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EN su más reciente columna, La suerte está echada..el perioidista Jesús García Maníquez, afirma lo siguiente:"El domingo la explosiva alegría (fingida?) recorrió el malecón costero y se instaló en el kiosco. El gobernador, figura paternal sublime (con su hijo en brazos), manifestaba con ese paternal abrazo, ser el prototipo del valor sudcaliforniano y la familia. Pero su excelsa virtud fue abruptamente rota por “unos desadaptados sociales” que atentaron contra la beatífica postura del gobernante: lo sacaron de su entrega sacrificada a favor de la sociedad y la familia. La fiesta dominguera se le “aguadió” mientras varias damas sacaban brillo al pavimento kiosquero bailando, contoneándose y riendo. El padre de Jonathan Hernández, joven abogado asesinado a la vista de todos a la salida de un bar, con el coraje de todos los padres y familias que han perdido un hijo por la corrupción gobernante, le exigió respuesta a los reclamos de los familiares que han sufrido desaparecidos, asesinados o arraigados. Y es que no hay argumento válido ante el artero crimen de Jonathan ya que fue en público, hay varios sospechosos y la vox populi acusa a un hijo del exgobernador Narciso Agúndez. Hubo (porque imagino que la desaparecieron) una declaración grabada (la escuché) en la que uno de los detenidos –ya liberado- con todas sus letras dijo:”fue el hijo del gobernador”. Además del crimen del joven abogado hay otros, desaparecidos y la niña Lizeth."
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