martes, 22 de noviembre de 2011

DURO Y DALE CON LOS ‘FRAUDES’


Alejandro Alvarez

Existe una marcada debilidad nacional por la victimización, la búsqueda de chivos expiatorios y la invención de fraudes como justificación para ocultar nuestros propios errores. La autocrítica no es nuestro fuerte, al contrario, ni la conocemos. El caso de las elecciones de 2006 fue la evidencia más patética de esta debilidad nacional. Manuel López, autonombrado ‘indestructible’, ‘rayo de esperanza’, no sólo se dijo víctima de un fraude, sino de un ‘compló’ orquestado por las más oscuras potencias internacionales y una constelación de mafias que ‘tienen secuestrado a México’. Entre estas mafias estaban Televisa y Telmex con las cuales, en su carácter de candidato de ‘las izquierdas’, ya hizo las paces. A los primeros ya les fue a tender la mano en su principal programa noticioso perdonándoles la vida –a pesar de ser tan malosos– en un magnánimo acto amoroso. Porque ahora Manuel López sólo es paz, amor y concordia. Al segundo ya le prometió concederle su canal de televisión. ¿Y su presidencia legítima? ¿Y su gabinetazo? ¿Y sus informes presidenciales aprobados entre gritos en el zócalo a mano alzada por sus incondicionales? ¿Y la toma de Paseo de la Reforma por unos cuantos rufianes? ¿Así que ahora va por la reelección como presidente de México? Payaso, farsante. A ver quién se lo cree.
Pero ese no era el punto. El caso es que la semana pasada se armó otro teatro similar con motivo del desenlace de la pelea de ‘Dinamita’ Márquez contra ‘Pacman’ Pacquiao. Aquí el campeón ‘legítimo’ Márquez se dijo víctima de otro fraude encabezado por las mafias de promotores, jueces y apostadores de Las Vegas para dejar en el trono espurio a Pacquiao. Claro que nos les aventó en la cara los diez millones de dólares que le pusieron en sus cuentas esos mafiosos. Pero lo que sí podría investigar Márquez es si entre esas mafias no estaban sus propios entrenadores y promotores que lo prepararon para un plan de pelea justo para perder por decisión de los jueces a sabiendas de que, según sus propias declaraciones, ya en dos peleas anteriores había sido víctima de un robo en la decisión. Si así estaban las cosas ¿por qué salió a correr los doce rounds en reversa como si él fuera el campeón y Pacquiao el retador? En el boxeo profesional el criterio de combatividad inclina la balanza de los jueces en una pelea pareja. ¿Así que estando convencido que los jueces eran sus enemigos salió a ganar por decisión con un boxeo de esgrima a distancia? Eso se llama ingenuidad, estupidez o querer engatusar a la afición siendo en realidad cómplice del supuesto rival. Me quedo con lo último.
Que los dizque comentaristas televisivos hagan el papelón de hacerse los dignos y sentirse robados se entiende ya que a sus patrones se les iban de las manos bolsas millonarias, de lo cual algo les salpica. Pero querer levantar una revuelta nacional por el hecho es no guardar las proporciones en este drama del pan y circo para el pueblo –más circo que pan–. Si tan indignados y mancillados se dicen los directivos, aficionados y empresarios del box ¿Por qué no boicotean a Las Vegas como plaza prohibiendo a los boxeadores mexicanos pelear ahí y exhortando a los aficionados no acudir a esas funciones? Porque antes que nada está el negocio y saben que en ninguna otra parte les van a pagar como les pagan ahí, donde la dignidad tiene su precio.  Porque ahí estuvieron otra vez los mismos gritones este fin de semana para atestiguar ahora la victoria por decisión de un mexicano contra un norteamericano para obtener uno de esos tan devaluados ‘fajines mundiales’ y del ‘fraude’ de hace apenas siete días ya ni se acordaban, no vaya a ser que se enojen los gringuitos dueños de box y no los dejen entrar a las funciones que con tanto tino, imparcialidad y mesura comentan.   Que poca vergüenza. Mientras dejan colgado de la brocha, desbocado y bien cilindrado al ‘Dinamita’ que llegando a México declaró: "Si se llega a firmar un cuarto combate ante Pacquiao, yo pondré las condiciones para evitar fallos injustos como el del sábado donde merecía ganar y es el sentir de todos los aficionados". Si como no. Va a imponer las condiciones. Por ejemplo que él gane 20 millones de dólares y Pacquiao nada más cinco. Y que la afición presente en la arena vote democráticamente alzando su manita quién es el vencedor. No cabe duda que la palabrería y la demagogia si noqueron al ‘Dinamita’ Márquez.

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