se bajó de su camioneta y se unió a un grupo de vecinos y curiosos que observan la residencia y comentaban la captura. Al verse reconocida por algunos de los presentes, exclamó: “¡Mi casa! ¡Miren cómo quedó mi casa! Mejor no la hubiera vendido. Yo no sabía que esta persona se dedicaba a esto”.
¿Cuánto te pagaron por ella? pregunto un vecino del grupo.
¡Me dieron cinco millones!, respondió. Después de un rato abandonó el lugar.Conforme a los datos recabados por este semanario, el 28 de febrero del 2008, se celebró el contrato de compra-venta en presencia del Lic. Alejandro Mendoza Cevallos, Notario Público Número 8 de La Paz, Baja California Sur.
La casa quedó a nombre de Arturo Trinidad Castro Hernández, nacido en 1950, y con domicilio en Miguel Alemán No. 98 del Fraccionamiento Chapultepec en Ensenada, Baja California. Pero la señora Álvarez conoció al verdadero propietario, según revela un informe de la DEA entregado a la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO).
La operación de compra-venta fue por un terreno de 838 metros cuadrados y 484 metros de construcción, y una ampliación hecha el 23 de diciembre del año 2005, según el contrato, pagaron 2 millones por la vivienda y una inscripción de registro de 7 mil 048.94 pesos el día 11 de junio del 2008. Y quedó registrada en la forja 116 del volumen 374, según el Registro Público de la Propiedad del Ayuntamiento de La Paz.
Sin embargo, la mujer reconoció públicamente haber recibido cinco millones de pesos. Una parte de ese dinero fue utilizado para que la empresaria comprara una nueva residencia a sólo tres casas de García Simental, en el mismo Fraccionamiento Fidepaz, y con el resto, remodeló sus tres negocios en la capital de Baja California Sur, que juntos tienen un valor registrado de más de cinco millones de pesos, riqueza que según otros comerciantes “no se genera vendiendo ropa”. Incluso mencionaron que “varios de sus familiares que vivían al día hoy son prósperos empresarios y dueños de casas y terrenos”.
Aunque el servidor de “El Teo” compró la casa en el año 2008, el nombre de Sonia continúa apareciendo como legítima propietaria de la mansión, según el registro catastral 013113024 del Ayuntamiento de La Paz. Lo que servía a los criminales para que los recibos no salieran a nombre de los nuevos propietarios.
De cabello quebrado y castaño, blanca de tez y delegada, las relaciones con delincuentes no son algo nuevo para la exuberante comerciante de ropa, de 37 años.
A escasas semanas de haberse divorciado del empresario José Ruiz Cota, inició una relación amorosa, pública, con Alejandro Abaroa, un connotado empresario del ramo marítimo que resultó ser una de las células más importantes del cártel de los Arellano Félix en La Paz, Baja California Sur.
El 28 de octubre del 2008, la Oficina de Control de Activos de Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos nombró como “Traficantes de Narcóticos Especialmente Designados” a los mexicanos Edgardo Leyva Escandón, Aristóteles Alejandro Abaroa Preciado, Víctor Manuel Abaroa Díaz, Víctor Hussein Abaroa Preciado, Elia Yolanda Preciado Gámez y Rosa Yolanda Nábila Abaroa Preciado, miembros de la red financiera de la Organización de los Arellano Félix (Cártel de Tijuana).
En cumplimiento con la Ley de Designación de Cabecillas Extranjeros del Narcotráfico (Kingpin Act), esta designación congelaba los bienes que dichos designados tuvieran bajo jurisdicción de los Estados Unidos y prohibía a cualquier persona estadounidense realizar transacciones financieras o comerciales con estos individuos y empresas.
“Estamos tomando estas acciones para impedir que Edgardo Leyva Escandón y su red tengan acceso a armas y financiamiento a nombre de la organización de los Arellano Félix y como medida de apoyo a la determinación y esfuerzos del gobierno de México por contrarrestar al narcotráfico”, comento en su momento el Director de la OFAC, Adam J. Szubin.
La designación también incluyó a la compañía proveedora de equipo marítimo “Tienda Marina Abaroa”, con domicilio en Abasolo y Navarro en la ciudad de La Paz con sucursal en Los Cabos.
De acuerdo a una acusación del Distrito del Sur de California, Leyva Escandón, presunto jefe de Abaroa, está prófugo por lavado de dinero. Es acusado también de tráfico de municiones y de haber ayudado en la adquisición del yate “Dock Holliday”, en el que fue capturado Francisco Javier Arellano Félix, el 14 de agosto de 2006.
Ese día, el barco había zarpado del famoso varadero de los llamados “abaoa” en la colonia “El Manglito” de La Paz, donde la señora Álvarez tiene otra propiedad.
Impunidad sudcaliforniana
En su única referencia a la detención de Teodoro García Simental, el gobernador Narciso Agúndez Montaño aseguró que la captura del capo era resultado del blindaje de seguridad que se implementó en el estado, el cual era justamente para evitar que se convirtiera en refugio de delincuentes.
Sin embargo las 24 capturas en su gestión demuestran lo contario.
En agosto del 2006, elementos de la Agencia Antinarcóticos de los Estados Unidos detuvieron en aguas internacionales y a bordo del yate “Doc Holliday” a Francisco Javier Arellano Félix “El Tigrillo”, quien era acompañado por Arturo Villarreal Heredia “El Nalgón”, y otras diez personas. El narcotraficante venía saliendo de la Isla Espíritu Santo, en Baja California Sur.
En junio del 2007, soldados del Ejército Mexicano detuvieron en La Paz, de hecho en el mismo residencial Fidepaz, a Alfredo Collins Ortega “El Gordo”, quien fue identificado como uno de los principal operadores de Jorge Briceño López “El Cholo”, lugarteniente que fue del cártel Arellano Félix.
Después en enero del 2008, elementos del Ejército Mexicano, tras revisión en el Puerto de Pichilingue en La Paz, detuvieron a seis personas vinculadas con la organización criminal del Cártel de Sinaloa; les fueron confiscados quince mil dólares y equipo de radiocomunicación.
Ya en marzo del 2008, en un operativo coordinado entre la Procuraduría General de la República y la Secretaría de Seguridad Federal, fue detenido Gustavo Rivera Martínez “El P1”, junto con Marcos Assemat Hernández, Antonio Moreno Herrera y Pável Kulisek. Rivera Martínez se había desempeñado como jefe de escoltas de Enedina Arellano Félix y a la muerte de Ramón y la detención de Benjamín Arellano, ocupaba un lugar preponderante en la estructura criminal.
Finalmente en enero de este año, agentes de la Policía Federal y elementos de la Armada Mexicana, con información de la DEA, llegaron hasta el residencial Fidepaz para detener a Teodoro García Simental, quien fuera uno de los principales lugartenientes del cártel Arellano Félix y encabezara la célula más sangrienta de esa organización.
Los hechos y las grabaciones de la DEA, exponen la corrupción.
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