Alrededor de las ocho de la noche del sábado, ya había quórum popular en el hemiciclo maleconero, donde desemboca la calle Allende. Un discreto pero decoroso podium se elevaba frente al mar:mesa con micrófono y sillón.
La ciudad en sí misma, recordándonos que era un escenario artístico natural, un teatro a la intemperie, una atmósfera ideal para la recreación de los valores del espíritu.
Estaba a punto de inaugurarse la primera NOCHE DE PLENILUNIO, bajo el auspicio de la Dirección de Cultura del IV Ayuntamiento de La Paz, encabezado por Esthela Ponce Beltrán, que gobierna bajo la consigna de "UNA POLÍTICA DIFERFENTE".
Noches de poesía, canto, arte, bajo la luna llena, en esta clase de foros naturales de la capital sudcaliforniana.
Luego de pronunciar las palabras introductorias del evento, de bienvenida, y leer unos versos alusivos a su majestad Selene, que ya remontaba la punta del Cerro Atravesado, la directora de Cultura municipal, Matilde Cervantes, cedió el micrófono a su homóloga del Instituto municipal de la Mujer, Laura Medellín, quien agradeció la presencia del público ," y esta oportunidad que nos vamos a brindar todos de disfrutar esta serie de programas.nuestra alcaldesa, Esthela Ponce, ha implementado una política cultural de gran aliento, que incluyen actividades como las que aquí nos congrega, donde queremos la convivencia, la comunicación entre las familias paceñas..Ya tendremos a la luna que en unos minutos más, estará aqui sobre nuestras cabezas para presenciar y escuchar las lecturas literarias, la música, nuestro regocijo....Todos los meses vamos a tener esta clase de eventos, cada noche de luna llena, en un espacio turístico de nuestra ciudad. La política diferente de Esthela Ponce quiere llegar a todos los espacios y todos los corazones, que lo disfruten. Buenas noches."
Se dio paso a la presentación de la escritora Estela Davis, quien leyó un cuento alusivo al emblema de la noche:"Alcanzar la Luna".
Un dueto musical cerró esta primera jornada de Noches de Plenilunio, dejando un grato sabor de boca en los asistentes, bien compaginada a la sabrosa noche sabatina, recorrida por una brisa compensatoria de los calores del día.
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